La praxis de Montero que pone en crisis la idea de eliminar una cámara legislativa

¿Se puede ahorrar "gasto político" sin eliminar una de las dos cámaras legislativas? Muchos legisladores, en voz baja, resaltan el trabajo de la vicegobernadora Laura Montero, sin contradecir por ello la idea de Rodolfo Suarez.

Periodista y escritor, autor de una docena de libros de ensayo y literatura. En Twitter: @ConteGabriel

La vicegobernadora Laura Montero tiene para exhibir todo un edificio como ahorro del gasto político en su gestión. Valga decir esto ahora que termina el mandato y que se ha puesto en discusión la posibilidad de que haya una sola cámara legislativa, con el mismo fin. Sin embargo, no es así. La gestión Montero al frente del Senado no generó el equivalente a un edificio que costó 260 millones de pesos que se consiguieron del ahorro interno: fue el doble. Uno se ve en cemento sobre la peatonal Sarmiento. El otro monto fue devuelto al Presupuesto, como hizo con el suyo, también -como se lo contó recientemente a Memo- Néstor Parés, que presidía Diputados.

Este autor debe hacer un mea culpa. En 2015, cuando se producían las reuniones de traspaso de mando, habló en una columna publicada en otro medio, de una presunta inocencia política de Montero que no fue tal. Se tituló "La ingenuidad de Laura". Es que acababa de manifestar su confianza en que el vicegobernador saliente, Carlos Ciurca (hoy de nuevo en el ruedo político, aunque tras bambalinas), le entregaría una Legislatura saneada en cuanto a contratos de personal y cuentas. 

Lo que la vicegobernadora encaraba era una meandrosa labor que con el paso de los años pretendía demostrar con hechos: había gente de más, que inclusive posiblemente no estuviera cumpliendo funciones allí, y que, si se lograba regularizar e identificar a esa gente, se conseguiría multiplicar esa ausencia de trabajo generando acciones más concretas.

Se encontró con que con solo ahorrar el salario anualizado de un solo asesor de la Vicegobernación se podía pintar todas las instalaciones de la Legislatura y refaccionarlas a nuevo. Uno solo. Y eran 100 los cargos de "asesor" que existían, según señalan desde su equipo, en mucho casos fruto del intercambio de favores políticos y el sostenimiento del poder. Montero los bajó a 36 y le dio a cada uno una función visible, con rendición de cuentas online y en tiempo real, bajo el cargo de directores de área. Ninguno -aseguran hoy- quedará, porque se instauró el mecanismo de concurso para ingresar.

En definitiva, si ahorrando un solo salario de la planta política se podía hacer tanto, ¿cuánto más se lograría si se conseguía identificar a todos los que no eran cruciales y se podía prescindir de ellos? El equivalente a dos edificios de 8 pisos sostenibles y de última generación. Uno, erigido. El otro, simbólico, devuelto en plata al tesoro de la Provincia.

Son los legisladores quienes murmuran como propio el logro de Montero, sean o no de su partido, pero no muestran estar famélicos o ausentes de ideas por haber reducido el presupuesto y la planta de "asesores". Ejercen igual su función. No les afectó, sino que los benefició la gestión realizada y hasta la exhiben con orgullo propio. En esos comentarios dan cuenta de que "la Legislatura solo representa el 0,4% del Presuuesto" y con ello están diciendo que seguirles "pegando" a ellos puede dar rédito público, pero no ahorro real.

Montero ahora se retira de la política para dedicarse de lleno a las tareas de liderazgo en la Fundación Ideal que ejercía antes de asumir como compañera de fórmula de Alfredo Cornejo y quiso inaugurar el edificio con ella en funciones "para ver cómo la gente se lo apropiaba", según le comentó al pasar a Memo, de paseo por la Peatonal, recibiendo y dando saludos en sus últimos días "antes de descansar un poco y después ver".

Y los senadores, recién asumidos, son los que sostienen que el verdadero ahorro se producirá profundizando lo que hizo Cornejo en la administración central y dándole transparencia a las contrataciones. "Se van a dar cuenta de que si hay que cambiar la Constitución para hablar de una nueva Legislatura, deberá ser más que nada para incluir una representación territorial, ausente en la actualidad, en lugar de eliminar una de las cámaras", soplan en los cafés, sin querer ser identificados como complotadores contra la propuesta de campaña del gobernador Rodolfo Suarez.

En todas las discusiones en torno a esto, por suerte, hay más idas que vueltas. Porque se debate pateando la pelota más adelante y si se decide ahorrar por otro lado y que se note tanto como el edificio del Senado, tal vez no haga falta hacer "leña del árbol caído", como se autolamentan los miembro de los cuerpos deliberativos, de cualquier partido.

Al final del camino, no se trataba de ingenuidad, sino de estrategia. Y si alguien sospechaba que sería en beneficio propio, Montero ahí está, yéndose al llano, sin cargo ni candidatura previa por haber hecho lo que hizo y, como evalúan en su entorno, con más reproches desde las estructuras políticas que halagos, pero confiados en que han abierto un camino a gestionar en forma diferente.

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