La nueva industria del vino británica apuesta por los robots y la Inteligencia Artificial

La experiencia de una colaboración tripartita entre la Universidad Queen Mary de Londres, Extend Robotics y el viñedo Saffron Grange, ubicado en East Anglia.

La viticultura británica está experimentando una revolución tecnológica que podría cambiar su panorama para siempre. Tradicionalmente, las labores de poda y cosecha de las uvas han dependido de la destreza humana, un trabajo intensivo que requiere de la contratación de trabajadores temporales. Sin embargo, un nuevo proyecto busca evaluar cómo los robots podrían asumir estas tareas, prometiendo transformar la industria desde sus cimientos, según un informe publicado por el portal especializado Vinetur.


Dos bodegas mendocinas usan la Inteligencia Artificial en sus etiquetas

Este ambicioso proyecto es una colaboración tripartita entre la Universidad Queen Mary de Londres, Extend Robotics y el viñedo Saffron Grange, ubicado en East Anglia. Se financia gracias al apoyo gubernamental y a Innovate UK, una iniciativa que promueve la tecnología en el sector agrícola. Bajo el nombre de "Plataforma Integrada de Robótica Aumentada por el Humano y Sensores Inteligentes para la Viticultura de Precisión", este proyecto busca desarrollar soluciones basadas en la inteligencia artificial que permitan la automatización robótica de tareas como la poda y la cosecha.

El objetivo principal es demostrar cómo los viñedos pueden reducir los costes laborales y al mismo tiempo disminuir las emisiones y el impacto ambiental de los métodos actuales de viticultura. Según Extend Robotics, el fin último de la investigación es "mejorar significativamente la productividad y sostenibilidad de la industria vitivinícola del Reino Unido, proporcionando además una ventaja competitiva en el mercado global".

Dr. Chang Liu, fundador y CEO de Extend Robotics, subraya la constante evolución de la industria vitivinícola británica a lo largo de los siglos. "Nuestra tecnología permitirá a los productores monitorear de forma remota la salud del cultivo, identificar problemas potenciales de manera temprana y tomar las medidas adecuadas. Mediante la inteligencia artificial, podrán automatizar tareas generales y mejorar con el tiempo la eficiencia de sus operaciones, lo que resultará en una mejor calidad del cultivo y mayores rendimientos. Estamos a punto de cambiar el rostro -y el futuro- de la viticultura en el Reino Unido".

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En este esfuerzo colaborativo, Extend Robotics aportará sus sistemas de teleoperación basados en realidad virtual, mientras que los científicos de Queen Mary contribuirán con su experiencia en sensores remotos y análisis espectral de imágenes. Ketao Zhang, profesor senior de robótica en Queen Mary, expresó su entusiasmo por incorporar tecnología robótica de punta en la viticultura. "Nuestra tecnología permitirá realizar tareas como la poda y la cosecha de manera más eficiente y precisa, reduciendo los costes laborales, las emisiones y la dependencia de la migración estacional. Los componentes de IA conectados a la nube ayudarán a automatizar tareas generales para mejorar la eficiencia".

Por su parte, Lei Su, especialista en fotónica en Queen Mary, destacó el potencial de la tecnología de imagen y análisis óptico basada en IA en la agricultura. "Esperamos que esto no solo transforme las prácticas de cosecha en los viñedos, sino que también proporcione uvas de la mejor calidad para la elaboración de vinos de alta calidad".

Este proyecto no es el único ejemplo de innovación robótica en la viticultura. El año pasado, la finca Friulano Ca' Bolani comenzó a probar el Slopehelper, un robot agrícola de vanguardia desarrollado por el fabricante esloveno de vehículos eléctricos PeK Automotive, parte de Peker Holding. Montado sobre orugas y completamente eléctrico, este robot puede operar entre ocho y catorce horas seguidas, adaptándose a diferentes terrenos y condiciones climáticas, inclinado especialmente para trabajar en pendientes de hasta 42°.

El panorama de la viticultura está al borde de una transformación significativa. Con la implementación de tecnologías avanzadas, los viñedos no solo podrán optimizar sus procesos y reducir costes, sino también avanzar hacia prácticas más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente. Este proyecto es un claro ejemplo de cómo la tradición y la tecnología pueden fusionarse para forjar un futuro prometedor para la industria vitivinícola.

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