Los funcionarios del gobierno no prevén las consecuencias de sus propias decisiones

Se toman muchas decisiones sin prevenir las consecuencias, incluso cambiando funcionarios que llevan pocos días de designados. La columna de Rodolfo Cavagnaro.

Rodolfo Cavagnaro

Quizás por el hecho de ser una fuerza nueva, que no tenía gran cantidad de recursos humanos afectados al estudio en diversas aéreas, el gobierno de Javier Milei presenta todos los días baches peligrosos, con una mezcla de falta de experiencia y falta de formación gerencial, lo que se muestra en bruscos cambios de rumbo y confusas tomas de decisiones.

Esto lo enfrenta a Milei a un problema y es cómo la paciencia social, que aún le es favorable, se ve socavada por decisiones algo violentas. Es lo que pasado con los ajustes de tarifas de luz y gas. Lo paradójico es que lo funcionarios dieron aumentos muchos mayores que los que habían pedido las empresas porque sabían que el atraso era demasiado grande para recuperarlo en un salto. Hoy las personas, aunque estuvieran de acuerdo con el rumbo, están sufriendo de una ortodoxia que no tiene consideraciones básicas con las personas, que son las que pagan con más dureza el ajuste.  

Las perlitas de la nueva Ley Bases y el paquete fiscal

Es notable como todos los días en Memo, donde se hace un seguimiento de las altas y bajas de funcionarios, aparecen renuncias de personas que habían sido designadas uno o dos meses antes, en un gobierno que lleva cuatro meses de gestión. Han echado personas por decisiones viscerales sin reflexión, como ocurrió con Giordano, de la Anses, que en menos de un mes detectó el escándalo de los seguros.

Esta semana el Banco Central volvió a bajar la tasa de interés de referencia, más por impulso que por racionalidad. El ministro Luis Caputo quiere que baje el costo del dinero para que, a su vez, disminuya el costo del crédito para las empresas, sobre todo las pymes. El problema es que el BCRA tiene un stock de pases pasivos (plata que le prestan los bancos a 1 día) equivalente a dos veces la base monetaria.

Si una pequeña parte de esa base se destina a préstamos se puede dinamizar la economía. Si es mucho la que se vuelca puede generar un problema porque estimularía la demanda sin que se haya recuperado la producción y eso, seguramente, puede generar inflación. De lo contrario, se puede volcar a comprar dólares, que está muy barato.

Lo que está faltando

Hoy los argentinos están sufriendo por salarios bajos, desempleo y precios crecientes en todos los rubros. Los jubilados volvieron a ser "bicicleteados" en sus haberes y, lógicamente, la economía no tiene combustible para movilizarse. Están faltando varias normas, que estarían en discusión en los próximos días cuando el gobierno mande al Congreso nuevamente la ley bases y otras normas complementarias.

La economía necesita normas que permitan reactivar la economía, como puede ser la reforma laboral, que elimine ciertas rigideces y establezca normas de seguro de desempleo en reemplazo de la indemnización, que ha sido un negocio de los abogados. En el DNU que se publicó en enero había una norma que establecía, en las reglas de procedimientos, que quien alega un derecho debe asumir la carga de la prueba. Esto viene a poner freno a la vieja norma del "in dubio pro-operario" que figura en la vieja Ley de Contrato de Trabajo, por la cual cualquier empleado puede argumentar cualquier cosa para pedir una indemnización y es la empresa la que debe aportar pruebas en contra. La mayoría de estas son imposibles y ha sido un gran negocio de los abogados.  

El riesgo de que "los gordos" ganen la pulseada, siempre

También es probable que lleguen otras dos normas muy importantes. Un blanqueo laboral, que permitirá poner en blanco a personas empleadas sin tener que pagar multas, aunque para que esto tenga efecto sería muy importante bajar las cargas laborales, porque esa es una de las causas por las que las empresas son renuentes a tomar nuevos empleados. Otra de los temas importantes será el blanqueo de capitales. Más allá de que parezca injusto, es fundamental para que muchas empresas y personas puedan blanquear tenencias, que les permita hacer negocios, inversiones y movilizar ahorros. El blanqueo servirá para mejorar los ingresos fiscales, lo mismo que si se sanciona, nuevamente, el impuesto a los ingresos (antes a las ganancias) para los trabajadores en relación de dependencia.

La inflación en una lenta desaceleración

El INDEC publicó el viernes el IPC de marzo que dio un número del 11%. Si bien el gobierno se había entusiasmado con la posibilidad de llegar a un dígito, es real que se mantiene la tendencia a la baja, donde es interesante el comportamiento de los precios de alimentos, que siguen estando debajo del índice general. En el caso de Mendoza, la Dirección de Estadísticas dio un 9,2%. El número de inflación sigue siendo altísimo y muy empobrecedor. Esto hay que tenerlo en cuenta para que nadie vuelva a decir que "un poco de inflación es bueno". Nada de la inflación es bueno.  

En marzo, una familia necesitó $684.000 para no ser pobre en Mendoza

Dentro de lo malo lo bueno, para marcar tendencia, es que la inflación núcleo, que es la que no incluye precios regulados ni precios estacionales, marcó 9,4%, lo que permite avizorar una baja paulatina. No obstante, hay que tener en cuenta que entre abril y junio se sentirán los efectos de los aumentos de luz, gas y agua, además de lo que salga en precios de colectivos, que sumarán a los impactos, aunque hay esperanza que se tranquilicen los precios de alimentos, que podrían amortiguar un poco aquellos aumentos.

Con la apertura de las importaciones, muchos sectores, tradicionalmente protegidos, han puesto el grito en cielo, entre ellos los textiles y del calzado. Hoy vivimos una explosión del comercio con Chile, pero al revés. Los argentinos van a comprar, como explicamos la semana pasada y los productos que más demanda tiene son indumentaria, calzados y electrónica, junto a teléfonos celulares. Esos productos también necesitan una baja impositiva para poder ser competitivos.

Somos insistentes, pero una de las reformas fundamentales para asegurar el crecimiento es la impositiva. Hay que bajar impuestos distorsivos y la mayoría son de las provincias y los municipios. No sabemos cómo los podrán convencer. El intendente de la Capital de Mendoza quiere ponerles un gravamen a los terrenos vacíos o a las casas vacías. Algo parecido a un impuesto propuesto por sector comunistas a la "renta normal potencial de la tierra". El intendente Ulpiano Suárez quiere violar el derecho de propiedad y quiere ser gobernador de Mendoza. Cuidado.

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