Patriadas: Cómo y por qué abrir un gimnasio mientras muchos otros cierran

Quienes deciden invertir, trabajar, mover fondos y dar trabajo en medio de la "coronacrisis" integran la serie "Patriotas" de Memo, que informa no solo sobre los negocios que van quedando en el camino, sino de aquellos que en medio del temporal, deciden avanzar.

En la Ciudad de Mendoza durante la crisis ocasionada por la pandemia de coronavirus covid-19 cerraron sus puertas casi dos comercios por día. En Godoy Cruz, la cifra llega a uno cada jornada. Y si bien no hay cifras de todas las comunas, está claro que no solo la cuarentena los afectó, sino que la economía ya venía haciendo lo suyo desde antes.

Pero hay otra cifra que acompaña a las pesimistas, y es la que da cuenta de que mientras unos cierran, otros abren en plena crisis.

Memo salió a buscar a los "patriotas" que se animan, a pesar de las circunstancias. Y así como contó el caso del Café Bombal, que abrió a pesar de que todas las luces rojas estaban encendidas en su sector y con el cierre de tradicionales bares del Centro de por medio, ahora se centró en el caso de Inca, un gimnasio especializado en crossfit que abre las puertas de un segundo local, esta vez en Manuel A. Sáenz 8115 de Carrodilla, Luján de Cuyo, también en tiempos en que los más reconocidos centros similares de Mendoza se vieron forzados a cerrar sus puertas en la primera etapa de confinamiento, por no poder afrontar los costos de tener las puertas cerradas.

Inca Cross abrió sus puertas recientemente, tras varios meses de tareas para adaptar un local nuevo que ya está a pleno. Sus responsables, Mariano Scifo, director general y head coach, y Maximiliano Azcurra, director de la segunda sede, contaron las razones de su porfía por continuar.

"Confiábamos en que iba a ser una situación temporal. Si bien no teníamos certezas, sabíamos que debía revertirse. Habíamos hecho una inversión muy importante y había que tratar de sostenerlo no solo por nosotros, sino por las personas que trabajan directa o indirectamente con nosotros. Ese fue el principal motivo, además de la motivación personal que el rubro nos genera", contó Scifo.

Azcurra, por su parte, consideró que "tomamos la decisión de seguir con el proyecto entre una y dos semanas después de declarada la cuarentena. Para poder avanzar -contó a Memo- decidimos poner la tarea en 'bajo consumo', hablando con los propietarios del local y buscando un punto medio, en donde ambos compartiéramos las pérdidas a las que nos empujaban las circunstancias". "No le convenía que nos fuéramos, porque el lugar quedaría vacío. Con ese apoyo, pudimos dejar el plan en espera y fuimos apostando, jugándonosla a encararlo de todos modos, ya que la pérdida de dinero iba a ser importante si descartábamos lo ya realizado".

La fidelidad de los clientes

En cuanto al respaldo que reciben los gimnasios de parte de sus clientes, Scifo explicó que "me parece que va más allá de lo que deja un entrenamiento en sí, sino que hay una relación humana muy fuerte". Agregó que "se está empezando a instalar socialmente que la actividad física, la alimentación y evitar el sedentarismo tienen un impacto vital en la salud. Se está tomando consciencia de que deja de ser un hobby para ser una necesidad más importante en lo cotidiano".

Por su parte, Azcurra evaluó que "nuestros gimnasios lograron recuperarse muy rápido por la aplicación de protocolos, aunque con menos gente en simultáneo. La actividad física es inherente al ser humano y el contexto de limitaciones y encierro genera una necesidad de salir, liberarse, hacer algo por uno mismo y reducir los factores de riesgo en la salud. Frente a los miedos generalizados que hay, hay mucha gente que sale a hacer deportes con los cuidados correspondientes", indicó. "La gente puede privarse de ir al cine, o evitar ir a un lugar en donde cruzarse con muchas personas, pero la actividad física no la deja de lado cuando está acostumbrada a hacerla", abundó.

Cómo recuperar lo invertido

El asunto, en adelante, es cómo fondearse para que no se venga la actividad ni los recursos abajo, coinciden ambos impulsores de la "patriada" gimnástica mendocina. "Es muy complejo pensar en recuperar el dinero invertido. Cuando uno se plantea negocios imagina un escenario y el que nos tocó es el peor. No estaba en los planes de nadie. Tenemos que recuperar ese tiempo, lo que es difícil. Tenemos que volver a planificar. Nos ha servido a todos para reinventarnos y ver otras fuentes de trabajo a las que antes tal vez no se les prestaba atención, usando herramientas que estaban disponibles y estaban dejadas de lado. Es difícil recuperar, pero se puede reconstruir. Eso va a depender mucho de cada persona que maneja un gimnasio porque el mundo y la economía van a cambiar. Quien tenga un poco más de cintura se adaptará y si no, no saldrán adelante. Este -remarcó Mariano Scifo- es un negocio que tiene que ver con una pasión, y es un estilo de vida. El conocimiento de que modifica el estilo de vida para mejorarlo te hace dar cuenta de que tu trabajo haciendo lo que te gusta, le sirve a mucha gente para estar mejor".

Por su parte, Maximiliano Azcurra, manifestó que "hemos tenido muy buena respuesta, lo que nos sorprende, y la apertura de la segunda sede estuvo muy bien acompaña por las redes sociales, pero hay un impacto de la marca que tiene reconocimiento y buen concepto. Estamos en el mes más frío del año, en medio de una pandemia y esperamos ansiosos la llegada de la primavera, que es la temporada alta para este tipo de negocio".

"Tenemos que pasar el temporal y llevar a la nueva sede a la siguiente etapa", concluyó, esperanzado, Azcurra desde el gimnasio ubicado en 

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