Crisis y matriz productiva: ¿cuánto tiempo podemos resistir bajo el agua?

No es el mejor de los arranques para la gestión provincial que debe remar constantemente contra la corriente desde que asumió en diciembre. No pudo ampliar la matriz productiva, tampoco le dieron deuda y roll over, y ahora debe enfrentar el impacto del coronavirus. No somos nada.

Sabemos que nuestra capacidad para generar recursos es limitada. Hace décadas que la matriz productiva está estancada, pero ni en el peor de los escenarios nos pusimos a pensar que nuestras principales herramientas para generar recursos para las arcas fiscales iban a ser golpeadas de manera simultánea. Esto nos demostró lo frágiles que somos y la necesidad de hacer algo urgente para cambiar el panorama.

Cuando las protestas impidieron la ampliación de la matriz productiva a través del desarrollo de la minería y cuando se le cortó la posibilidad de endeudamiento y roll over al Gobierno provincial, no estaba en los planes el coronavirus y tampoco la pelea en la OPEP entre Rusia y Arabia Saudita.

Lo cierto es que se conjugaron todas las negativas que se podían juntar y justo en el primer año de gestión de la nueva administración provincial. Esto, lo que hace es confirmarnos la necesidad de seguir debatiendo la posibilidad de ampliar la matriz productiva, buscar alternativas que le permitan a la Provincia tener aire y mantenerse a flote de manera adecuada cuando ocurran estas eventualidades.

También nos demuestra que no estaba errado el pensamiento del gobernador cuando apuntó a darle un nuevo rostro a la producción mendocina con la minería, una industria que hizo que Chile superara el nivel de exportaciones argentinas durante 2019 (medida en miles de millones de dólares). En el mundo actual, en el que tanto las oportunidades como las amenazas se hacen globales, no podemos seguir viviendo de una matriz agotada.

En el mundo globalizado podemos elegir si queremos tomar las oportunidades que se nos presentan, pero en el caso de las amenazas es más complicado, porque no piden permiso y solamente llegan causando estragos en toda índole, incluso en la económica. La diferencia en que los países y regiones que aprovecharon las oportunidades que se les presentaron, ahora tienen un colchón en materia económica muy distinto al que tiene Mendoza, que debe enfrentar esta crisis y la del petróleo en medio de un ajuste que no puede evitar.

Petróleo y turismo

Los hidrocarburos han mantenido a Mendoza durante años, pero en la última década la baja en la producción y las complicaciones en la exploración no permiten despegar. Se sobrevive, pero no se puede pensar en que -por ejemplo- los recursos provinciales permitan hacer obra pública o engordar las arcas del Estado.

En el caso del petróleo, con la disputa en la OPEP entre Rusia y Arabia Saudita por el nivel de producción en medio de la crisis del coronavirus, inevitablemente pegará fuerte en la recaudación. La mejor explicación del caso me la dio un funcionario del sector energético. "Estos tipos se han metido bajo el agua para ver quien aguanta más. Nosotros no aguantamos ni 25 segundos, pero los flacos se pueden quedar cinco minutos sin problema", señaló en relación a los poderosos de la OPEP.

En ese sentido, explicó que estando bajo el agua "metemos un snorkel o nos ahogamos y ese snorkel tendría que ser un precio sostén para poder mantener la producción". De lo que no hay duda es que se necesitan respuestas del Ejecutivo nacional para no comprometer el futuro energético y evitar que se afecte la producción y la exploración. En materia de recaudación, no hay mucha vuelta y hay que ajustarse por dónde se pueda.

Pero además del petróleo, en los últimos años el turismo asomó la cabeza como una de las actividades que mueve la aguja provincial del PBI. Con el coronavirus el turismo podría tener una curva descendente que incluso puede llevar a la actividad a niveles casi nulos de actividad.

La preocupación es altísima y se avecina una crisis en medio de los intentos por evitar la propagación aceleradas del Covid-19. Con las medidas para evitar el movimiento de personas, los primeros afectados son las agencias, hoteles, restaurantes y todos los que -de una u otra manera- están relaciones con la actividad turística.

Si hubieramos sumado actividades productivas, sean las que sean, quizás también estarían afectadas en un crisis sanitaria que estamos enfrentando hoy, pero en tiempo de calma y normalidad (si es que existe la normalidad en la Argentina) mientras más actividades tenés en producción, más recursos tenés para el desarrollo de proyectos y también podés generar un colchón que te amortigue el impacto cuando ocurren emergencias como la del Covid-19.

Un ejemplo es Estados Unidos que dispondrá de U$S50 mil millones para la emergencia nacional. Pero para no irnos tan lejos y a una potencia, Chile también dispondrá de recursos especiales por más de U$S200 millones.

Resumiendo, la historia es la misma de siempre y todas las señales nos indican hacia donde debemos ir. Ojalá, una vez que pase la emergencia por el coronavirus, entendamos de una vez que la ampliación de la matriz productiva no puede esperar, porque así somos muy frágiles y cualquier gripe nos puede provocar una neumonía.

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