¿Sin clases hasta 2022? Mejor, ir ampliando la cobertura de internet

Una entrevista con Alejandro Artopoulos, director de Investigación y Desarrollo del Centro de Innovación Pedagógica de la Universidad de San Andrés, quien desarrolló el último informe sobre alcance de Internet a los estudiantes en la Argentina para el Observatorio Argentinos por la Educación.

G. Conte y S. Montiveros

"De los 80 sistemas educativos con información en PISA, Argentina se encuentra en la posición 62 si se ordena de mayor a menor el porcentaje de estudiantes con acceso a Internet en su hogar". Este es solo uno de los datos del último informe difundido por el colectivo "Argentinos por la Educación", realizado por Alejandro Artopoulos, quien es director de Investigación y Desarrollo del Centro de Innovación Pedagógica de la Universidad de San Andrés. Hay más información al respecto y toda, reunida, da cuenta de que todavía falta mucho crecimiento en materia de tecnología y alcance de cobertura de Internet para poder asegurarnos que en la Argentina una pandemia, como ahora, no baje la llave interruptora del proceso educativo.

Artopoulos cree que no habrá clases en las escuelas, en el sentido clásico, "por lo menos hasta 2022". En diálogo con Memo, sostuvo que "hay en la Argentina todavía muchas familias que no tienen Internet, que solamente tienen datos en los teléfonos. Y, por otro lado, hay familias que aun teniendo internet, no tienen suficiente internet para todos los que están en casa en cuarentena, porque la conexión que tienen estaba pensada para otra situación entonces no alcanza. Y hay una tercera posibilidad: que, aun teniendo Internet, no tienen computadoras suficientes para todos, entonces se tienen que turnar para trabajar, enviar tareas. Esa situación es bastante importante en la Argentina, estamos hablando entre un tercio y dos tercios de la población", dijo.

El futuro nos apura

El especialista se anotó entre los que piensan que "esto se tiene que solucionar pronto, porque la cuarentena viene para largo, estamos hablando no solo de fin de año y el año que viene, si no 2022 porque no tenemos cierto cuando van a desarrollar una vacuna, de manera que recién ahora se está empezando a discutir esto porque no estaba en agenda, hasta esta semana no había consenso en la comunidad de expertos y en los que hacen las políticas educativas, de que tener internet y una computadora para trabajar en casa era necesario para sostener la educación". 

"Por supuesto que -sostuvo Artopoulos- dentro de este debate, hay algunos como yo que hace años viene diciendo que es necesario, no porque viniera una pandemia, porque nadie la esperaba, si no para tener esos recursos para desarrollar el país, para que esté preparado para las nuevas tecnologías, para que los chicos tuvieran mejores trabajos, para estudiar mejor, para estudiar cosas que tienen sentido, un montón de motivos. Pero somos una minoría en este debate". 

Sin embargo, esa condición minoritaria a la que hace alusión se dio vuelta ante la evidencia de los hechos: "En esta situación de pandemia el contexto cambio rotundamente, no solo es necesario por esas razones, si no que ahora pasamos en una etapa nueva, que es pensar que necesitamos esta tecnología para sostener la educación, para que la educación no sea un privilegio y en situación de pandemia no se generen desigualdades educativas profundas en las cuales en dos años un porcentaje muy grande de chicos del país quedan sin educación".

Cómo remediar la situación

Quedarse quietos no serviría de mucho. Posponer todo para "el día después", tampoco. De allí que el especialista manifieste su convencimiento de que "el país está preparado para poder remediarlo". 

-¿Cómo?

- Me parece que lo primero es rearmar la agenda de política educativa para incorporar esto como una prioridad, una vez que suceda esto recién vamos a poder a empezar a pensar qué soluciones concretas se pueden dar. Firmé un petitorio que armo una gran cantidad de especialistas convocados por el Observatorio Argentinos por la Educación para presentar tanto al gobierno nacional como a las empresas de Internet y datos a través de celular, para que encontremos juntos soluciones específicas para los sectores más perjudicados por esta brecha digital.

- ¿Y cómo se implementaría?

- No sé como se implementaría. Hay que probar varias soluciones y posibilidades y ver de qué forma se puede hacer, por supuesto que las aplicaciones educativas son una forma de implementarlo, pero en realidad el proceso de aprendizaje, además de aplicaciones educativas un chico puede hacer un gran abanico de actividades en línea, entonces hay que pensar en zonas geográficas de barrios específicos, es bastante complicado el tema.

Aulas por turnos

Artopoulos contó que "hay diferentes situaciones". En este punto, relató que vio "la foto de los niños dinamarqueses que volvieron a clases y en un aula había apenas 8 chicos, entonces, lo que decía el ministro (Nicolás) Trotta, cuando volvamos a clases los 30 chicos que teníamos antes en un aula no van a entrar, van a entrar a lo sumo 7 u 8 chicos por la distancia social. Ahí vamos a tener que ver como sostenemos la actividad educativa, porque si hacemos turnos, para que todos los chicos vayan a clase dos veces por semana, se pierden muchas horas de clase, y eso mismo sabemos que se puede complementar con actividades en línea". 

