La inflación despedida de Fernández y el desafío de Milei ante el FMI

Los datos de diciembre mostraron el final de un ciclo muy negativo, aunque su influencia se sentirá un tiempo más. El análisis de Rodolfo Cavagnaro.

Rodolfo Cavagnaro

Finalmente se conocieron los datos de la inflación del Indec de diciembre y el dato anual de 2023. Estos números, que corresponden a la gestión de Alberto Fernández y Sergio Massa, dieron 25,5% en diciembre, acumulando un 211,4% en todo el año. La misma medición hecha en Mendoza por la DEIE arrojó un dato mensual de 25,3% para el mes de diciembre, mientras la inflación anualizada en nuestra provincia fue de 216,5%.

Mucha gente esperaba un registro mayor, más cerca del 30%, pero hay que entender que son estadísticas complejas y en éstas, que son básicamente un promedio, nunca habrá alguien que sienta representado. En la medición nacional se registran más de 30.000 productos y servicios agrupados en tres grandes sectores: precios estacionales (mide todos los productos que por razones especiales tienen temporadas donde aumentan sus precios, como pueden ser frutas y verduras o gastos escolares en marzo, o la indumentaria en cada cambio de temporada.

El segundo grupo es el de los precios regulados, que corresponden a todos aquellos cuyo monto lo fija el estado a través de entes reguladores y, en general no están sometidos a los mercados porque son monopolios naturales. Finalmente, el tercer grupo corresponde al resto de los productos, con los que se mide la inflación núcleo. Algunos dicen que la inflación verdadera. En los registros de diciembre la inflación núcleo dio un 28,3%, los precios regulados 20,7% mientras que los estacionales dieron un 16,2%.

Es buenos tener en cuenta estos datos porque en los próximos meses nos acercamos a aumentos en productos estacionales y fuertes recomposición en los precios regulados, luego de las audiencias públicas de luz y gas. En el caso de los combustibles también hay segmentos regulados, aunque se utilizaba YPF para regular, algo que no hará el presidente Milei, que le ha dado la orden de vender a precio internacional, y quiere privatizar la tenencia accionaria en manos del Estado.

Lo cierto es que los registros de inflación muestran el nivel de deterioro de la economía generado a partir de un desmedido gasto público que terminó asfixiando el ciclo productivo. Es que para financiar el aumento irresponsable del gasto del Estado se aumentaron impuestos hasta niveles asfixiantes y se emitió moneda también de forma irresponsable. Todo ello nos deja en esta situación, pero no olvidar que los efectos de la emisión monetaria pueden seguir viéndose hasta 6 o 12 meses posteriores.

A la inercia generada por la anterior emisión hay que sumarle la liberación de los precios, buscando reordenar los precios relativos, con lo cual los altos índices siguen previstos. De hecho, en el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) publicado por el Banco Central, las consultoras prevén un aumento del 25% del IPC para el mes de enero, y prevén 213% para todo el 2024 de punta a punta. También estiman 18,2% para febrero y 15% para marzo, previendo que estaría entre 8 y 9% en Julio, claro que sin controles de precio.

Por eso es por lo que, también, el panorama del dólar sigue siendo inestable. La semana pasada advertíamos que el dólar oficial a $800, con una actualización del 2% mensual podía ser insuficiente. Los analistas que publican el REM ven un movimiento suave hasta junio, pero con una aceleración en segundo semestre que lo llevaría a $1700 a fin de año, con una depreciación del 164%.

Arreglo con el FMI lleno de condiciones y con poca plata

Esta semana el Gobierno y el FMI terminaron acordando las metas para este año, mientras los técnicos del organismo se mostraron satisfechos por lo programas del gobierno. El acuerdo prevé un desembolso de us$ 4.700 millones, que se haría efectivo en unos 15 días, cuando el directorio del organismo tenga su sesión. Pero esta suma alcanza para devolver plata que se pidió a la Corporación Andina de Fomento, para hacer un pago, y ayudará a hacer pagos gasta el mes de abril.

Para el resto del año no habría nuevos desembolsos del organismo y el gobierno no los ha solicitado. En las cercanías del ministro Caputo admiten, dadas las medidas adoptadas para conseguir salir del déficit, van a poder solventar solos el pago de obligaciones que vencen el resto del año y además podrán cumplir con las metas comprometidas, que en principio parecen muy ambiciosas.

Los objetivos principales comprometidos son un superávit primario de 2% del PBI (el acuerdo anterior admitía un déficit de 0,9%, que no cumplirían) y en materia de reservas el acuerdo prevé alcanzar 10.000 millones de dólares netos en las arcas de Banco Central. Algunos analistas creen podría haber un exceso de confianza del gobierno, pero los funcionarios afirman que, en un año con una buena cosecha, con una buena cantidad de dólares ingresando será posible cumplir con la meta de acumulación y pagar las obligaciones.

La duda que queda es la evolución del tipo de cambio oficial. Si bien los dólares financieros y el blue retrocedieron algo luego de conocer el resultado del acuerdo con el FMI, no bajaron tanto y se mantiene una brecha de entre 35 y 45% y este es un límite. Porque si la brecha se agranda, los exportadores no venderán y postergarán liquidaciones y presionarán al gobierno para nuevos movimientos en el dólar oficial. Otra duda que subsiste es si realmente alcanzará con la provisión local de gas o habrá que importar para el invierno, porque eso desviaría muchas divisas.

Con este acuerdo el gobierno solo compra un poco de tiempo. Lo que permitiría un despegue de la actividad económica es que se aprueben, aunque con modificaciones, tanto el DNU y el megaproyecto de ley. También se espera que el gobierno revise la tasa de interés que se paga a los ahorristas porque eso está favoreciendo la volatilidad en el mercado cambiario.

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