Encuesta de Mediciones Mendoza: pandemia y política, lotería o ruleta rusa
Memo y Mendoza Post están publicando las encuestas que en exclusiva realiza Mediciones Mendoza. La imagen del presidente Alberto Fernández demostró una rotunda caída, pero también la del gobernador Rodolfo Suarez. El riesgo de respaldarse sobre las medidas por la pandemia y no generar un halo alrededor de la gestión concreta.
Vivir en un eterno presente puede ser una tentación, sobre todo si quien se tienta es el político a quien le sonríen las encuestas. Podría haber sido el caso de los dos líderes más importantes que nos interesan a los mendocinos, el presidente Alberto Fernández y e gobernador Rodolfo Suarez.
La administración de la pandemia, con todos sus condicionantes, miedos, advertencias y situaciones los mostraron en un principio como "protectores", aunque pronto se diferenciaron los caminos. El presidente se quedó con el encierro y el gobernador, con la apertura. Las consecuencias económicas se empezaron a hacer sentir tempranamente y sobre todo, no se dibujó una idea de futuro, más allá de deseos o especulaciones.
La encuesta exclusiva para Memo y Mendoza Post que hace cada mes Mediciones Mendoza permite efectuar una recorrida por la imagen de ambos líderes con el paso de los meses y si algo quedó claro en el informe publicado sobre el tema por Ricardo Montacuto, es la idea de "tobogán" que surge de la percepción de los encuestados en Mendoza sobre Alberto Fernández. De un 78 % de imagen positiva registrado en julio, y un 47 % en agosto, ahora sólo un 36 % tiene imagen buena o muy buena.
Economía: el 26% de los mendocinos dice estar igual o mejor que en 2019
La imagen del gobernador Rodolfo Suarez también cayó, aunque quedó alta: un 73% le otorga un "bueno" o "muy bueno".
Santiago Montivero desculó el estudio a nivel municipal en Memo y dio cuenta de un ránking. Luján es el departamento en el que mejor miden tanto Fernández como Suarez. En este caso, la gestión del presidente es valorada de manera positiva por el 43,4% de los encuestados, mientras que el gobernador llega al 74,8%. En Maipú, único departamento peronista del Gran Mendoza, la imagen positiva del presidente apenas llega al 35%, mientras que la del gobernador llega al 71,7%. Estos números son similares a los de Godoy Cruz: Fernández 34,7% y Suarez 70,8%.
Las Heras -señaló el análisis de datos que hizo Montiveros- es el segundo departamento en el que la gestión de Fernández supera el 40% entre "buena" y "muy buena" (sólo ocurre en Las Heras y Luján): llega al 41%. En el caso de Suarez, el 72,2% de los lasherinos lo valora de manera positiva. En Guaymallén Alberto Fernández tiene una aprobación de gestión del 36,7% y Suarez, del 70,6%; y en Capital, el presidente tiene el acompañamiento más bajo, con el 31,7%, y Suarez alcanza el 72,8% de imagen positiva.
A Flourish chartLotería o ruleta rusa
Fernández muy probablemente se desplazó del tobogán cuando se opuso a Portezuelo del Viento en su visita a La Pampa: la gente que en Mendoza lo diferenciaba de Cristina Kirchner, a quien rechaza, empezó a igualarlo y a considerarlo como un adversario.
Cómo miden Suarez y Fernández en cada departamento del Gran Mendoza
Pero es la gestión de la pandemia lo que mueve la aguja y, dentro de este tema, las idas y vueltas, tanto como los contrapuntos con el gobernador, a quien la ciudadanía podría estar identificando más claramente con "Mendoza" y no solo con su persona.
Pero si los políticos y sobre todo, los que están en cargos públicos continuaran aferrándose a la gestión de la pandemia como catapulta de su imagen en una sociedad que pronto se transformará en "electorado", el riesgo será mayúsculo: buscan ganarse la lotería, pero están jugando a la ruleta rusa.
Hay algo más por demostrar de parte de las tres instancias de gobierno, ya que las municipales también están "jugando al coronavirus": saber gobernar, hacer cosas y sobre todo, tratar de que muchas no se deshagan.
En el caso nacional y provincial, como en algunas municipales, las administraciones son nuevas en sus posiciones y no han podido todavía mostrarse por completo, condicionados por la situación sanitaria y todo lo que la rodea.
