Qué es lo que realmente piensa Trump sobre Irán (y hacia dónde arrastra al mundo)

El diario en inglés Iran Daily informó este lunes de la siguiente manera sobre el funeral de Estado al asesinado líder de las Fuerzas Armadas, Qassem Soleimani, que está movilizando al mundo a favor o en contra de la decisión tomada por Estados Unidos de liquidarlo: "Un enorme mar de dolientes, que fluía desde todas las calles adyacentes, descendió a la icónica Plaza Engelab (Revolución) en el centro de Teherán el lunes por la mañana temprano, informó Press TV. Llevaron retratos del héroe nacional cuyo asesinato en un ataque aéreo estadounidense en el aeropuerto de Bagdad ha generado un torrente de ira y patriotismo en Irán y en otros lugares.

Un video

El portal proiraní Hispantv, en tanto, ya difunde un documental sobre la víctima, que se ha vuelto un emblema de esa nación:

Esto, textualmente, fue recordado en una columna de El Diario de España por el analista Carlos Hernández-Echevarría, quien además dilucidó cinco puntos del pensamiento de Trump sobre Irán:

1- Trump no quiere una guerra

Lo primero que hay que entender en todo esto es que a Trump le importa bastante poco lo que pasa fuera de EEUU y menos todavía lo que sucede en Oriente Próximo. El argumento central con el que ganó las elecciones fue "basta de gastar dinero en reconstruir otros países, reconstruyamos nuestro país", una visión casi empresarial de la política exterior en la que la pregunta clave siempre es: ¿qué sacamos nosotros de esto? De una invasión de Irán, bastante poco.

Es lo que Trump ha defendido toda la vida, pero el desastre de la ocupación de Irak ("una de las peores decisiones de la historia") le reforzó aún más en sus posiciones. Hace poco más de un año lo volvió a explicar claramente: "¿Quiere EEUU ser el policía de Oriente Medio cuando no recibe NADA a cambio y gasta preciosas vidas y miles de millones en proteger a otros países que, en casi todos los casos, no aprecian lo que hacemos? Es el momento de que, finalmente, sean otros los que luchen". A Trump Irán le queda lejos y se le hace caro. No le gusta el régimen de los ayatolas, pero el presidente no ha dado muestras de haber cambiado de criterio desde que anunció que EEUU debía "abandonar la política fallida de construir naciones y cambiar regímenes".

Toda esta argumentación encaja bien con la explicación de Trump de que ordenó matar al general iraní Suleimani "para parar una guerra". La versión oficial es que el fallecido preparaba algo tan gordo contra EEUU que si se llevaba a cabo obligaría a Trump a atacar. Existe el riesgo de que el presidente mida mal el intercambio de golpes con Irán y acabe provocando una guerra convencional, pero desde luego no es lo que busca. Cuando Irán derribó un dron estadounidense hace medio año, a Trump le presentaron un plan de represalia para bombardear diferentes infraestructuras militares iraníes. Él mismo ha contado que todo estaba listo para el ataque cuando, 10 minutos antes de la hora, preguntó a sus asesores cuántas víctimas habría y le respondieron que 150. A Trump no le pareció una respuesta «proporcionada» y canceló la operación.

2- Todo empezó contra Obama

El verdadero problema de Trump con Irán es Obama. El gran hito diplomático de su odiado antecesor fue alcanzar un acuerdo con la república islámica en 2015 por el que Teherán renunciaba a seguir buscando la bomba atómica y a cambio EEUU levantaba las sanciones económicas contra el país, provocando un boom en su economía. El plan, que firmaron también los aliados europeos además de China y Rusia, era complejo pero los inspectores internacionales estaban certificando cada tres meses que Irán cumplía a rajatabla su parte. Sin embargo, Trump prometió que lo abandonaría y así lo hizo en cuanto tuvo la primera oportunidad, ¿por qué?

