Las grandes potencias mundiales (y Argentina), entre las naciones más endeudadas

La deuda argentina representa el 91,6% de su PBI anual. Es una de las más altas de la región, pero hay países desarrollados en el mundo que superan el 100%.

Francia, Estados Unidos y Japón son algunos de los países del primer mundo que tienen una deuda pública, comparada con su Producto Bruto Interno (PBI), más elevada que Argentina y, sin embargo, cuentan con una economía más sana y mejores indicadores sociales.

En Argentina, la deuda pública representa el 91,6% del PBI, llegando a 311.000 millones de dólares. Si bien descendió en unos 20.000 millones en el último año, como el Producto Bruto Interno cayó en dólares, el peso del endeudamiento se incrementó.

Por su parte, Japón tiene una deuda pública que supera a su PBI considerablemente: representa más de 250%, de acuerdo con cifras del FMI. Otros ejemplos de un endeudamiento superior a la Argentina son Portugal (114,8%), Estados Unidos (108%), Francia (99,2%), España (95,2%) o Brasil (93,9%).

Fuente: Secretaría de Finanzas de la Nación.

En aquellos países desarrollados, la deuda no suele ser un gran problema, aunque supere las riquezas que genera un país en un año. Se trata de naciones que tienen los recursos para pagar y que cuentan con una capacidad productiva capaz de sustentar toda la deuda contraída

Pero el principal factor es la confianza que generan al, por ejemplo, nunca haber "defaulteado"; eso se traduce en tasas de interés bajas e incluso negativas a la hora de endeudarse. Son naciones que cuentan con ahorro nacional y van refinanciando sus compromisos financieros (roll over): es lo habitual.

La deuda se transforma en un problema si, por ejemplo, Estados Unidos necesitara incrementar la impresión de dólares para pagarla, lo que significaría un riesgo de inflación en aquel país (con las consecuencias que eso generaría en el mundo) y una pérdida de confianza.

O en el caso de Japón, la tercera economía más grande del mundo y, a la vez, el país más endeudado del planeta. Por un lado, sus tasas de interés son negativas, hay deflación -de lo cual se sirve para financiar los intereses de la deuda- y el desempleo apenas alcanza el 2,2%. Pero, por otra parte, hay quienes visualizan un horizonte complicado.

Algunas proyecciones apuntan a que a mediados de este siglo, a partir de 2040, el país asiático podría entrar en graves apuros y suspensión de pagos. Además de un crecimiento económico estancado desde hace años, las proyecciones demográficas y el envejecimiento de la población complicarían el cumplimiento de las obligaciones.

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