Más señales para que Mendoza y Argentina activen sus potenciales mineros

Matías Kulfas avanzó con el desarrollo de un plan minero nacional que buscaba poner a la industria como una de las principales generadoras de divisas para el país. Ya no está y existen dudas respecto a lo que sucederá. Mientras seguimos esperando, hay señales que indican que es el momento para tomar decisiones.

Una de las fortalezas que tiene el sector minero es que, a diferencia de otras industrias, tiene la espalda y los recursos para operar en circunstancias adversas que otros sectores no podrían.

Por eso, aunque Mendoza está entre los peores destinos para invertir -según el informe Fraser- en la actividad a nivel mundial, su potencial la mantiene como una alternativa que nunca se tiene que descartar. Sin embargo, es necesario que surjan señales y algunas certezas que fomenten la decisión de apostar por la provincia.

Por ahora, lo único que se puede hacer es todo aquello que está bajo el régimen de la Ley 7.722, pero aún dentro de ese marco legal siempre es necesario que el poder político entregue mayores certezas para atraer las inversiones.

Mientras eso sucede, y las autoridades políticas tienen relatos y actitudes ambiguas, el mundo sigue enviando señales que indirectamente muestran a la provincia y al país que están en condiciones de desplegar el potencial y volverse un lugar atractivo para las inversiones.

Una de las últimas señales es lo que está sucediendo en Chile, donde la última reforma tributaria presentada por el presidente Gabriel Boric, aumenta de manera considerable el impuesto que deben pagar las compañías que cumplan con un determinado rango de producción en el vecino país. Antes se intentó implantar un royalty a través del Congreso, pero sin éxito.

Desde el sector al otro lado de la cordillera, destacan que la medida puede significar la pérdida de inversiones, dineros que pueden ir a otros destinos con buen potencial dentro de la misma región.

En primer lugar, y como principal competidor, aparece Perú que mantiene una lucha por la producción de cobre a nivel mundial con Chile, históricamente el mayor proveedor en el planeta. Sin embargo, Argentina y Mendoza podrían instalarse también en ese horizonte, siempre que se tome la decisión de avanzar con la actividad en zonas con potencial, pero con restricciones que rayan más lo ideológico que lo técnico.

Los impuestos

Entrando en el terreno específico, en Chile temen que el aumento del impuesto aleje inversores. Hasta ahora el vecino país tiene una carga tributaria total sobre las mineras en torno al 47%. Según un informe del banco de inversión Barclays, difundido por Diario Financiero, el royalty que se pretende aplicar llevaría la carga de impuestos al 59%.

Dentro de los principales afectados estarían Antofagasta Minerales, del grupo Luksic (los más ricos de Chile) que tiene todas sus operaciones concentradas en el vecino país. Pero además afectaría a gigantes como BHP y Anglo American, que tienen un 12% y un 20% de su Ebitda en el vecino país.

El que primero sacaría ventaja sería Perú, cuya carga tributaria minera alcanza entre el 41% y el 42%. Sin embargo, en ese país también se sigue discutiendo un aumento de la carga, porque según informes del FMI hay un margen para que se pueda ampliar el nivel de los impuestos.

Otros países como Brasil tienen una carga de 47.9%, Canadá de 49.9%, Mongolia del 55.2% y el Congo de 70.7%.

En Argentina, la carga impositiva de la actividad tiene un piso aproximado del 58%, por lo que podría quedar en el mismo nivel de Chile, con un muy bien potencial en Mendoza y otros lugares, pero con las dificultades que mencionamos en materia -especialmente- de certezas desde el mundo político.

Ni siquiera la mala situación económica de la Argentina y las restricciones en el mercado cambiario significan una obstáculo como si lo son la falta de decisión política y que se cumpla con la cuestión jurídica. Esto último ni siquiera implica cambiar la 7.722, sino asegurar que los proyectos que estén dentro de lo que indica la normativa sean posibles de realizar, esto considerando el filtro político que significa la Legislatura y el tratamiento ideológico que se hace desde algunos sectores.

A esta señal se suma lo que se ha reiterado en numerosas ocasiones y que tiene que ver con la demanda que tendrá el mundo de minerales como el cobre, el recursos con mayor presencia en Mendoza, para la transición energética hacia sistemas de producción más limpios y principalmente eólicos o eléctricos.


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