Hay que entender que Trump ha construido su personalidad pública en EEUU durante décadas a base de fomentar su reputación como "maestro de la negociación", "cerrador de acuerdos", etc... Su bestseller se tituló El arte del trato y en su campaña siempre ha insistido en la idea de que los otros países "timaban" al Gobierno estadounidense, que no sabía negociar. En el caso del acuerdo nuclear iraní, la joya de la corona del legado diplomático de Obama, Trump dijo que era "terrible", "desastroso" y "negociado desde la desesperación". Abandonando el acuerdo, Trump le dio a Obama una bofetada en el rostro del gobierno de Irán

3- Trump quiere un "mejor" acuerdo con Irán

El plan original era romper el acuerdo nuclear con Irán para lograr uno nuevo con mejores condiciones y que Trump, finalmente, consiguiera mostrar a todos que era mejor negociador que Obama. Como parte de lo que se ha llamado una "estrategia de presión máxima" para que Irán volviera a la mesa de negociación, se retomaron las sanciones anteriores y se aplicaron nuevas. Sin embargo lo que consiguió la espantada estadounidense fue cabrear mucho a los ayatolás que, además de reactivar su programa nuclear, no han querido volver a hablar.

El problema de ese "acuerdo mejor" que quiere lograr Trump es que es muy difícil. El presidente cree que Obama fue poco ambicioso buscando solamente con que Irán renunciara a la bomba atómica. Lo que ahora exige EEUU a Irán oficialmente para levantar las sanciones es bastante más profundo: abandonar su apoyo a las diferentes milicias con las que tiene relación en la región, renunciar a los ciberataques, no meterse en la política de países como Irak, Yemen, Líbano, Siria o Afganistán, no enfrentarse a Israel ni a Arabia Saudí y nunca amenazar las vías comerciales del Golfo Pérsico. En definitiva, ya no se trata de que no se convierta en una potencia nuclear sino que renuncie a ser una potencia regional. Es poco probable que Irán, hoy por hoy, esté dispuesto a tanto.

4- Irán había sido un enemigo "barato"

Otra de las claves de por qué Trump ha podido ir escalando este conflicto con Irán es que hasta ahora le había salido bastante barato. Dentro de su visión empresarial de la diplomacia, la estrategia de "máxima presión" no ha tenido demasiadas consecuencias negativas. Cuando entraron en vigor las sanciones al petróleo iraní, muchos pronosticaron una escalada del precio del crudo muy dañina para EEUU que nunca llegó. Tampoco se produjo esa revuelta entre las empresas europeos para desafiar las sanciones y, aunque Irán ha reactivado su programa nuclear, de momento no hay resultados. Mientras tanto, el daño a la economía de Irán sí que ha sido muy real y ha provocado enormes protestas contra el gobierno.

En los últimos meses Irán ha intentado elevar el precio para EEUU: incidentes armados con buques en el estrecho de Ormuz, más inestabilidad en Irak, más apoyo para las milicias en Yemen... y todo indica que la inédita decisión de Trump de matar a uno de los líderes iraníes ha llegado justo cuando el régimen de Teherán se disponía a ir un paso más allá.

5- La importancia de Israel y Arabia Saudí

La última clave tiene que ver mucho con la primera. El desinterés de Trump en gastar recursos para actuar en Oriente Próximo le ha llevado a reforzar la relación de EEUU con sus principales aliados en la región: Israel y Arabia Saudí. Son precisamente los dos mayores enemigos de Irán y los grandes opositores al acuerdo nuclear de 2015. Trump entiende que ya que EEUU da enormes ayudas militares a estos dos países (la inversión) deben ser estos los que se ocupen militarmente de controlar la influencia iraní en la región (el beneficio).

Bien conocida en su sintonía total con Netanyahu, que coloca su foto junto a la de Trump en los carteles electorales, y sus buenas relaciones con el príncipe heredero y hombre fuerte saudí Mohamed Bin Salman, al que ha apoyado incluso cuando estuvo contra las cuerdas tras ordenar la muerte y descuartizamiento del opositor Jamal Khashoggi. Trump cree que la guerra con Irán, si llegara, no deberían lucharla soldados estadounidenses sino sus aliados israelíes y saudíes. Lo que no quiere decir que no pueda apoyarlos en la distancia sin poner en riesgo a sus militares, con otros elementos menos costosos a su servicio como bombardeos de previsión como el que provocó la muerte de Soleimani.

