"La izquierda te da fueros": la frase de Kirchner a Puerta en el arranque del nuevo relato peronista

Ceferino Reato, autor de "Los '70, la década que siempre vuelve", en un diálogo sobre el por qué del impulso constante a un núcleo de ideas que remiten a la violencia. El kirchnerismo y su ilusión izquierdista, la negación de ir por datos verdaderos y también, la ausencia de "valientes" que se animen a la "batalla cultural" en la derecha.

Periodista y escritor, autor de una docena de libros de ensayo y literatura. En Twitter: @ConteGabriel

Ceferino Reato, autor de "Los '70, la década que siempre vuelve" es el periodista que logró arrancarle al exdictador Jorge Rafael Videla poco antes de su muerte la confesión en torno a la crueldad del proceso que lideró. "Hubo una dictadura, la más sangrienta de la historia y hubo un método de exterminio con cuatro estaciones: el calvario, la reclusión en un centro clandestino con tortura, asesinato y desaparición de los cuerpos", recuerda hoy Reato al reconstruir aquella charla que quedó plasmada en el libro "Disposición final".

De allí a que se lo acuse de "negacionista" hay toda una contradicción, porque precisamente ha logrado desentrañar -con su trabajo de indagación e investigación, y aun con su pensamiento personal en torno a un tema que todavía sangra- datos que permanecían solo como sospechas, o que eran sencillamente levantados como banderas mitológicas o legendarias por unos y otros, sin haber sido contrastadas.

Días atrás, Reato dialogó con Mendoza en un encuentro que fue transmitido por Memo y que contó con la organización de la Cátedra Alberdi, la Universidad del Aconcagua y la Fundación Libertad, con la participación online de autoridades de la casa de altos estudios, y del diputado Guillermo Mosso quien junto a Daniel Pereyra trabajan en el rescate alberdiano.

Faltan valientes, sobran subsidios para un solo relato

Reato fue duro con el relato kirchnerista que, dijo, se escuda por izquierda, pero también con los que se entusiasman por derecha con su libro: "No hay valientes que busquen dar la batalla cultural", dijo, y además cuestionó a la gestión de Mauricio Macri por evitar darla, declarándose ya derrotados desde el inicio.

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Además, cuantificó la dimensión del "mundo progresista" en función de los recursos que el Estado destina para que quienes cuenten la historia sean militantes, y no personas que busquen nuevo datos históricos: se reafirma el corpus de ideas que sostiene al Gobierno en lugar de plantear la posibilidad lógica para cualquier periodista que se precie de tal de cuestionar.

Negacionistas e ilusionistas

"¡Qué voy a ser negacionista! Hay como una memoria consolidada sobre los años '70 que parece que no se puede decir nada. Lo que hay que hacer es historia, y siempre es un diálogo intersubjetivo entre las personas", respondió.

La polémica alrededor del periodista busca acallar su recuento de los desaparecidos, cosa que ya sucedió cuando Graciela Fernández Meijide, también ofreció datos concretos que desmienten la mitológica cifra de 30 mil que, sin embargo, sirve y ha servido de símbolo reivindicación de las personas asesinadas por la dictadura. "La realidad no es simbólica", se defendió Reato. "Si lo fuera, creemos el Ministerio de la Felicidad y sintámonos todos felices", sostuvo.

Acusó a "la militancia" de querer sostener un relato que le conviene a sus intereses en torno a lo que sucedió en los años '70 en la Argentina, pero además definió en torno a ella que "está sobrevaluada" su opinión, que parece definir qué se puede decir de qué cosas y qué no.