"Hoy en la Argentina no tenemos plataformas educativas oficiales para escuelas públicas que puedan hacer ese sostén, hasta ahora lo que han hecho los docentes fue a pulmón fue aprendiendo y tomando lo que había disponible, pero eso no quiere decir que lo hayan hecho de forma ordenada y sistemática", señaló Artopoulos.

Volver: ¿cómo dar clases con barbijo puesto?

"Todos -analizó el especialista- tenemos la ilusión de volver a abrazarnos, volver a tomar un café en la esquina, pero por otro lado el ser humano tiene la interna necesidad de sostener lo esencial en un momento de crisis". Y dio el caso que lo involucra: "Por ejemplo, en mi universidad conversaba con profesores sobre como ellos imaginaban la vuelta a clases, y uno de ellos me decía que el problema más grande que iba a tener era como iba a volver a hablar, porque si tiene barbijo no me va a escuchar. Es algo muy incómodo el barbijo, alcanza para ir a comprar, pero para ir a dar clases es imposible, y hablar en clases es una actividad que potencialmente es muy contagiosa".

Consideró que "eso es un pronóstico que de alguna forma recién ahora estamos cayendo y asumiendo, y que de alguna forma nos convoca a dar un esfuerzo para encontrar soluciones que, no solo van a venir del Estado".

En este punto, subrayó que "en las estadísticas en el informe que nosotros hicimos, descubrimos que hay muchas familias de clase media, que aun teniendo recursos económicos para comprar una computadora por chico, no lo han hecho porque no lo han considerado necesario; entonces hay que tomar decisiones a nivel familiar, a nivel individual de cómo resolver cómo dar una clase, cómo estudiar, muchos que nunca experimentaron o experimentaron poco aprender en línea van a tener aprenderlo, no es imposible pero se puede hacer, y siempre que haya una instancia presencial, los estudios muestran que es posible sostener actividades de aprendizaje en un formato que combina lo presencial con lo en línea". 

Y al respecto, concluyó: "Esta semana leí un informe del Ministerio de Educación australiano, que señalaba esto, entonces me parece que vamos a experimentar muchos cambios interesantes en los próximos meses y años".

El informe completo

¿Cuántos estudiantes tienen acceso a Internet en su hogar en Argentina?

Una pandemia que nos desafía 

El coronavirus tuvo impactos en el sistema educativo y, en particular, alteró el ritmo pedagógico de la escuela. De acuerdo a datos del Instituto de Estadísticas de UNESCO (2020a), al día 21 de abril de este año casi 1.600 millones de estudiantes están afectados por medidas de cierre de escuelas y cancelación de clases presenciales. Esto representa el 90,2% de los estudiantes en 191 países. Según UNESCO (2020b), la mitad de estos estudiantes no cuenta con una computadora en el hogar y 43% no cuenta con acceso a Internet en sus casas. Aproximadamente la mitad de esos países recurrieron a la tecnología para sobreponerse al desafío de cancelar las clases presenciales (Argentinos por la Educación, 2020). China, por ejemplo, implementó clases vía Internet pero, de acuerdo a las estadísticas de este país, entre 56 y 80 millones de personas no cuentan con Internet en sus hogares. También se implementaron programas educativos vía televisión1 . De acuerdo al Foro Económico Mundial (2020), el foco en la tecnología pone de manifiesto una fuerte inequidad en al acceso a la educación: solo el 53,6% de la población mundial tiene acceso a Internet de acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas (2020). 

En Argentina se han implementado políticas para continuar el proceso de enseñanza y aprendizaje, tanto a través de Internet como de la televisión. En los últimos años el país ha mejorado el acceso a Internet en los hogares: según datos del Ente Nacional de Comunicaciones (2020), en el primer trimestre del año 2014 el 49,6% de los hogares contaba con acceso a Internet fijo. Los datos más recientes, del tercer trimestre de 2019, muestran que el porcentaje pasó a 62,8%. La velocidad de esa conexión también mejoró: pasó de 3,6Mbps en 2014 a 28,3 en 2019. 

Este informe describe las inequidades que existen en Argentina respecto al acceso a Internet, la velocidad de internet y a dispositivos con acceso a internet por parte de los estudiantes en su hogar. Durante el mes y medio sin clases presenciales se evidenciaron estos tres niveles de brecha digital. Si el hogar dispone de acceso a internet, la velocidad y la cantidad de dispositivos en el hogar determinan cuán intensa será la vinculación con el docente. Cuando la velocidad es menor a 20 Mbps se dificultan las actividades de aprendizajes sincrónicos (videoconferencias o foros), solo quedando disponibles las actividades asincrónicas (tarea, lecturas o videos). 

