El vaso medio vacío

Las reflexiones de fin de año de Mauricio Castillo: que sirvan para contagiar actitudes.

Mauricio Castillo

Como en cada mensaje que deseo expresar sentimientos, emociones, pensamientos y hasta quizás algún posible consejo que pueda ayudarnos a comprender la realidad, el analizar un recurso como el de frases o citas como la popular: "... hay que ver el vaso medio lleno...", lo consideré importante para traerles un regalo.

Nos encontramos atravesando un tiempo de transformaciones en muchos aspectos, y mi intención es centrar la atención aprovechando estos tiempos de reflexión, de balances y de renovación; limitarlo a lo espiritual resultaría hasta hipócrita de mi parte, lo material y terrenal también tiene que ver en nuestras vidas; buscar y lo importante encontrar ese equilibrio mental, fisiológico con lo holístico, lo espiritual y el ambiente, es mi objetivo en estas líneas.

Imaginemos que nos despertamos una mañana y nos encontramos con que estamos envueltos en un papel gigante de regalo, incómodo, por cierto, y nos disponemos a desenvolvernos o romper ese papel, y al lado nuestro, como es mi caso, mi compañera de vida, también envuelta con un papel brillante y de vivos colores de regalo con un moño super bonito. Nuestros hijos, nietos, mascota, que también que acuden a la cama de sus papá y mamá, abuelo, abuela, corriendo con el sonido propio del papel celofán, si también envueltos.

Continúo el relato de cualquier día rutinario, donde cada objeto que me encuentro en mi hogar, todo envuelto con distintos pero maravilloso papel de regalo y coloridos moños: la mesa, las sillas, los electrodomésticos como la tostadora, la aspiradora, el horno, la vajilla, el T.V., el juego de living, la ropa, y hasta cuando estoy por salir al trabajo veo mi auto, ese auto que con tanto sacrificio de toda la familia, se pudo llegar a obtener, también envuelto en una gran bolsa gigante de papel con vivos de colores y figuras alegres y alusivas a las fiestas, con esos moños que sobresalen por sus tiras enruladas y de diferentes colores.

Todo, absolutamente todo lo material, con un despertar diferente, que con una actitud que puede ser demasiada optimista, pero que resulta sencillo y fácil, el disponernos a cambiar y usar un recurso como la imaginación, el ver que cada objeto, cada herramienta, cada bien que obtuvimos con dinero, pero que nunca dejaron de ser un regalo que nos dimos y podemos disfrutar cada día, envueltos con un papel y su respectivo moño de regalo.

Es momento, el darnos cuenta que podemos continuar viendo el "...vaso medio vacío...", y con un simple acto, el de observar detenidamente cada bien obtenido, con esa pizca de imaginación, comencemos a visualizar, lo maravilloso y mágico que puede ser para nuestras vidas, el ver el "...vaso medio lleno...".

Creo y siento desde lo más profundo de mi corazón que despertarnos cada día, valorando esos auto regalos con el valioso papel de envoltura especial, nos puede ayudar a comprender que cada día es un regalo no solo por vivir, sino también por todos los regalos que en algún momento nos dimos, y que tan pequeño es el costo de recuperar esa sensación de satisfacción por el objetivo alcanzado, y los logros que con tanto amor supimos obtener.

Traslado y hago la analogía a otro ámbito, como el trabajo, las amistades, a pesar de tantos cambios, creo que se puede disfrutar cuando uno mismo es el que cambia, a pesar de... todos esos pesares que nos toca atravesar, en esta vida que resulta según como usemos esos recursos como lo es la actitud y la voluntad de imaginarnos más, o mejor dicho pensarnos como deseamos ese futuro no tan lejano, el mañana, la semana próxima o el mes que viene, y de esta forma dentro de nuestro metro y medio, influyamos para vivir un poquito y cada día mejor en nuestra comunidad.

Agradecido siempre por este regalo.

Esta nota habla de:
¿Hay que prohibir el uso de celulares en las aulas?