Elecciones: el marketing político y las máscaras

Elia Ana Bianchi de Zizzias, y su serie de notas para reforzar la discusión en torno a la democracia, para que no sea una ficción.

Elia Bianchi de Zizzias

Epoca de elecciones política en la "sociedad del espectáculo"

"La sociedad modernizada hasta llegar al estadio de lo espectacular integrado se caracteriza por el efecto combinado de cinco rasgos principales: la innovación tecnológica incesante, la fusión de la economía y el Estado, el secreto generalizado, la falsedad sin respuestas. El Gobierno del Espectáculo ostenta actualmente todos los medios de falsificar tanto la producción como de la percepción"(Debord, 1999) Realidad y Ficción.

El votante se encuentra entonces con la Máscara del candidato, la construcción de su imagen producida por múltiples artilugios: los diversos medios de comunicación (¿independientes?), las empresas de expertos en campañas (Brasil y la campaña del presidente Lula; los expertos catalanes y argentinos, manipuladores de imagen. Quienes aconsejan cómo el candidato debe presentarse, por ejemplo en el caso de Massa: ahora).

Solo en campaña, sin la presencia de Máximo, Cristina, etc., o especialmente, de los sindicalistas más funestos. El otro candidato, Milei, tampoco escapa de la manipulación del simulacro.

La cosmética, la postura, el tono de las palabras seductoras, la negación del pasado reciente, la manipulación, persuasión, estrategias del deseo, la mística de las relaciones partidarias, la apelación a lo emocional, la violencia generalizada, convierten la realidad en mera ficción.

"Curiosa paradoja del hombre contemporáneo manipulador y, a la vez, manipulado por las redes, los servicios de inteligencia que son realizaciones actuales en las que pierde su privacidad y va justificando el debilitamiento de su propia identidad. Vigilar y castigar". (Foulcault, 2008).

"La seducción es lo que sustrae al discurso su sentido y lo aparta de la verdad". (Baudrillard, 1996).

En consecuencia: ¿El votante conocerá al verdadero candidato o, por el contrario, a su máscara producida en medios de comunicación, propagandas y relatos?

Ciertos sociólogos clasifican a la comunidad de votantes en ciudadanos y súbditos. Los ciudadanos conocen sus derechos y cumplen con sus obligaciones, algunos tienen o deberían tener una actitud crítica como votantes. Estos, podrán desenmascarar total o parcialmente, a la persona o máscara del candidato.

Los segundos, en un país como el nuestro condenado por políticas populistas, votarán según su bolsillo, su hambre, o su ignorancia.

Durante esta semana, seremos espectadores u oyentes de los debates presidenciales. Debates armados en temas de importancia vital para nuestro futuro, en tiempos muy reducidos, con conducciones no siempre respetadas. Relatos preparados, en una situación de violencia simbólica.

En definitiva, los votantes, podremos decidir nuestro futuro deconstruyendo o no, la máscara política. O elegir, como en la ficción, entre la máscara de la tragedia o la máscara de la comedia.

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