Una faceta de la vida de Favaloro que lo hace más grande aun

En esta columna, el médico mendocino y habitual colaborador de Memo, Eduardo Da Viá, profundiza en la vida de René Gerónimo Favaloro.

Eduardo Da Viá

Escribir sobre el Dr. Favoloro pudiera padecer redundante, por cuanto mucho se ha dicho en torno de este incomparable personaje, tanto desde el punto de vista profesional como desde el personal, como ser humano en relación no sólo con sus pacientes sino con la gente y la cultura.

Pero siempre queda algo, una faceta desconocida o no reconocida en su verdadera dimensión, que lo hace más grande de lo que la mayoría de los argentinos lo considera.

Para dimensionar adecuadamente su grandeza, voy a traducirles un artículo escrito por otro gigante de la cirugía Cardiovascular estadounidense y mundial, un superdotado en cuanto a capacidad de trabajo y a la destreza incomparable de su accionar en la mesa de operaciones el Dr Denton Cooley, quien realizó al primer trasplante cardíaco con donante humano en EEUU, como así también el primero que implantó un corazón artificial.

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En su primera cirugía de trasplante, tardó la cuarta parte del tiempo que le insumió al infatuado Barnard primero en el mundo, cuya idoneidad nadie niega, pero las ansias de figuración y la aparición en los medios lo desmerecieron totalmente, al menos para los que también hemos sido pioneros en otras áreas de la cirugía, y a pesar de la presión de los periodistas nunca transigimos con una nota en la que se nos nombrara y mucho menos una fotografía.-

A poco de morir René, Cooley publicó este merecido panegírico en el Texas Heart Inst J. 2000; 27(3): 231-232., traducido Revista del Instituto del Corazón de Houston, vale decir en una revista científica famosa y no en el Hola como haría nuestro distinguido Cormillot, obviando lo de Dr. porque no lo es.

TEXTO TRADUCIDO:

"In memorian, tributo al Dr. René Favoloro, pionero del bypass coronario"

Nacido el 12 de Julio de 1923 en la ciudad de La Plata, Bs. As., Argentina, se recibió de médico en 1949 y durante 12 años practicó medicina rural en una pequeña población de la provincia de La Pampa, donde, entre otras logros estableció el primer banco de sangre móvil y construyó su Propia Sala De Operaciones donde entrenó a médicos y enfermeras.

Pero siempre conservó su interés por la cirugía torácica y así partió para nuestro país en 1962 donde ingresó a una institución de gran prestigio: la Cleveland Clinic donde debió vencer la barrera del idioma que logró prontamente. Allí trabajó con un gran cirujano cardiotorácico, el Dr. Donald Effler, que se transformaría en su tutor y amigo.

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En los descansos Favaloro estudiaba cientos de coronariografías, producto de la labor de su inventor, el Dr. Mason Sones, también en la Cleveland Clinic, y que poseía la colección más grande de placas de los EEUU.

Intertanto se había comenzado a utilizar la vena safena, vena superficial principal del miembro inferior, pero a la manera de parche, luego de abrir a lo largo una parte estrecha de la arteria coronaria y ocluir el defecto con un parche de safena para que se mantenga abierto. No dio los resultados esperados por cuanto con frecuencia se producían trombos (coágulos) que volvían a ocluir la arteria. Ello se debía a la pared arterial deteriorada que quedaba en el camino de la sangre.

La genialidad de Favaloro fue pensar en la utilización de la vena pero como puente entre la parte proximal y la distal sanas de la arteria comprometida, dejando la porción estrecha sin tocar.

La palabra by-pass significa desvío de un camino, cortocircuito evitando la ruta principal, de ahí pues la denominación de by- pass coronario, con que nació esta maravillosa técnica, en la que la vena se unía a la aorta por arriba y a la coronaria enferma por debajo, salteando la zona enferma y permitiendo el libre flujo de la sangre hacia el músculo cardíaco.

El 9 de Mayo de 1967, Favaloro operó el primer paciente sin complicaciones mediatas ni inmediatas. A los 3 días Sones le efectuó una coronariografía y comprobó que el puente estaba funcionando a la perfección, lo mismo ocurrió a los 20 días de la cirugía.

La técnica había sido un éxito indiscutible.

