Milei: Totum revolutum

El terremoto político que representa Javier Milei frente a "todo revuelto". El análisis de Sergio Bruni.

Sergio Bruni

Las propuestas de Javier Milei durante la campaña y las acciones que en estos tres meses viene desarrollando, configuran un ?totum revolutum' que conviene desenredar y tratar de ordenar, para entender el fenómeno que representa. También deberían los políticos profesionales comprender que expresa Milei, para no caer en un grotesco frente a un inexorable cambio de época.

La irrupción de Milei ha desatado un terremoto político en el país. Con su tono agresivo y su apariencia excéntrica, el economista libertario ha pasado de las tertulias de los sets televisivos a convertirse en un presidente que, todo el tiempo redobla sus apuestas, juega fuerte y sin temores. No habría muertos en su clóset.

Sus excesos retóricos, molestan, es cierto y más a ciertos sectores intelectualizados o que abrevan en lo "políticamente correcto" pero, detrás de sus formas, se esconde un programa político que combina elementos del pasado con medidas sin precedentes.

El pensamiento de Javier Milei mixtura dos elementos principales: el populismo antisistema y el liberalismo libertario. Su discurso contrapone a la "casta" política contra la gente corriente; al decir del presidente: "los argentinos de bien".

Según Milei, los políticos roban sistemáticamente a los argentinos con sus políticas públicas y el excesivo intervencionismo estatal. Como solución, propone reducir el papel del Estado al máximo y la dolarización de la economía.

La aparición de Milei en el primer plano de la atención ciudadana no es casual, es la consecuencia de décadas de fracasos de nuestra democracia: inflación insoportable y una corrupción escandalosa, sentenció de muerte a la democracia tal como la conocimos.

Nada nuevo, pocos años atrás, los politólogos de la Universidad de Harvard, Steven levitsky y Daniel Ziblatt, escribieron un afamado ensayo, de lectura obligatoria entre los estudiosos de las ciencias políticas, "Como mueren las democracias".

Los autores señalan que cierta dirigencia a lo largo del tiempo, pueden subvertir gradualmente el proceso democrático para aumentar su poder. ¡Todo el poder posible! Esos mismos dirigentes, dicen los autores, con tal proceder, matan a las democracias.

"Políticos ricos, ciudadanos pobres" podría sintetizar el contexto que generó el fenómeno Milei y su acceso a la primera magistratura del país.

Milei no profesa el republicanismo y tengo dudas que tenga una visión federal. En su discurso, subliminal o literalmente, prioriza la Nación Argentina, ésta debe en absoluta libertad, crear orden y progreso, luego será el turno de las provincias.

Su pronunciamiento del primero de marzo ante la Asamblea Legislativa se esperaba breve y brabucón contra los legisladores. Sin embargo, hubo interesantes sorpresas. En un marco de tensión creciente con las provincias, fiel a su estilo, algunos dardos tiraron contra "esa casta ahí reunida, nido de ratas" pero en un giro copernicano, convocó a los gobernadores a firmar en Córdoba el 25 de mayo (vaya fecha elegida) un pacto fundacional, el Pacto de Mayo, con 10 puntos a tratar y que enumeró en la Asamblea Legislativa.

El economista de la "escuela austríaca" se diplomó de hábil político, el referido pacto que llevará alivio fiscal a las provincias está sujeto a la aprobación previa de la frustrada ley Bases. O sea, si los gobernadores quieren "alivio fiscal" deben ordenar a sus diputados y senadores votar afirmativamente para aprobar la ley que no pudo ser en el primer intento.

Milei sabe que para generar un mandato de manera exitosa, luego de años estancamiento en el ingreso y el empleo formal, volver a crecer debe ser un objetivo prioritario para cualquier gobierno que quiera mejorar los estándares de vida de la población. Para lograr este objetivo es imperativo bajar la inflación a niveles internacionales.

Bajo la premisa de que la inflación es siempre un fenómeno monetario, el presidente Javier Milei propone combatir el flagelo de la inflación con una política sin precedentes para la economía. Desde un punto de vista histórico, Milei está provocando un ajuste monetario con escasos antecedentes en la política económica local. Según el presidente, la inflación se explica por una cantidad de dinero superior a su demanda, y la maniobra para combatir este flagelo es atacar directamente el exceso.

Mientras tanto, millones caen en la pobreza, sectores medios y medios profesionales, jubilados atrasadísimos en sus ingresos, entre otros tantos segmentos sociales, padecen el ajuste a sangre y fuego que lleva adelante el presidente. Debe decirse que, en general, los sondeos que se han realizado muestran que los más afectados por los ajustes siguen apostando a Milei. No quieren que el pasado regrese.

Si el gobierno de Milei en los próximos meses baja a un digito la inflación y no se ve él y su gobierno salpicado por actos de corrupción, tendrá masivos e impensados apoyos, para llevar adelante las otras reformas necesarias, para que el país crezca y genere empleos de calidad.

De lo contrario, ojalá, "las fuerzas del cielo" tengan piedad con nuestro futuro.

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