Horacio Verbitsky pasajero Vip a la Luna

Verbitsky ha querido o es mi apreciación convertirse en el dedo ético del poder con sus investigaciones y sus archivos que nunca están en naftalina, salvo el suyo.

Carlos Varela Álvarez

En buena parte de esta joven democracia Horacio Verbitsky se convirtió para un gran sector del progresismo en un referente de agudas investigaciones, de información veraz y de una lucha implacable por la decencia ética del estado y funcionarios. Para ello con sólo hacer referencias a sus libros basta. Pero como se dice el periodista siempre queda expuesto en su vida con aciertos y errores. Los abogados conocemos de memoria el fallo "Verbistky" de la Corte Suprema niveló para arriba los derechos de las personas privadas de libertad gracias a una presentación del Instituto que dirige llamado CELS ( Centro de Estudios y Sociales) el que está asentado sobre la base de dos enormes y extraordinarios ejemplo de lucha en materia de derechos humanos; Emilio Fermín Mignone y Augusto Conte Macdonell ( diputado de la Democracia Cristiana que luego se suicidaría).

Un paso esencial en su rol de periodista fue sin duda Página 12 donde con su muy entonces joven socio, Jorge Lanata, instalaron un estilo de periodismo revolucionario asentado en la investigación veraz, la burla hacia el poder, la ironía y esencialmente la lucha contra la corrupción. De aquellas viejas notas que daban cuenta de los negociados por el entonces Secretario Privado de Carlos Menem, conocido como el caso "Miguel Vico", que fue atrapado en la compra de leche en polvo vendida por otro empresario del poder Carlos Spadone pasaron decenas de noticias de ese estilo.

Verbitsky ha querido o es mi apreciación convertirse en el dedo ético del poder con sus investigaciones y sus archivos que nunca están en naftalina, salvo el suyo. Así tanto él como el CELS se convirtieron en las herramientas esenciales para la consulta de funcionarios en materia de derechos humanos en la Nación, ya sea colocando la gente dentro del Estado como propiciando candidaturas internacionales. Su relación entre otros de los heridos por ha sido Jorge Taiana puede dar cuenta de ello.

Un ejemplo de este poder por fuera del Estado es lo que hizo el propio periodista con el entonces candidato oficial para ocupar un cargo ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el mendocino Carlos De Casas, donde Página 12 le dedicó una tapa directamente escrachando su imagen, señalando incluso a quienes lo apoyábamos de manera artera. El resultado fue fulminante para el candidato.

Para ello contó en su "investigación" local con favores de un abogado de derechos humanos y en un ex juez federal que sostuvieran su fuente. Las bajezas siempre no parecen lo que son.

El actual Verbitsky ha naturalizado la corrupción a la que combatió en otros tiempos, el mismo se ha insertado en un acto antiético que ha dado a conocer. Si lo hizo para evitar que un medio periodístico diera a conocer lo que él banalizó en su relato radial porque se conocía su caso y así prefirió auto denunciarse o si sólo fue un ingenuo que quiso contar algo personal, es independiente de su conducta y sus efectos.

Personalmente creo que es más grave que lo haya contado él mismo a que lo haya publicado un diario ajeno al poder, porque quizás las defensas pudieron ser otras.

Desde aquel periodista que libró batallas como en el caso de la ley mordaza de Menem, que derivó en el asunto del juez entonces supremo "Baquié" a este comentario radial sobre su vacunación por la puerta de atrás gracias a sus amistades, sólo ha mostrado lo que somos, y que en el Verbistky de hoy hay una enorme diferencia entre su dedo y sus acciones, que al final es lo que cuenta, como dijo Hegel, somos actos o, los cristianos cuando refieren que por "sus obras los conoceréis" o como dijo el General, "mejor que decir es hacer y mejor que prometer es realizar".

Así entonces Verbitsky en su mañana de gloria impensada se fue a la radio con su promesa de relato para convertirla en acción ya con su boleto comprado con anterioridad e inmunizado, para subirse luego al asiento VIP de su cohete que lo llevara a la Luna, allí donde cada vez más crecen los cráteres de la corrupción donde sus archivos duermen para ser justificados y olvidados porque son los de los viejos amigos a los que él acaba de hacerle una ofrenda mayor.

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