Suarez mantuvo a 6 de sus 8 ministros: ¿bueno, malo o ni?

A diferencia de sus antecesores, el gobernador actual reemplazó apenas a dos ministros que renunciaron para asumir en el Congreso. Todo lo contrario pasó en la gestión Cornejo.

En un escenario político marcado por la rotación constante de ministros y funcionarios en todo el país, el mendocino Rodolfo Suarez conservó a la mayoría de sus ministros a lo largo de sus casi cuatro años de gobierno, diferenciándose así de sus predecesores.

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De los ocho ministerios que tiene Mendoza (incluyendo la Dirección General de Escuelas, que tiene rango constitucional), Suarez mantuvo la misma conducción en seis de ellos, cambiando sólo a dos ministros que asumieron en el Congreso de la Nación: Lisandro Nieri y Mariana Juri.

Quizás el "secreto" para mantener a 6 de 8 ministros a lo largo de su gestión haya sido que, salvo Nieri y Enrique Vaquié, el resto de funcionarios de primera línea que nombró son de su "riñón" político, más allá de haber heredado parte de la gestión de Alfredo Cornejo en cargos de segundas y terceras líneas.

Los 6 ministros que se mantienen en sus cargos desde diciembre de 2019 son Mario Isgró (Planificación e Infraestructura), Enrique Vaquié (Economía y Energía), Raúl Levrino (Seguridad), Ana María Nadal (Salud, Desarrollo Social y Deportes), Víctor Ibañez (Gobierno) y José Thomas (DGE).

En cambio, tuvo que reemplazar a Nieri en Hacienda, ya que en diciembre de 2021 asumió en la Cámara de Diputados de la Nación, nombrando a Víctor Fayad. Y en el Ministerio de Cultura y Turismo, cuando Mariana Juri se fue al Senado nacional, asumió Nora Vicario.

A esta altura del partido, por distintas necesidades, Cornejo ya había tenido tres ministros de Salud, tres ministros de Hacienda, dos ministros de Gobierno, dos ministros de Economía y apenas pudo mantener durante toda su gestión a un solo ministro: Gianni Venier, en Seguridad. Y al director general de Escuelas, Jaime Correas.

Gianni Venier, exministro de Seguridad.

Por otra parte, Suarez amplió la cantidad de ministerios en dos: tiene 8, mientras que Cornejo tenía 6. Al respecto, luego de ganar las elecciones de este domingo, el gobernador electo dijo que revisaría la estructura de gabinete, quizás con la mira puesta en lo que fue su gestión 2015-2019.

También dio a entender que no repetirá ningún ministro de su primera gestión como gobernador.

¿Bueno, malo o ni?

Mantener el mismo equipo de trabajo, en este caso la misma estructura de ministros, puede ser un punto positivo al otorgar estabilidad y consistencia. Esto puede proporcionar estabilidad en la administración gubernamental y asegurar una ejecución más consistente de las políticas a lo largo del tiempo.

Además, los ministros que se mantienen por años en sus cargos pueden tener un conocimiento más profundo de los problemas. Esto también evita una politización excesiva de la administración pública, ya que cada nuevo ministro querrá dejar su huella política en el cargo (y posiblemente una nómina de asesores).

Pero también puede ser visto como algo negativo.

La falta de renovación puede limitar la entrada de nuevas perspectivas y enfoques en el gobierno, algo que se hace necesario ante un cambio sustancial de contexto.

En el gobierno de Suarez justamente hubo un cambio sustancial de contexto a partir del covid-19, con necesidades y demanda totalmente distintas. Y una vez dejada atrás la pandemia, en lugar de despegar, en algunas áreas del Poder Ejecutivo se insistió en ideas que habían sido pensadas para otro momento. 

Eso sirvió para acuñar esa idea de "equilibrio" de la que tanto se habló en el discurso oficialista para diferenciar su manejo de la gestión en tiempos de pandemia con el del gobierno nacional, pero no para mucho más.

A este gobierno y sus ministros que permanecieron desde el inicio de la gestión, se les demandó aun desde adentro de las fuerzas que componen Cambia Mendoza que se le imprimiera otro ritmo a la toma de decisiones, a la ejecución presupuestaria y hasta al ritmo personal de los funcionarios a la hora de hacer las cosas. "Dale play a Mendoza", le pidió Luis Petri al Gobierno, desde adentro, y lo votó el 40% de la propia fuerza. Algo había en el aire que no supo, quiso o pudo detectar el gobernador y su gabinete.

Todo terminó con los ministros en silencio en la campaña electoral previo a  las elecciones del domingo pasado, en las que se impuso por primera vez un gobernador que cumplió un mandato completo con anterioridad, como Alfredo Cornejo. 

Y a propósito: su lanzamiento interno fue marcado por al acrónimo "hACe", y no fue inocente. Fue lo contrario al "no hace" o "hace poco" que muchos percibían, inclusive desde el propio costado Cornejo de la vida política.

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