- La militancia está sobrevaluada en Argentina. Si ustedes se van a Chile, Uruguay o Brasil, la militancia es una cuestión importante, pero no son los militantes los que hacen periodismo o dicen las "verdades". Los guía la política, no la verdad histórica. No hay que darles mucha importancia. Lo que sí me asusta más es el silencio de los mansos. Allí hay un problema. Imagínense: estamos todos los días viendo los partes de los fallecidos lamentablemente del coronavirus. El Ministerio informa la muerte de, supongamos, 232 personas y suman; es gente que tiene nombre y apellido. A nadie se le ocurriría que "son 70 mil". ¡Es como si se propiciara darle mayor sufrimiento a la gente! Hay muchos pobres en Argentina, un 46,5%. ¡A nadie se le ocurriría salir a decir que son el 60%! Ya es mucho 46,5%. Es lo que es. Revela un ansia de mentir, lo que es patológico.

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Ancló su cifra crítica de "los 30 mil" en que fue recolectado del programa del Programa de Registro de Víctimas del Estado que tiene, dijo, "unos 150 cargos" que se han dedicado a contar cuántas fueron las víctimas de la dictadura, entre otras cosas.

- Los que están del otro lado de los acusados falsamente de "negacionistas", ¿serían los "ilusionistas"? ¿Por qué se habilita a otros autores que hablaron con miembros de la dictadura, como son los casos de Gabriela Ceruti con Emilio Massera o de Horacio Verbitsky con Adolfo Scilingo?

- Hice un libro sobre la crisis del 2001 que se llamó "Doce noches". En un momento una de mis fuentes, Ramón Puerta, que se llevaba muy bien con Néstor Kirchner porque ambos fueron gobernadores y los laderos de Domingo Cavallo. En 2003 Puerta le dice a Kirchner: "Néstor, ¿cómo es esto? Hasta hace poco los dos éramos los alcahuetes de Cavallo, yo primero y vos segundo y ahora te ponés a la izquierda. "Ramoncito -le contestó Kirchner- la izquierda te da fueros". Yo creo que es una frase magistral. En Argentina realmente la izquierda te da fueros. Mi opinión es que Kirchner era un muy buen político y un gran corrupto, las dos cosas a la vez. Eran dos cosas: dinero y votos, dos materiales cuya aleación era indispensable. El poder llevaba al dinero y el dinero llevaba al poder. 

"No soy el payaso de un grupo ni busco hacer justicia: soy periodista"

Reato, en su diálogo, valoró el rol del periodista. "Para mí Videla es un personaje de la historia como lo es Firmenich, o Astiz. Ellos me quieren contar muchas coas, pero yo quiero que me cuenten lo que no quieren contar", dijo. Sobre Roberto Perdía o sobre Luis Mattini, el último jefe del ERP, yo no los he encarado como 'este tipo es un asesino'. Como periodista, no voy a hacer justicia, sino con la mente bien fría. No soy un torturador, ni voy a escuchar detrás de la puerta: voy a hacer preguntas para que me respondan".

Se diferenció de los otros autores porque "están en un grupo de interés, y están bien. Ellos no van a discutir cuántos son los desaparecidos". "Yo no vivo de defender una idea, hago periodismo. No pertenezco a un grupo: no soy el payaso de un grupo. Está bien, porque eso les da tranquilidad. No me desvela para nada que se me critique desde las Madres de Plaza de Mayo o que la derecha esté contenta con mi trabajo".

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Hasta el kirchnerismo había bastante autocrítica, sobre todo de exguerrilleros que sacaron bastantes libros. También hubo intelectuales que sacaron libros. Los intelectuales viven del Estado generalmente, tienen que estar bien con quienes manejan el Estado. El kirchnerismo es muy generoso con sueldos y jubilaciones con quienes son sus subordinados. Son intelectuales muy domesticados.

Como el kirchnerismo los glorificó en vida y pasaron a ser de unas personas ya retiradas que solo podían escribir o dar charlas, algunos fueron incorporados a la función pública, pero todos fueron honrados como personas que encararon los ideales puros que hay que llevar a la práctica. Definieron que no hay que hacer ninguna autocrítica, que son un ejemplo a seguir. Al incorporar ese discurso como parte central del relato, clausuró toda autocrítica. Es conveniente que no lo hagan. Es toda una cuestión tan farsesca que a poco de que uno empiece a rascar aparece toda la incongruencia. Esto les conviene tanto a ellos como a los militares. Que hoy estemos mucho peor a nivel social, fue obra de los militares y de los guerrilleros, no fui yo el que lo hizo.