Al año siguiente, 1968 concretó otra proeza quirúrgica: en un mismo paciente efectuó la plástica de un aneurisma (dilatación) ventricular, el remplazo de una válvula y como colofón un by-pass coronario. Todo en una sola y agotadora sesión quirúrgica y con curación del paciente sin complicaciones.

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Cooley finaliza su panegírico aclarando que después de volver a su país, donde todos sabemos la tragedia en que terminó, Favaloro recibió numerosos premios internacionales, y sabía visitarlo con frecuencia en el Instituto del Corazón de Texas.

"René fue siempre una gran inspiración para mí"

Denton Cooley.

Hasta aquí nihil novum sub sole, quien más quien menos, los argentinos conocemos aunque sea superficialmente la biografía extraordinario de este gran benefactor de la humanidad, que por intentar levantar el nivel científico de su país termino suicidándose.

Yo estimo que fue víctima de un asesinato por parte de la sociedad argentina vinculada a la administración de la medicina, para que queda claro: lo mataron.

PAMI le debía 18 millones de dólares, deuda generada durante la gestión de Alderete, quien le exigía 500.000 pesos de "retorno" para saldarla. Favaloro nunca aceptó el trato y los seguidores de Alderete, luego detenido y apresado por 19 causas; desconocieron la existencia de la mencionada deuda.

Pero aún falta referirme a la faceta poco o nada conocida a la que me referí en el subtítulo.

Antes voy a formularle una propuesta a los lectores que consiste en pensar cómo nos enteramos los argentinos y muy especialmente los mendocinos, de los progresos médicos que a menudo se producen como fruto del mérito innegable de algunos colegas, en áreas como oftalmología, cirugía cardiovascular, pérdida del cabello, cirugía anti edad o tratamiento de la impotencia sexual masculina, sólo por mencionar los más conspicuos.

La respuesta es muy simple: nos enteramos por los medios, con fotos sonrientes de los protagonistas, varios de ellos simulando haber sido sorprendidos por los periodistas, pero que ya que están , acceden a la entrevista; o bien perfectamente concertada con anterioridad, oportunidad en la que aparecen vistiendo ropa de cirugía, e incluso dentro del mismo quirófano y con la paciente presente, como el caso de Tini Stoessel junto a su cirujano Pablo Palmieri luego de haberse sometido a una plástica de sus partes íntimas, tal como reveló el portal MDZ.

El caso Palmieri fue comentado por mí en un artículo especial, donde y lo reitero ahora, lo califico de inmoral y profanador de ese santuario que es el quirófano para verdaderos cirujanos como Favaloro pero no para mercaderes de la cirugía como Palmieri.

Pues bien la vía tradicional, seria, responsable y desinteresada de dar a conocer descubrimientos, perfeccionamientos de técnicas preexistentes o directamente nuevas técnicas, fue siempre la de presentar la buena nueva ante un jurado que casi siempre era la Comisión Directiva de la Sociedad correspondiente a la especialidad de que se tratara.

Alexander Fleming, descubridor de la penicilina en 1928, publicó sus descubrimientos en una memoria a la que no se le dio en principio mayor importancia, Terminó ganando el Nobel en 1945, es decir 17 años después de su hazaña. Nunca pidió ni reclamó nada, tampoco la patentó.

Favaloro publicó su técnica no en algún diario de gran tirada de Cleveland, foto incluida, sino en un trabajo científico publicado en una de las revistas de mayor prestigio: The Annals of Thoracic Surgery, en Diciembre 11, 1967 y como único autor.

El mundo se enteró a su vez a través de los cirujanos lectores de la revista, a la que habitualmente se encontraban suscriptos.

Millones de seres humanos le deben la vida a René Favaloro quien siguió con su diaria tarea como si nada hubiera sucedido.

Personalmente efectuó más de 13000 by-pass.

La Argentina Menemista, vía PAMI- Alderete, se dio el lujo de asesinarlo después de 29 años de desigual lucha para difundir sus conocimientos y formar seguidores de los mismos.

Hoy el PAMI vuelve a estar en el escenario de la mano de Luana Volnovich, Martín Rodríguez, Alberto Fernández y Máximo Kirchner.

Todo con y por el dinero de los contribuyentes teóricamente destinado a prestaciones médicas, tal como su acrónimo lo indica:

P lan, de A sistencia, M édica, I ntegral.







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