Mendoza atrasa desde hace más de 40 años

La provincia aún sostiene un sistema productivo de comienzos del siglo XX, con algunas actualizaciones. Todos creen que el sector primario nos sacará adelante y eso es imposible.

Rodolfo Cavagnaro

Un reciente estudio publicado por CEPAL analiza la evolución de la economía nacional entre 2004 y 2022, así como la evolución de cada una de las provincias. Este informe muestra que algunas provincias crecieron muchísimo (como Santiago del Estero, Chaco o Formosa), mientras otras casi no crecieron o lo hicieron muy poco, como Catamarca, Mendoza y Santa Cruz. Podrían darse muchos argumentos para explicar estos números, aunque en la mayoría de los casos serían excusas.

Una de las explicaciones estaría en la modalidad de las transferencias discrecionales del Poder Ejecutivo, que inauguró Néstor Kirchner, con los famosos ATN (Adelantos del Tesoro Nacional). Dado que existía Emergencia Económica, el expresidente se decidió a acumular poder político con la plata del Estado y así fue comprado lealtades.

El caso emblemático es el de Santiago del Estero, donde su gobernador, Gerardo Zamora, nacido en General Alvear, Mendoza, llegó al poder por la UCR tras derrotar al sultanato de los Juárez. Él fue uno de los seducidos y se sumó cuando Julio Cobos compartió fórmula presidencial con Cristina Kirchner. Desde entonces Zamora es tan incondicional que su esposa es actualmente senadora (se alternan el cargo entre ambos cónyuges como bien ganancial) y es la Presidenta Provisional del Senado, o sea, la reemplazante de la Vicepresidenta.

Según la Cepal, Mendoza está entre las provincias con menor crecimiento económico

Santiago del Estero fue siempre una provincia de grandes niveles de pobreza, donde el mal de Chagas es endémico, entre otros males, y la cantidad de viviendas precarias y la falta de agua potable son una característica distintiva. Sin embargo, con la cantidad de fondos discrecionales que recibió, Zamora prefirió postergar el agua potable, las cloacas y el mal de Chagas y construyó un estadio de fútbol de lujo, un autódromo internacional y una cancha de golf con hotel internacional.

Los datos de crecimiento también son engañosos porque solo miran algunos números, pero no generan análisis cualitativos. Porque los santiagueños crecieron con el turismo y alguna actividad agrícola, como la soja, donde son zona marginal y no tienen las mejores calidades y rindes. Pero Zamora, a fin del año 2022, les dio a los empleados estatales, un bono de $200.000. Esto significa que le sobra plata, pero no alcanza para el agua potable y las cloacas. Es negocio hacer exhibición obscena de pobres para pedir plata la Nación.

Mendoza se quedó atrás

En este juego de reparto de plata es verdad que Mendoza se quedó atrás y como el periodo abarca dos gobiernos peronistas y dos gobiernos radicales con tres periodos nacionales kirchneristas y uno macrista, se puede decir que todos fracasaron. Pero no quiero caer en el planteo fácil de responsabilizar solo a los políticos nacionales (¡Nos discriminan! gritan los políticos locales).

En realidad, estamos discutiendo una anomalía. Los fondos discrecionales no figuran en ningún mecanismo de reparto. Surgen de pronosticar una inflación menor a la real en el presupuesto sabiendo que se recaudará mucho más. Ese excedente se usa con fines discrecionales. Lo que deberían haber planteado los gobernadores y los legisladores nacionales era que se terminen esos fondos y todo vaya a la masa coparticipable, que también es un anacronismo, que habrá que terminar dentro de poco.

En los últimos cuarenta años los mendocinos fueron ganados por un estilo llorón, lastimero. Así, los empresarios comenzaron a organizarse para pedirle al Estado que los ayude. Esto se dio muchos años en la industria vitivinícola. El Estado intervenía, compraba vinos, recibía bodegas en parte de pago y luego les daba las bodegas a los productores llenas de vinos y estos se fundían a los dos años y estafaban a otros productores. Pero siempre los males eran de afuera, en general del gobierno nacional.

Mendoza tiene un modelo productivo atrasado, con dirigentes empresarios que, en general siguen el mismo modelo y una dirigencia política que ha empeorado cualitativamente de manera pavorosa en los últimos años.

Aunque lo he dicho muchas veces, voy a repetir mis conceptos sobre el modelo productivo de Mendoza, que consiste en producir commodities en el desierto y en zonas de alto riesgo climático. Esta es la fórmula de la pobreza que vienen sosteniendo muchos políticos y empresarios que, además, no se han dado cuenta que otros empresarios (pocos por ahora) comenzaron a dar la vuelta algún tiempo atrás, pero la mayoría no lo valora.

El desafío del sector privado

Y la salida no pasa por discutir un nuevo modelo productivo. Cuando Mendoza se hizo aquí se cultivaba trigo y maíz y se pescaba en las Lagunas de Guanacache. Los inmigrantes y algunos visionarios comenzaron a darle el perfil que fue adquiriendo sin que el estado planificara nada. Y sería mejor que no lo hiciera, porque cada vez que planifica, fracasa. El desafío es del sector privado.

De alguna manera, van surgiendo acciones individuales de productores que sacan duraznos y ciruelas para implantar nogales, almendros y, ahora, pistachos. La producción de durazno industria ha caído notablemente, quedan muy pocas fábricas y, si ellos no implantan nuevos montes, en 10 años más importaremos duraznos en conserva. Desaparecen montes de olivos y sigue un avance desmedido de urbanizaciones sobre zonas agrícolas, donde también han caído viñedos y frutales.

Hay un dato que hay que tener en cuenta. La industria vitivinícola ha mostrado un crecimiento cualitativo en un 40% del Mendoza, que ha sido impresionante, pero no asegura un cambio de modelo, aun con la asociación con el turismo. El sector primario, que hay que cuidar y fomentar, no alcanza para pensar en desarrollo. Hace falta más educación, más creación, avance tecnológico y más innovación y eso es propio del sector privado.

Pero estamos en un duro brete. La actividad agrícola está cada vez más condicionada por la falta de agua. La administración de este recurso se maneja con una ley antigua y no se hace una adecuación a la nueva realidad, donde muchas fincas se transformaron en barrios, donde se sigue entregando agua por los viejos métodos, sin ningún tipo de medición. Hay muchas inversiones pendientes, pero hay que definir claramente que no se puede seguir entregando agua del modo actual, porque no se puede seguir usando agua para regar cultivos que no agregan valor.

Por otra parte, los empresarios deben diseñar el nuevo modelo industrial que debe estar definido en función de la proyección de la demanda para los próximos diez o veinte años. No es posible poner una fábrica para abastecer demandas antiguas que están desapareciendo. No se puede seguir esperando que otros cambien. El cambio debe ser proactivo. Hoy hay empresas multinacionales invirtiendo, aprovechando que Argentina está barata pensando en 10 años, donde la situación política y económica debería haber cambiado. No sigamos buscando culpables fuera de nuestras fronteras. Hagámonos cargo de lo que nos toca.

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