¿A que no sabés quien es tu vecino?: el caso Luis Lobos

Escribe el abogado Carlos Varela Álvarez, quien participó del proceso contra el exintendente de Guaymallén, condenado a 8 años de prisión esta semana.

Carlos Varela Álvarez

Esa fue la primera pregunta luego del saludo de mi fígaro Alberto que desde atrás con sus tijeras y peines maneja el mundo mejor que Messi, ordena, distribuye, y por supuesto te pela a su gusto y te convence que te quedó mejor.

Esa mañana me dijo que mi nuevo vecino era Luis Lobos, que antes residía ya en el barrio Unimev y que de chico le decían "Pato", no por nada se ponen los apodos.

La casa de mi nuevo vecino era grande con buena churrasquera sin uso y ahí veía como este calvo señor hacia largos y numerosos asados mientras los foristas en ese entonces del diario digital "MDZ" denunciaban sus negociados.

Lobos reconoció los delitos de corrupción y lo condenaron a 8 años de prisión

Así comencé a juntar documentación y preguntar por mi nuevo vecino, fueron meses de papel tras papel y de encontrar sospechas de negociado tras negociado y una fila india de familiares estatales.

Al final como el Rey Lear todo el mundo sabía que estaba desnudo menos yo. La corrupción estaba naturalizada en Guaymallén porque era vox populi.

Un ignoto y ex emigrante Luis Lobos había montado una maquinaria tremenda de poder vía sus familiares con el perdón y conocimiento de su partido. No se olviden de las fotos con Bermejo, Ciurca, Abraham y demás cuando salió el escándalo. No hubo expulsiones sólo agua para lavarse las manos.

Luis Lobos, condenado tras un juicio abreviado.

Empecé con esos documentos e ideas en buscar a quien le pudiera servir desde la política en el sentido que no fuera la denuncia de un abogado o un particular. Ya entonces con otros colegas, Lucas Fallet, Pablo e Ignacio, teníamos más información que íbamos atando una tras otra.

Empecé por los socialistas del entonces Hermes Binner en Mendoza, quienes al principio se interesaron pero luego fieles a su condición de medalla de bronce, se retiraron de la mesa, no les gusta la primera línea de poder, les asusta, prefieren siempre el tercer o cuarto lugar.

Interesé luego a los trotskistas pero me topé entonces con las líneas políticas y la gente de Del Caño en Mendoza dijo que no. Recordé a un concejal que había hecho bastante ruido en la Comuna y lo fui a ver; Federico Telera. Junto a él se sentaron otros referentes como Victor Dávila y aceptaron la propuesta. Ya podíamos empezar y para bien ingresó una mujer radical, Lorena Meschini que se sumó a la mesa con más información. Teníamos equipo político y legal, faltaba el medio periodístico así que me reuní de quien creo con todas mis diferencias es la única persona que hace investigación en serio; Ricardo Montacuto. Nos entrevistamos, vio el material y le gustó y por supuesto puso toda la calidad y tecnología que estos detectives de a pie les faltaba.

Todas las fuerzas de seguridad buscan vehículos de Luis Lobos

Pero Montacuto estaba en crisis porque estaba de salida (palabra fina) del diario Digital MDZ y creaba el Mendoza Post. La vara para inaugurar el diario nuevo era muy alta y así fue como también su costo. Junto con la denuncia penal se lanzó la primicia de corrupción en Guaymallén y su impacto fue altísimo, con una novedad no analizada por nuestro pequeño entorno.

Siendo la noticia parte de la investigación por un diario, los otros medios no lo tomaban, códigos extraños pero ciertos, aparte que las redacciones contiguas se llenaban de publicidad de Guaymallén.

El nuevo emprendimiento Mendoza Post hacía aguas por todos lados, en vez de ser elogiado su rol, quedaba fuera de toda ayuda en publicidad. Por ello fue que me entrevisté con el entonces hombre fuerte de Los Andes, Arturo Guardiola, a quien le dije lo que pasaba y que no podía Mendoza quedarse sin información. Para peor Montacuto también había estado en el diario Los Andes y también estaba de salida (doble palabra fina).

El abogado Carlos Varela Álvarez.

El diario Los Andes cumplió su rol y en la conferencia de prensa que dimos cuenta del estado del caso, informó ampliamente, la tradición dice que en Mendoza sólo se muere la gente cuando Los Andes lo publica.

Comenzó entonces una gran lucha jurídica contra las fiscalías intervinientes hasta que el Fiscal Daniel Carniello no tuvo más remedio que aceptar nuestras presentaciones y ordenó las medidas entre ellas una vital, que fue un allanamiento, donde se encontró información clave para la causa. Una conjueza valiente, Ana Granados, autorizó el mismo con el costo luego que le revocaron esa designación y volvió a la defensoría, la justicia será ciega pero no tonta y más cuando está en manos de los alquimistas del derecho.

El resto es historia conocida, pericias, denuncias, defensas, pérdida de las elecciones y hoy culmina con una condena por corrupción a "Pato" el chico del barrio Unimev que emuló a los Ceaucescu de Rumania con su esposa o los Juárez en Santiago del Estero que son los Zamora de hoy o el "matrimonio presidencial" de Ortega en Nicaragua.

La democracia el menos malo de los sistemas, sí puede dar respuestas a estos abusos de poder, cuando contamos los ciudadanos con prensa y justicia independiente y libre aún con intereses sobre ellas. En este caso pudo más la verdad que las trampas para que se escondiera.

Buenos abogados jóvenes y promisorios ad honorem como Lucas Fallet, Pablo Moreno e Ignacio Aragonés colaboraron muchísimo, un contador para las pericias tan difíciles contó con la presencia de Ricardo Di Bernardi también ad honorem, y por supuesto la presencia de hombres y mujeres de la política de Mendoza, como Telera y Meschini que dan señales que a pesar de las grietas hay peleas que se pueden dar juntos.

Para el final el rol de Montacuto, que los diarios vecinos jamás destacarán, fue muy importante, en una sociedad ronca y sin voz, todo es posible pero cuando alguien con su palabra alumbra y pone el foco todos podemos dar vuelta la cabeza o alzar los ojos y darnos cuenta que algo no está funcionando bien.

Esta noche de año viejo esperando al nuevo 2023, miraremos el mundo desde distintos lugares, los más con sus afectos, la mayoría a pesar de la alegría futbolística seguirá sufriendo las consecuencias de un modelo en crisis desde hace décadas y otros en soledad mirando y preguntándose quién es ese que está enfrente y en quien puedo confiar.

Son las encrucijadas de las decisiones propias frente al incienso venenoso que despide el poder pero que atrae y atrapa hasta que la ciega te alumbra.

Carlos Varela Alvarez. Abogado

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