Los cardenales contrarios a Francisco eligieron su "antipapa"

Un encuentro en homenaje al todavía vivo Benedicto XVI, Josep Ratzinger, fue el escenario propicio para que los jerarcas que disienten profundamente con la ideología de Jorge Mario Bergoglio determinaran su lugar en la Iglesia.

La Universidad CEU San Pablo de Madrid fue escenario de una especie de cónclave de cardenales contrarios al papa Francisco, el argentino Jorge Mario Bergoglio, que es criticado no solo aquí por sus posiciones ideológicas, sino dentro de la Iglesia, desde los sectores más conservadores. 

Del encuentro, de algún modo, salió ungido como "Antipapa" el cardenal Gerhard Müller, el alemán que lleva años de lucha y predicación contra el pontífice.

El encuentro se realizó entre el 26 y el 27 de octubre y tenía como excusa ser un homenaje al papa Benedicto XVI, que cumplió su 95 aniversario el pasado mes de abril. Müller estuvo rodeado por la plana mayor de la Iglesia más a la derecha de España.

Müller junto a Bergoglio.

Según el recuento que hizo el periodista David González en El Cierre, ahí estuvo Juan Antonio Reig, obispo de Madrid-Alcalá. 

"Reig -escribió la prensa- es especialmente conocido por sus opiniones homófobas, siendo defensor de las terapias de conversión sexual. Tampoco faltó José Ignacio Munilla, obispo de Orihuela-Alicante y vinculado por algunos medios de comunicación a la aplicación de las citadas terapias. Completaba la terna Antonio María Rouco Varela, el que fuera el hombre con más poder en la Iglesia española y que perdió gran parte del favor de la Santa Sede tras la llegada de Jorge Bergoglio al Vaticano". 

Las jornadas estaban organizadas por la Asociación Católica de Propagandistas (fundadora del CEU), Fundatio Christiana Virtus (alemana) y la Asociación de Teología Eclesiástica. Un posicionamiento por parte del CEU que ha sorprendido e incluso, según ha podido saber elcierredigital.com, ha molestado a algunos miembros del San Pablo CEU.

Qué dijo del Papa el "Antipapa"

Müller en sus intervenciones en Madrid fue directo en sus críticas a la postura del papa Francisco en algunos asuntos. "La Iglesia no es un programa para establecer una sociedad liberal capitalista o social-comunista, ni para crear un nuevo orden mundial en 2030", aseguró en una clara alusión a una de las etiquetas que persiguen al Papa que lo sitúan en la órbita progresista.

Según el cardenal alemán, el origen de la actual situación de la Iglesia hay que buscarlo en el Concilio Vaticano II al que calificó como "la chispa para la ruptura de la Iglesia". "Estas iglesias secularizadas, ellos se llaman modernos pero son secularizadas, se han transformado en salas de concierto, discotecas, museos... Es el símbolo de que uno ha renunciado a la Iglesia, cuando deja que la estructura se deteriore, y se convierte la catequesis en programas de adoctrinamiento con la locura de la ideología de género", afirmó sobre las consecuencia del Concilio que clausuró Pablo VI. "La Iglesia no puede ofrecer una supraestructura religiosa sin contenido a los estados pluralistas", añadió.

Müller y Ratzinger.

También hubo recado para la legislación española que ha aumentado derechos sociales en clara referencia a leyes como la del matrimonio igualitario. "Hoy nuestras leyes están en lo contrario a Dios. Las leyes tienen que proteger el matrimonio y la familia, cosa que no está pasando en España. No hay ningún respaldo a la familia y al matrimonio, es un síntoma de una sociedad enferma", expresó en el 'cónclave' conservador.

Müller fue uno de los hombres más cercanos a Benedicto XVI, llegando a ser Prefecto para la Doctrina de la Fe (la antigua Inquisición) durante el pontificado de Ratzinger. Un puesto del que fue relevado por Francisco a su llegada al trono de San Pedro. Desde entonces, Müller es el más crítico abiertamente, no sólo con las decisiones papales sino con la propia figura del Pontífice, al que ha llegado a definir como hereje. 

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