"No son tantos, pero hay una minoría muy activa. La cantidad de libros que han escrito es increíble. Yo los uso mucho para hacer una pila y poner el celular", ironizó. 

"Hay un libro de Federico Lorenz, 'Cenizas que te rodearon al caer', sobre la chica Amalia González que puso la bomba debajo de la cama del Jefe de la Policía Federal. O 'El Caso Lanoscou'... Yo los he leído. parece una gran pérdida de tiempo, pero sirve para comprobar cosas: la política es un trabajo arduo de mucha paciencia y perseverancia. Y la izquierda tiene perseverancia. El kirchnerismo ha puesto mucha plata en editoriales, universidades, en el Conicet, secretarías y subsecretarías para crear libros, películas, documentales y manuales de historia que están hechos en esa época. Desde el centro, nunca se ha tomado esta tarea en serio. La cultura para la derecha siempre es una cuestión clásica y elitista, siempre muy ocupada en el poder y la guita. La cultura es muy importante. El gobierno de Macri cometió el gran error de definir que la batalla cultural estaba perdida. La cultura no es el Colón o bailar un gato".

"Ahí está el queso"

Reato fue duro con quienes son los "relatores del relato" kirchnerista. "¿Por qué hay tantos progresistas?", se preguntó, y respondió: "Porque allí está el queso". Construyó su mirada señalando que "estudiás periodismo, salís, no tenés laburo: ¡hacete de La Cámpora!". "Tienen sitios, diarios, televisión para darte trabajo y además, si escribís libros, la Secretaría de Derechos Humanos de La Rioja te invita, te paga; la subscretaría de no sé cuanto de Tierra del Fuego o Formosa te lleva... Han invertido mucho dinero y tienen sus frutos", dijo.

- ¿Por qué setentear da para tanto? ¿Por qué querer repetir una época que fue triste? ¿Cómo es que los sectores expulsados por Perón coparon el peronismo?

- Yo creo que el peronismo murió en 1975, el estado que mediaba entre el Estado y el trabajo. Después quedaron los votos y el sentimiento, una forma argentina de pensar las cosas. Cada grupo ha intentado ponerle el cerebro del elefante. "Menem lo hizo" después de unos traspiés importantes que terminaron en la hiperinflación, lo volcó al centroderecha y después vino Kirchner que lo volcó al centroizquierda y ahí está. Es muy desafiante ver cómo saldrá de esta crisis. Con el Impuesto a la Riqueza están aplicando una cuestión de marketing, que es importante para la política, pero que no soluciona los problemas que tenemos. El peronismo no tiene mucha respuesta para lo que pasa hoy. Es un gran interrogante lo que puede llegar a pasar. Como el peronismo no sabe bien qué hacer, los grupos más intensos se refugian en los ideales de los años '70: la Patria Grande, la liberación, los sectores populares o como dice el profeta Grabois, "el pueblo pobre y trabajador". Por ahora no me parece que esto vaya a ser muy eficaz para solucionar esta crisis. Tienen mucha fuerza porque han acumulado mucho músculo en universidades y diarios. 

- ¿Qué rol le cabe a la época anterior al golpe, con la creación de la Triple A?

- El progresismo llega solo hasta la Triple A, las bandas paraestatales de derecha son vinculadas con la represión ilegal y el genocidio. Del '73 al '76 hubo mucho más. A la progresía le gustaría que creamos que las guerrillas nacieron para luchar contras las dictaduras (...) Creo que el relato oficial se va a ir deshilachando desde el momento en que no será eficaz para salir de la crisis y el otro va a quedar agazapado porque no hay fuerza social para que haya otro relato, tan macizo como el otro. El gobierno anterior no lo quiso hacer. No es una clase política que se caracterice por la valentía.

Hay mucho más que esto en la charla completa que podés repasar abajo:

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