Qué atenta contra el comienzo de clases presenciales el 1 de marzo

Es incompatible de cabo a rabo con la realidad el estricto protocolo "soviético" que el Ministerio de Educación pretende que se cumpla en las escuelas para las clases presenciales. El laboratorio porteño empieza a recibir propuestas desde las provincias que viven la experiencia de gestionar las escuelas.

Periodista y escritor, autor de una docena de libros de ensayo y literatura. En Twitter: @ConteGabriel

El gobierno mendocino ya intervino en unas 600 escuelas y están esperando fondos nacionales prometidos para "meterle mano" a otros 400 edificios. La idea es que el 1 de marzo estén "joya" -dicho en "mendocinés"- para arrancar con clases presenciales. Aunque todo el mundo sabe que no serán una joyita, precisamente, a raíz del fuerte deterioro sufrido por vandalismo durante la pandemia: no fueron esta vez los alumnos los que maltrataron los establecimientos, sino los que se aprovecharon de su vacío exagerado a lo largo de la pandemia.

Esa es una parte, pero no todo.

El gran tema en discusión son los protocolos. El exceso de celo por la mirada meramente sanitaria de las cosas quedó plasmado en los protocolos estandarizados para todo el país.

Darse cuenta

Damos por descontado de que se comprende socialmente, o debería al menos empezar a comprenderse, que la escuela es el Estado en toda su dimensión para los niños y adolescentes, y también para las familias. Allí lo ven, lo viven y lo palpan. 

Otras formas de ver al Estado pasar por sus vidas son un hospital o una comisaría, por lo que las escuelas definitivamente son el buen lugar en donde comprender que somos parte de una sociedad.

En Mendoza consideran que fue un error cerrar las escuelas la primera mitad del año

Tarde, el director general de Escuelas de Mendoza, José Thomas, se dio cuenta del error de cerrar los establecimientos. Costará años revertir el daño cultural infringido por los cantos de sirena del "control centralizado" para el que la pandemia dio oportunidad a los administradores ocasionales de ese Estado, el gobierno nacional y los provinciales, condicionados por aquel.

La rigidez soñada

Elaborados por el laboratorio en que se ha convertido un Ministerio de Educación de la Nación que no administra una sola escuela y que solo baja línea, son tan estrictos que resulta incompatible abrir una escuela para dar clases presenciales y ejecutarlos, a la vez.

La crítica nace desde quienes experimentaron el regreso en Mendoza, sobre el fin de año: son docentes que se dan cuenta de que la virtual "sovietización"pretendida del comportamiento pretendido no cuaja en la realidad. 

¿El "derecho" a no trabajar?

El manual de funcionamiento en pandemia soñado por el funcionariato nacional de educación impide, directamente, que se opte por dar clases en las aulas y les da un argumento a los docentes sindicalizados que gritan más fuerte y que ya creen que no ir a trabajar normalmente ya es una "normalidad" y por lo tanto, una especie de derecho adquirido por el que lucharán para defenderlo.

Las clases en encierro no sirven, y no solo por lo educativo

De todos modos, la Nación ha sido superada por una ola de provincias que ya se dieron cuenta de que el encierro no está sirviendo: los chicos la pasan peor en sus hogares, con afectación mental inclusive y ni hablar de los niveles de aprendizaje, sin contar a los que no tienen condiciones básicas para aprender fuera del espacio tradicional de la escuela y van quedando relegados, como una tanda "especial", perjudicada por la sorpresiva pandemia y la apresurada decisión de clausurar las escuelas.

Mendoza es la provincia en la que más bajaron los casos de covid-19

La cuestión es que se hará necesario un replanteo en la rigidez pretendida, a la vez que una promoción de la vuelta a las aulas, ya que el miedo infundido no es gratuito y habrá consecuencias también dentro de familias que no salen del pánico en una burbuja que les dice que afuera de su casa se ejecuta poco menos que un fin del mundo por goteo, una situación en la que Argentina es única en el mundo.

El "interés superior del niño"

Los niños no son, ni por lejos, las principales víctimas del virus del coronavirus covid-19 y sus derechos son de "interés superior" de acuerdo a la legislación argentina: valen más que el plan de control remoto que instaura el gobierno nacional sobre la población. Que se entienda: el "interés superior del niño, la niña y los adolescentes" les pasa por encima a cualquier otro, solo que no tienen gremios ni recursos ni organización para reclamar su cumplimiento

Una tragedia y la otra: por qué Thomas lanzó el Congreso Pedagógico hablando del terremoto de 1861

De allí que la discusión que viene será sin dudas fuerte. No es compatible que el ministro Nicolás Trotta hable de su intención de habilitar las clases presenciales y a la vez, que mantenga los mismos protocolos, sino que lo primero debe ocasionar un replanteo de lo segundo y tanto las autoridades de Mendoza, como de otras provincias, aun del mismo partido del funcionario, que tienen experiencia concreta en el dictado de clases, lo están planteando en los ámbitos "federales"con epicentro en Buenos Aires. No han recibido respuesta aún.

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