Los datos 

De cada 100 hogares, casi 63 tienen acceso a Internet fijo Entre el primer trimestre del año 2014 (primer dato disponible) y el cuarto trimestre de 2019 (último dato disponible), el acceso a Internet fijo por cada 100 hogares pasó de menos de la mitad a casi 63, según datos del ENACOM (2020). 

El primer gráfico resume esta situación y muestra la disparidad existente entre las provincias argentinas. 

En el gráfico 2 se observa la brecha digital en el acceso a los dispositivos conectados a internet por grupo de edad. Entre los 4 y 12 años el 72,1% de los niños usaron Internet, en tanto sólo el 37,9% usaron computadoras, es decir 34,2% accedieron a internet pero no usaron PCs. 

Los guarismos mejoran en los siguientes grupos etarios pero los datos siguen describiendo dos tipos de brecha digital: los desconectados y los desconectados comunitarios, con uso de internet pero sin usos de PC fuera de la conexión a internet, que se encuentran en 29,7% (13 a 17 años) y en 36,3% (18 a 29 años). 

En cuanto a la velocidad, más de la mitad (54.11%) de las conexiones son de una velocidad menor a 20 Mbps, lo que no asegura actividades sincrónicas. Si bien estos datos no discriminan conexiones hogareñas de comerciales, sí permiten apreciar que un tercio (32.52%) de conexiones se encuentran en la zona "roja" de la banda angosta con velocidades menores a 6 Mbps. Tener Internet no es sinónimo de estar conectados, solo con una computadora por chico y banda ancha (más de 20 Mbps.) se puede garantizar la continuidad escolar.

De los 80 sistemas educativos con información en PISA, Argentina se encuentra en la posición 62 si se ordena de mayor a menor el porcentaje de estudiantes con acceso a Internet en su hogar En la prueba PISA, en el cuestionario complementario, se pregunta a los estudiantes acerca de características socioeconómicas, trayectoria educativa, aspiraciones futuras, etc. 

Entre las diferentes preguntas se indaga si en su hogar tienen conexión a Internet. Esta pregunta es formulada de la siguiente manera: "De la siguiente lista, indicá lo que tenés en tu casa... una conexión a Internet" Los estudiantes pueden responder sí o no. Esta pregunta no indaga exclusivamente si el estudiante tiene o no Internet de tipo fijo. El respondiente puede interpretar tener una conexión a Internet en sentido amplio (fijo o móvil, por ejemplo a través del celular). Por lo tanto, el acceso a Internet medido de esta manera (y, como se verá, a través del cuestionario complementario de las pruebas Aprender) no implica tener una conexión a Internet necesariamente adecuada para poder mantener clases a distancia. 

Además, las mediciones en pruebas estandarizadas en estudiantes de 15 años (como PISA) o de final de secundario (como Aprender) tienen un sesgo, ya que los estudiantes que llegan a esta instancia del proceso educativo suelen provenir de estratos socioeconómicos más favorecidos en comparación con el total de estudiantes que accede desde primer grado. 

Como se ve en el gráfico siguiente según la última ronda de PISA (2018) en Argentina el 85% de los estudiantes de 15 años respondió que tiene conexión a Internet en su hogar y el 74% que cuenta con una computadora para usar para fines educativos. Estas cifras son inferiores a las de países como Australia, España, Estado Unidos o Francia donde más del 95% de los estudiantes tiene conectividad a Internet y más del 85% cuenta con computadora. 

En comparación con la región, las cifras de Argentina superan a Perú, México y Colombia tanto en conectividad como en tenencia de computadora, pero son inferiores a las de Chile y Uruguay. 

Gráfico 4. Porcentaje de estudiantes de 15 años con acceso a Internet en su casa y disponibilidad de computadora para uso escolar. PISA 2018.

En el nivel primario, 1 de cada 5 estudiantes no cuentan con acceso a Internet 

En Argentina el 19,5% de los alumnos no cuenta con acceso a Internet en el hogar, según los datos que surgen de las respuestas de los estudiantes del último grado del nivel primario en el cuestionario complementario de la prueba Aprender 2018. 

En este caso, la pregunta fue formulada de la siguiente manera donde la conexión a Internet es una de las cuestiones por las que se pregunta: "¿Cuáles de estas cosas hay en el lugar donde vivís? ... Conexión a Internet". 

El promedio nacional, como se ve en el siguiente gráfico, esconde fuertes disparidades dentro del país. 

En un extremo, hay 7 provincias donde un tercio o más de los estudiantes no cuenta con Internet en su hogar: Santiago del Estero (40,7%), Formosa (37,7%), San Juan (36,1%), Catamarca (35,0%), Misiones (35,0%), Chaco (33,5%) y Corrientes (33,3%). En el otro extremo, las jurisdicciones donde este porcentaje es inferior al 10% son Ciudad de Buenos Aires (7,2%), La Pampa (7,5%) y Tierra del Fuego (8,0%)

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¿Hay que prohibir el uso de celulares en las aulas?