Argentino cofundador de OceanGate habló de la seguridad del sumergible

Söhnlein, quien fundó OceanGate con Rush antes de abandonar la empresa en 2013, aseguró que no participó en el diseño del sumergible Titan, pero negó que su amigo actuase de forma imprudente.

El cofundador de la compañía estadounidense OceanGate Expeditions, el argentino Guillermo Söhnlein, cuyo sumergible implosionó con cinco personas a bordo cerca de los restos del Titanic en el Océano Atlántico, afirmó hoy que la seguridad fue un "elemento clave" cuando crearon la empresa de exploración en aguas profundas.

Ayer, el director de la célebre película "Titanic", James Cameron, acusó a OceanGate Expeditions de "ignorar" las advertencias de seguridad, después de que el piloto Stockton Rush y otras cuatro personas murieran en una implosión del aparato mientras descendían en el mar.

Söhnlein, nacido en la Argentina y afincado en España, quien fundó OceanGate con Rush antes de abandonar la empresa en 2013, aseguró que no participó en el diseño del sumergible Titan, pero negó que su amigo actuase de forma imprudente.

"Estaba extremadamente comprometido con la seguridad", declaró a la emisora británica Times Radio.

"También era muy diligente a la hora de gestionar los riesgos y muy consciente de los peligros de operar en un entorno oceánico profundo", agregó.

"Esa es una de las principales razones por las que acepté entrar en el negocio con él en 2009", subrayó el empresario, según consignó la agencia AFP.

Söhnlein señaló que el propio Cameron ha realizado numerosos descensos en sumergible, incluidos más de 30 a los restos del Titanic en el Atlántico Norte, y al punto más profundo de la Tierra en la fosa de las Marianas, en el Pacífico.

"Creo que le preguntaron por un riesgo similar y él dijo: 'Miren, si ocurre algo a esa profundidad, será catastrófico en cuestión de microsegundos'", contó. "Hasta el punto de que la implosión se produce a velocidades casi supersónicas y básicamente estaría muerto antes de que su cerebro pudiera siquiera procesar que algo iba mal", añadió.

Subrayó, sin embargo, que es demasiado pronto para decir qué sucedió con el Titan, y puso el acento en las complicaciones que existen para formular regulaciones globales para sumergibles diseñados para bajar a grandes profundidades.

La exploración en aguas profundas debe continuar pese a la tragedia, consideró, no obstante.

"Al igual que con la exploración espacial, la mejor manera de preservar los recuerdos y el legado de estos cinco exploradores es llevar a cabo una investigación, averiguar qué salió mal, extraer las lecciones aprendidas y seguir adelante", concluyó.

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