Otro capítulo del "aval del Gobierno a la censura"

El abogado Pablo Giordano vuelve a analizar en una columna medidas que representan un condicionante a la libre expresión que garantiza la Constitución.

Pablo Giordano

No se requiere de extrema astucia para darse cuenta como el gobierno nacional se empeña en querer demostrarles a sus administrados (pueblo) que el respeto a la norma suprema rotulada, Constitución Nacional, no vale nada y ojo ello no se debe a que han conculcado solo algunos preceptos contenidos en esta y por mera negligencia o descuido, ¡no!, la violación a tal cuerpo legal es reiterada/ constante y dolosa.

Estas líneas tienen sus génesis debido a la nueva "innovación" digna de un novel a la burrez, que fue promovida por el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, que se rotula "Pacto para el buen uso de las redes sociales, que dejen de intoxicar el espíritu de nuestra democracia", pero ojo tal iniciativa según narra el funcionario no significa ni un intento de regular las redes sociales, ni un intento de vulnerar la libertad de expresión, ni mucho menos avasallar ningún derecho constitucional. Y entonces, ¿qué es Dr. Beliz? No quiera tomar al pueblo por tonto, imponiendo algo ilógico bajo palabras bonitas y maquilladas que transgreden la norma suprema de la A a la Z.

Sin embargo el cacique del Ejecutivo, el cual se encontraba a la izquierda del funcionario, asentaba sus dichos en su libreta como prestando tácito reconocimiento a dicha iniciativa. Pero ello ¿nos sorprende? ¡Claramente no! y esto encuentra asidero, puesto que no es la primera vez que el presidente elogia actos conducentes a censurar de alguna manera la libertad de pensar y expresarse, que no es dato menor, se encuentra consagrada en un cumulo de artículos como ser el 14, 32 de la Constitución Nacional y el artículo 19 de la Declaración de los Derechos Humanos, siendo verbigracia de ello la ratificación que este hizo hace un tiempo sobre el instituto Nodio, cuyas siglas refieren "Observatorio de la desinformación y la violencia simbólica en medios de prensa y plataformas digitales", que no tenía otro objetivo que atentar y transgredir manifiestamente los preceptos contenidos en la Carta Magna.

Otro de los elogios presidenciales a los ataques contra la libertad de expresión, fue como Fernández, luego del exabrupto que llevó a cabo nada más ni menos que su vocera presidencial, cuando la misma luego de ser sometida a una pregunta que le genero cierta incomodidad (puesto que no encontraba forma alguna de contestar lo interrogado) optó por sacar chapa de su profesión, infiriendo una serie de alocuciones todas ellas con un propósito... desprestigiar nada más ni nada menos que a una colega frente al resto, y lograr consiguientemente la evasión de lo preguntado por no encontrar contestación idónea alguna, el Jefe del Ejecutivo, replicó en sus redes un mensaje que expresaba: "El periodismo mainstream argentino es una vergüenza nacional...".

Pero ojo eso no es todo, sumado a lo expuesto, no podemos soslayar el hecho en el cual una docente desprovista de pedagogía alguna, de manera descarada y efusiva infirió gritos y malos tratos a un alumno por simplemente expresarse con respeto y decoro de manera disidente contra el gobierno, suceso el cual valga la redundancia, también fue apoyado y avalado por el presidente bajo el lema: "A los alumnos hay que sembrarles dudas y no certezas, es formidable que la docente haya tenido el debate que tuvo con el alumno...". Eso deja entrever que el presidente perdió el eje y le importa poco el respeto hacia el Derecho.

A criterio subjetivo, los embates constantes que la cúpula gobernante lleva adelante contra el cuarto poder tal como apodaba al periodismo el prestigioso escritor Edmund Burke, tienen algo de semejante con aquellos arremetidos contra la Corte. Es decir que podemos concluir que el oficialismo arrasa y es capaz de hacer cualquier tipo de acto con tal de erradicar todo pensamiento o idea que sea contraria a los preceptos ideológicos de los cuales se encuentra impregnado, tratando consiguientemente de adoctrinar a los habitantes con el propósito de que piensen y opinen como ellos deseen sin tener reparo en los recursos o medios que tengan que utilizar para cumplir con tal cometido ya que son díscolos puesto que trasvasan las normas y atentan contra todo orden.

Es menester enfatizar que lo que sucede es verdaderamente penoso, puesto que como se puede observar, la norma suprema se encuentra en coma y ello reviste una gravedad institucional ensordecedora, si bien en estas líneas se tocó el derecho a la libertad de expresión, son varios los derechos y garantías que se han vulnerado/ conculcado a lo largo de la gestión actual y que eh puesto de manifiesto en otras líneas.

Sin embargo refutando alocuciones vertidas en otras líneas de mi autoría creo que todo puede cambiar si revitalizamos el valor que tiene la Constitución, ya que no se requiere ser jurista, abogado o tener experiencia en la materia para opinar sobre estos temas. Por eso, hay que abrir los ojos y hacernos escuchar, porque no olvidemos nunca que aún tenemos y gozamos de un derecho importantísimo, el de la libertad de expresión, pues por ello hagámoslo valer.




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