Divina Comedia: El Infierno

A 700 de la muerte de Dante Alighieri, José Jorge Chade, de la Fundación Bologna Mendoza, recorre desde Italia la Divina Comedia. Aquí, El Infierno. "Para reflexionar... ¿tal vez indirectamente habla de una potencial apología con muchos de nuestros países?", propone el autor de esta nota.

José Jorge Chade
Presidente de la Fundación Bologna Mendoza

El Infierno es el primero de los tres reinos del inframundo cristiano visitado por Dante durante el viaje, con la guía de Virgilio. Dante lo describe como un inmenso abismo en forma de cono invertido, que se abre de par en par a las entrañas de la tierra debajo de la ciudad de Jerusalén, en el hemisferio norte de la Tierra. Esta cavidad subterránea se abrió cuando Lucifer, expulsado del Cielo después de su rebelión contra Dios, fue arrojado al centro de la Tierra donde todavía está atrapado; la tierra se retiró debido al contacto con el diablo y habría formado el monte del Purgatorio, que se eleva en las antípodas de Jerusalén, en el hemisferio sur.

Sobre la puerta del Infierno hay una escritura amenazadora de color oscuro, que anuncia a quienes la atraviesan los dolores del infierno y la imposibilidad de volver; la puerta está desquiciada y permite un fácil acceso, ya que Cristo triunfante después de la resurrección la rompió para ir al Limbo y sacar a los patriarcas bíblicos. No sabemos dónde está ubicada esta entrada, pero Dante y Virgil tardan casi un día en llegar a ella luego del episodio del bosque oscuro.

El infierno se divide en nueve círculos, similares a las cornisas rocosas que rodean la parte interior del abismo y que albergan a los diversos condenados. Hay un Vestíbulo, también llamado Antinferno, donde se encuentran los perezosos. Este lugar está separado del infierno mismo por el río Acheron, donde los condenados son transportados por Charon en su bote. El I Círculo, también conocido como Limbo (de "flap", o el borde extremo del abismo infernal), alberga a los virtuosos paganos y niños que murieron antes del bautismo; estas almas no están condenadas ni salvas y no sufren ningún dolor, excepto el deseo insatisfactorio de ver a Dios (Virgilio es uno de ellos).

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Tras el paso del Acheron, los condenados llegan ante Minos, guardián del II Círculo y juez infernal. Las almas confiesan todos sus pecados y Minos indica cuál es el Círculo donde serán destinadas, retorciendo la larga cola alrededor del cuerpo.

Imagen: S. Botticelli, Estructura del Infierno de Dante. Detalles: 


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