Día de la Mujer Emprendedora: cuatro mendocinas que rompieron el molde

Mendoza fue la primera provincia en conmemorar el 19 de noviembre como Día de la Mujer Emprendedora. Cuatro mujeres, cuatro historias de desafíos y perseverancia.

Mendoza es la primera provincia del país en tener una ley específica para celebrar el día provincial de la mujer emprendedora. La normativa, que es la 9.214, se sancionó el año pasado y fue impulsada justamente por un grupo de mujeres que desarrollando distintos tipos de emprendimientos en la provincia

Este 19 de noviembre se celebra en varios países del mundo el "Día Internacional de la Mujer Emprendedora", definido como la mayor iniciativa de empoderamiento empresarial y financiero femenino a nivel global. Es por eso que Memo habló con emprendedoras locales para conocer cómo se desempeñan y cuáles son los desafíos a los que hoy deben enfrentarse.

Por un lado, Ana Rusticcini, presidenta de Adamas (Comunidad de mujeres emprendedoras), que justamente fue la asociación civil que impulsó el proyecto que terminó ingresando a través de la en ése entonces senadora provincial, Daniela García (UCR), y convirtiéndose en ley. Desde su lugar, vinculado a las relaciones institucionales, analizó que si bien se está avanzando, el sistema sigue siendo machista.

"Para nosotras era fundamental que se instaurara por fuerza de ley este día porque seguimos viviendo en un sistema machista que piensa sin perspectiva de género, así que de esta manera en Mendoza se habla de todas las problemáticas que tienen las mujeres al momento de emprender. Queríamos que las dificultades que todavía tenemos a la hora de emprender, cargando también con las tareas de cuidado y domésticas, sean parte de la agenda", remarcó quien trabaja por el empoderamiento económico de la mujer.

También, Rusticcini habló de los techos de cristal, de los pisos pegajosos y de la brecha salarial entre hombres y mujeres, impedimentos contra los que aún hay que luchar. "Todo eso, también lo sufrimos en el emprendedorismo. Pero creo que, de a poco, el Gobierno y las empresas están incorporando a la gestión la perspectiva de género. Hay un cambio, una apertura. La ley Micaela sentó un precedente muy importante, cuando cambia el Estado cambia todo", se esperanzó.

Una visión muy diferente es la que tiene Hilda Wilhelm de Vaieretti. La mujer, que se dedica a la producción primaria, preside la Cooperativa Norte Mendocino, es parte de Fecovita y de distintas actividades gremiales, siempre se ha desempeñado en el ámbito vitivinícola y jamás ha sentido diferencias por ser mujer.

"Yo no me siento discriminada por ser mujer en ninguna de las actividades que he desarrollado, ni en ninguno de los ámbitos en los que he trabajado. Al contrario, siempre me he sentido apoyada por el entorno. Hemos trabajado unidos persiguiendo metas comunes en la vitivinicultura. Si hay una virtud que tenemos es que vamos para adelante, pero no sé si es del género o de la personalidad", aportó Wilhelm.

Gloria Magnaghi es otra emprendedora mendocina que, según nos contó, durante mucho tiempo ha sido la única mujer en los diversos ámbitos en los que se ha desempeñado. Arrancó a sus 17 años, en la Cooperativa Eléctrica de Godoy Cruz, en donde a pesar de ser la empresa familiar le costó mucho permanecer.

"Fui la única mujer los primeros 12 años. Al principio me costó porque el sistema eléctrico se consideraba una actividad para varones y mi carrera, administración de empresas, también. De hecho éramos 5 mujeres en toda la facultad. Siempre me tocó ir generándome mis lugares", dijo quien desde hace seis años presidente la Asociación de Empresarios Rodríguez Peña (Aderpe) y constantemente brinda charlas sobre su experiencia.

 

"Fui la primera mujer presidenta de una cámara y desde esos espacios he tratado de reconvertir. Tengo empleadas mujeres y trabajando conmigo. Hasta hace tres años atrás era la única mujer en todos los ámbitos en los que me desempeñaba, eso ha ido cambiando pero es muy lento. No es fácil. En 2018 sólo había un 4% de mujeres en lugares de poder. Es muy difícil concientizar a los empresarios con el tema de la incorporación de mujeres", enfatizó la también mamá de cinco hijos que, como ella, comenzaron a trabajar y a estudiar a los 17 años.

En una línea similar, en cuanto a la cita de estadísticas desfavorables para la mujer, habló Susana Balbo. "La sociedad argentina es machista en la mayoría de las actividades, no sólo en la industria vitivinícola. Como prueba de eso está que en los directorios de las empresas sólo hay 25% de participación femenina y en los cargos ceo y puestos afines, menos del 3%. No hay objetividad al momento de evaluar la capacidad de una mujer para estar al frente de una empresa y el emprendedorismo es una consecuencia de este tipo de cultura", comenzó la enóloga.

Para ella, ser mujer emprendedora fue la mejor que le pasó en la vida. "Las posibilidades para hacer una carrera empresaria son más limitadas justamente por estas realidades. Quizá, por ese contexto, a la mujer no le queda otro camino que emprender; dentro de situaciones familiares complejas, como la crianza de hijos en soledad y la necesidad de tener un sustento económico para su familia", agregó.

Para la empresaria del vino, que decidió que no dependería más de nadie que le diera trabajo cuando -muchos años atrás- estuvo sin percibir su sueldo de empleada en relación de dependencia por un año, hay tres ejes centrales al momento de emprender. 

"Primero tener el conocimiento, algo para ofrecer y si es innovador, mejor; luego tener un primer capital semilla y lo último, aunque no menos importante, es confiar en vos misma", concluyó enumerando Balbo. 

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