En Mendoza la Educación sí importa

Durante la pandemia, cerca de un millón de estudiantes abandonaron los estudios en la Argentina. En Mendoza, en cambio, hoy hay casi 10.000 alumnos más que en 2019. Mientras el Gobierno Nacional se empecinaba con la enseñanza remota, en Mendoza se volvió a las aulas de manera presencial y se puso el foco en rastrear y recuperar a quienes se desconectaron del sistema. Por sus resultados, el ejemplo fue seguido por la ciudad de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. Política pública progresista es lograr masividad en la educación, y eso es lo que viene ocurriendo en Mendoza.

Mientras en la Argentina la educación de calidad va en declive y es una deuda pendiente cada día más relegada, en Mendoza venimos demostrando que con buena administración y con las prioridades claras, se puede marcar la diferencia. La matrícula del sector público aumentó durante mi gestión y durante la de Rodolfo Suarez, sin perderla por traspaso a la escuela privada, lo contrario de lo que ocurre en el resto de las provincias. Hay más días de clases en la primaria y menos deserción en la secundaria. Cuando en el resto del país se vivían paros e interrupciones continuas, en Mendoza se daban 180 días de clases efectivos, con el claro objetivo de dar continuidad pedagógica a nuestros alumnos.

Estos logros cuantitativos han ido acompañados de una mejoría en los aprendizajes. Una mejoría que no es de relato, sino que se ve en las evaluaciones y en las herramientas incorporadas para medir los programas pedagógicos, como el Censo Provincial de Fluidez Lectora y el Plan provincial de Información Educativa. Ambos posibles gracias a la puesta en marcha en mi gestión del GEM, el sistema digital nominal en tiempo real que permite seguir la trayectoria de cada alumno individualmente para poder ayudar a quienes más lo necesitan.

¿Cómo se logró todo esto? Cuando fui elegido como gobernador, me propuse junto con mi equipo de trabajo recuperar estos instrumentos del presupuesto público: gastar lo mismo que ingresa y que el gasto que se realice rinda cada vez más en salud, en educación, en seguridad y administración de Justicia. Estas son las principales herramientas. En tiempos de crisis, las demandas ciudadanas se vuelven más exigentes. Eso requiere tener muy claro el proyecto y el liderazgo, tanto en materia de educación como en todos los servicios básicos del Estado.