La gastronomía de Mendoza: una sinfonía de sabores y aromas con raíces históricas

Juan Marcelo Calabria empieza una serie que pone al alcance de la mano información básica sobre recursos gastronómicos y vinícolas de Mendoza.

Juan Marcelo Calabria

Mendoza: tierra de contrastes y belleza natural, no solo es famosa por sus imponentes paisajes andinos y sus vastos viñedos, sino también por una rica tradición culinaria que se entrelaza con la viticultura para ofrecer una experiencia gastronómica única a propios y extraños. Tal como hemos destacado en otras oportunidades al gran polo de atracción del enoturismo, la creciente conectividad, la identidad gastronómica en pleno auge, y las bellezas naturales con la cordillera como símbolo emblemático y el desarrollo turístico propio de nuestro hermoso terruño, Mendoza destaca por otro gran tesoro que resalta y respira en cada piedra y en cada lugar como es la gesta sanmartiniana.

Sin dudas entre tantas expresiones de la cultura que identifican a los pueblos, y entre la diversidad de lenguas, música, tradiciones, costumbres, y un sinfín de múltiples manifestaciones culturales podemos destacar la cocina, a través de aquel legado ancestral en la elaboración de los alimentos y que hoy algunos pueblos de América reivindican a través de la soberanía alimentaria, destacando desde como preparamos nuestros platos, que ingredientes utilizamos derivados de las riquezas de nuestro territorio, y por supuesto también como los servimos, comemos y sobre todo con quien los compartimos, en ese ritual tan nuestro de la mesa tendida, pues como sabemos "la comida no sólo nos nutre físicamente, sino que en cada bocado nos construye identitariamente", por citar sólo un ejemplo de esta gran riqueza multicultural de la que gozamos.

En esa identidad construida a partir de los múltiples aportes interculturales la cocina mendocina es un reflejo de su geografía y su historia cultural, una gran variedad de platos desde la humitas en chala, propias de los pueblos andinos, hasta las típicas empanadas mendocinas o el tradicional locro son algunos platos entre muchos otros que destacan en la cocina cordillerana, tales exquisiteces, arraigados en nuestras tradiciones, hablan de la fusión de la cultura de los pueblos originarios prehispánicos y la cocina española, a la que luego se agregarían, un siglo después el aporte de la inmigración de diferentes pueblos del mundo, especialmente el italiano, recordemos que Mendoza tuvo una fuerte afluencia de dicha corriente migratoria, de donde surgieron infinidad de platos, en muchos casos adaptados a las ingredientes y materias primas disponibles en nuestro desierto y sus oasis productivos.

Muchos ingredientes son el alma de la cocina mendocina, el aceite de oliva, de excelencia e incluso de exportación, recordemos que tenemos en Mendoza una de las mejoras aceiteras del mundo en tanto la Olivícola Laur, empresa aceitera de Familia Millán, obtuvo este año su tercera estrella en el último Mundial de AOVE (Aceite de Oliva Virgen Extra), superando a reconocidas marcas de los principales países productores del mundo y con larga trayectoria tales como España, Italia, Túnez, Grecia, Turquía y Portugal. Además de nuestros exquisitos aceites destacan las aceitunas preparadas en muchos casos de forma ancestral enteras en salmuera, o sajadas; las frutas frescas de estación confitadas combinadas con quesos y dulces, y muchas otras delicias que realzan la mesa mendocina.

En este correlato de platos identitarios no pueden faltar desde la carne a la olla hasta las tortitas raspadas, preparaciones sencillas pero llenos de aromas y sabores que son testimonios de la importancia de nuestros ingredientes locales de los que hacíamos gala. Respecto a las influencias externas que mencionábamos de nuestros abuelos italianos y españoles adoptamos las pastas y pizzas que con agregados propios de la región encontraron en nuestra querida Mendoza su nuevo hogar, pasando a integrar el paladar mendocino.

Está claro que no se puede hablar de la gastronomía mendocina sin mencionar a nuestros vinos, esos caldos reconocidos en el mundo y que tienen exponentes de primer nivel, tal el caso del "Messi del vino", como se lo menciona recientemente, al destacado enólogo mendocino y cuyo restaurante logró hace unos pocos meses otro importante premio para la gastronomía mendocina, como es Casa Vigil, de Alejandro Vigil y María Sance, quienes obtuvieron el mayor premio iberoamericano de "Gastronomía Global" otorgado por la Academia Iberoamericana de Gastronomía. Por citar algunos de los ejemplos recientes a riesgo de ser injustos con innumerables reconocimientos y premios obtenidos por restaurantes, bodegas, restó y locales de cocina mendocinos. Recordemos que Mendoza es el corazón vitivinícola de Argentina, y sus vinos son el complemento perfecto para nuestra cocina, la cepa insignia: el Malbec, unida a muchos otros varietales de gran desarrollo nos representan en el mundo, a partir de vinos robustos y firmes que acompañan a la perfección carnes rojas y platos de gran sabor y generosamente condimentados por citar uno de muchos ejemplos.

Para finalizar nuestra reseña de hoy, y si de ejemplos se trata, quiero destacar un lugar que visitamos recientemente y que muestra perfectamente este "baile de la pareja perfecta de vinos y platos típicos", nos referimos en esta oportunidad al restaurante "Criolla" - @criollaparri - ubicada en el novel polo gastronómico Planta Uno - @plantaunomercado - que conjuga muy bien vinos de la Bodega Lagarde con exquisitos platos tradicionales, tal como reza su propuesta: "homenajeamos nuestra tierra, nuestras raíces", frase que pudimos comprobar en un plato típico de papines andinos y trucha con quinua gratinada, o el exquisito lomo a la parrilla, por citar algunos de los platos que compartimos con amigos, junto a un exquisito blend de Malbec y Petit Verdot 2023, una de las tantas muestras de nuestros maravillosos restaurantes, restó, bodegones, viñedos y bodegas que iremos destacando a lo largo de nuestro recorrido por la rica historia de los vinos y comidas de Mendoza.

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