¿Tiene que ver el impeachment?

Mientras tanto, y como tantas otras veces en la historia de la humanidad, se alienta la idea de que el asesinato del líder iraní ordenado por Trump es una maniobra para desviar la atención sobre el proceso de impeachment, o juicio político en su contra. Por el momento, es un hecho que ha corrido el tema de las portadas de los diarios estadounidenses.

La senadora estadounidense Elizabeth Warren abrió la posibilidad de que la decisión de Trump de asesinar a Soleimani tenga relación directa con su juicio político en el Senado.

Warren, senadora y candidata presidencial demócrata de Massachusetts, planteó el domingo que el presidente estadounidense, Donald Trump, había ordenado el asesinato del general iraní Qasem Soleimani para distraer a la opinión pública de los procedimientos del juicio político en su contra

El momento del ataque y las explicaciones de la Casa Blanca resultan sospechosos a la luz de los problemas legales de Trump, que estaba "profundamente molesto" por el juicio político que tiene pendiente en el Senado.

"No estamos seguros por qué Donald Trump hizo matar a Soleimani, pero estamos mucho más cerca del borde de la guerra. La pregunta es por qué ahora, por qué no hace un mes, o dentro de un mes. La Administración simplemente no es capaz de mantener una versión coherente de los hechos", dijo la senadora.

En otra parte de sus declaraciones, agregó que la decisión de Trump de asesinar al alto oficial militar iraní pone en riesgo tanto al pueblo estadounidense como a la zona del oeste de Asia y al mundo en general, mientras que, muy al contrario, la labor del presidente es mantener a su pueblo a salvo y no es eso lo que Donald Trump está haciendo.

Warren, que ha agudizado sus críticas a Trump en los últimos días por el ataque a Soleimani, también vinculó la operación estadounidense con la llamada telefónica de Trump al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, aduciendo que si entonces Trump perseguía su propio "interés político personal" posiblemente, en la reciente decisión de Trump de eliminar al general Soleimani, también influyeron sus actuales preocupaciones políticas.

En el atentado de EE.UU. también cayeron mártires algunos combatientes de las fuerzas populares iraquíes Unidades de Movilización Popular (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe), incluido su subcomandante Abu Mahdi al-Muhandis.

Los Gobiernos de Bagdad y Teherán han condenado en duros términos el acto terrorista de Estados Unidos, que constituye una flagrante violación de la soberanía de Irak. El Parlamento iraquí aprobó el domingo la expulsión de las fuerzas norteamericanas de su país.

El asesinato del destacado mando castrense iraní ha desatado rotundas condenas tanto dentro de Irán como a nivel regional e internacional.

El Líder de la Revolución Islámica y altos mandos del CGRI han advertido a los "criminales" de EE.UU. que les espera una "dura venganza" de la República Islámica.

¿Qué significa para Medio Oriente la muerte de Qassem Soleimani?

En The New Yorker se publicó una entrevista con Vali Nasr, profesor de la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados de la Universidad Johns Hopkins y asesor principal del Departamento de Estado durante la administración Obama. En diálogo con el periodista Isaac Chotiner.

Con sus respuestas, trazó un perfil de la importancia para Oriente Medio de la figura del asesinad líder:

- Soleimani ha estado trabajando extensamente con las milicias chiítas, así como con otros grupos en la región, durante más de dos décadas. Era amigo personal de Ahmad Shah Massoud, el legendario comandante afgano que luchó contra los talibanes. Suleimani había trabajado con la Alianza del Norte, organizándolos contra los talibanes. Como comandante de la Brigada Quds, estaba a cargo de las relaciones con Hezbolá. Jugó un papel decisivo en la creación de milicias en Iraq después de 2003 y negoció numerosos asentamientos políticos que produjeron gobiernos en Iraq. También fue importante en la organización de las milicias chiitas que lucharon junto al régimen de Assad en Siria, y probablemente fue la figura más importante en la orquestación de la campaña militar que salvó al régimen de Assad durante el levantamiento sirio. Se informa que fue solo después de reunirse con el presidente Putin en el Kremlin que convenció a Putin de desplegar al ejército ruso en Siria para ayudar a salvar a Assad. Y también grupos más pequeños en Kuwait, en Bahrein y en otros lugares quedaron bajo su mando.

