La portada de The Economist

Donald Trump, al descubierto y bajo amenaza de destitución. Boris Johnson, acorralado por el Brexit. Inmejorable tapa para The Economist y para hacer buen periodismo.

Con Donald Trump afectado por la difusión de una llamada al presidente de Ucrania que la Casa Blanca intentó esconder, y con eso entre las cuerdas ante un posible juicio político encabezado por los demócratas, y con Boris Johnson que actúa en Gran Bretaña cual "gato encerrado" por la situación generada por el Brexit, la portada de The Economist no podía perderse la oportunidad de mostrarlo como gemelos políticos.

"Brexit has infected British politics from top to bottom", analiza -en una síntesis perfecta- el semanario británico, que da cuenta de cómo el debate ha contaminado a toda la vida política de la nación.

Boris. El diario español La Vanguardia presentó así la situación del premier británico: ParaBoris Johnson, humillado, con toda la ­autoridad moral y buena parte de su dignidad perdidas, la mejor defensa es un buen ataque. Podría haber pedido perdón humildemente al Parlamento, pero ha optado por todo lo contrario. Buen discípulo de Donald Trump, ha elevado el lenguaje del odio a niveles hasta ahora desconocidos en la política del Reino Unido. Todo Brexit que no sea salvaje es una "traición" y una "rendición". Quienes se oponen a sus designios de una salida de Europa -ya sean jueces, periodistas, legisladores o votantes- son "los ene­migos del pueblo". Y el pueblo sólo es el 52% que en el 2016 votó leave.

Donald. En tanto, la Casa Blanca intentó esconder la llamada de Trump a Ucrania, según el informe del denunciante anónimo que ha generado el proceso de impeachment, o juicio político. El confidente aseguró en el escrito, hasta ahora clasificado, que el presidente utilizó al presidente ucraniano  Zelenski para "promover sus intereses personales" e influir en las elecciones de 2020.

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