- Si se hubiera descrito a sí mismo, probablemente hubiera sido como el comandante del equivalente de Irán de centcom , el comandante regional de todas las operaciones de Irán (seguridad, inteligencia, militares) fuera de la frontera iraní. Fue el comandante en funciones más antiguo de la Guardia Revolucionaria. Otros comandantes rotan según los términos que tienen, pero Suleimani se había sentado en esta posición como comandante de la Brigada Quds durante mucho tiempo, fuera de la norma de la rotación de los comandantes de los guardias.

- A lo largo de esto, construyó relaciones personales no solo con líderes de la milicia y comandantes de la milicia y personas como Hassan Nasrallah, sino también con jefes de estado, como Assad, con Masoud Barzani, en Irak, y con todos los primeros ministros iraquíes. Todos lo conocieron personalmente, todos trataron con él personalmente, todos pasaron horas negociando con él, y también se convirtió en el único comandante en Irán que todos en Occidente conocieron después de 2003. Los estadounidenses o europeos generalmente no conocen el nombres de los comandantes líderes de IRGC. Pero desarrolló un reconocimiento de nombre icónico en Occidente, a veces de proporciones casi míticas, como una versión de un personaje de John le Carré, el espía maestro soviético.

- Poco a poco, se convirtió en un nombre familiar en Irán. Aunque las fuerzas de seguridad son impopulares, Suleimani personalmente tenía muchos seguidores, porque los iraníes lo veían como una figura heroica que defendía el país y alguien que defendía el patriotismo y era piadoso. En los últimos dos o tres años, estaba cultivando esa imagen de manera mucho más abierta, tomando selfies en Iraq con las milicias chiítas durante las luchas contra isis. En Irán, hubo un murmullo gradual de que podría convertirse en el próximo presidente. Otra cosa que agregaría aquí, que en realidad es bastante crítica, es que, en muchos sentidos, así lo vieron los iraníes y muchos iraquíes chiítas. Y, aunque no les guste la República Islámica, lo acreditan por separado por ser decisivos para evitar que Irak caiga por completo ante el Isis .

- He oído de los líderes kurdos que, cuando Isis tomó Mosul [en 2014] y comenzó a moverse en dirección a Erbil, no había apoyo turco o estadounidense para las fuerzas kurdas. En dos horas, Soleimani llegó a Erbil con dos grandes aviones de suministros militares, y su presencia personal asustó a los soldados peshmerga de primera línea, por lo que hubo una gran gratitud por su papel en la protección de Erbil y Kirkuk del ataque del isis . En el sur, cuando las fuerzas iraquíes colapsaron e isis estaba a las puertas de Bagdad y Najaf, confió en una fatwa del ayatolá Sistani para organizar milicias chiítas, que luego ordenó de manera muy efectiva hacer retroceder al Isis . Y luego hubo períodos de la guerra donde hubo una colaboración tácita entre él y el ejército de los Estados Unidos en la lucha contra el Isis . Tenías fuerzas de la Guardia Revolucionaria y las Fuerzas de Movilización Popular [PMF] en el terreno apoyadas por el poder aéreo estadounidense. Parte de por qué Irak puede convulsionar, o los iraníes pueden convulsionar, ante la noticia de su asesinato es porque no lo ven como la figura nefasta que hace Occidente, pero lo ven a través del prisma de derrotar a Isis y lo que hizo en términos de defensa del interés nacional iraní. (La entrevista completa se puede leer haciendo clic aquí).