La campaña electoral mendocina está en punto muerto

Mientras el oficialismo provincial trata de polarizar entre kirchnerismo y antikirchnerismo, todos los que no salieron primeros en las Primarias (PASO) imitan la estética y discurso del FIT, y buscan hacer olas en un mar en el que Cambia Mendoza navega sin remos ni velas.

Periodista y escritor, autor de una docena de libros de ensayo y literatura. En Twitter: @ConteGabriel

La campaña electoral para las elecciones del 14 de noviembre parece estar en punto muerto. La experiencia de las Primarias (PASO) demuestra que si los candidatos, principales protagonistas, no tienen la posibilidad de accionar un freno ante movimientos y velocidades indeseadas, podrían estrellarse.

En la etapa previa de selección de candidaturas, que muy pocas fuerzas aprovecharon, quedó claro que había que cambiar mensajes y que algunas de las apuestas no generaron las reacciones esperadas.

Ahora, los mensajes propagandísticos fluyen con la sensación de que poca gente los llega a registrar.

La multiplicación de inauguraciones parecen consolidar a los ya leales y desconcertar al que no logra agarrar todas las imágenes juntas para ordenarlas.

En tanto, la multiplicación del mensaje negativo garantiza una lucha a brazo partido entre perdedores. Todas las propuestas electorales que no son Cambia Mendoza, que obtuvo el mayor caudal de votos en las Primarias (PASO), pelean por captar el voto bronca. Todas han adoptado la estética y discurso del FIT, ya sea que se trate de peronistas (que van por dentro o fuera de Todos) o del collage de egos de la derecha vernácula que grita "¡Basta!", y poco más que eso.

El oficialismo prefiere navegar sin remos ni velas, y han dejado que la inercia nacional los conduzca al menos, al mismo puerto que en septiembre.

La nacionalización busca polarizar: desde el radicalismo y sus aliados quieren que el electorado se dé cuenta de que hay solo dos opciones, dos modelos posibles y que las terceras fuerzas benefician al kirchnerismo. De allí la gira nacional de Alfredo Cornejo junto a Patricia Bullrich y la llegada a Mendoza de figuras como Horacio Rodríguez Larreta, Fernán Quirós, la propia titular del PRO nacional, Ricardo López Murphy y la próxima visita de Martín Lousteau, entre otros.

La campaña del peronismo nucleado en Todos asoma como la más eficaz al buscar contener hacia adentro y catalizar un lugar de representación claro para ese espacio político. Esto es así porque básicamete no pueden perder más votos y deben consolidarse, a pesar del peso que generan en Mendoza las decisiones de un gobierno nacional que no es bien recibido por el electorado mendocino.

Por lo demás, los movimientos tácticos corren el riesgo de oficiar de suicidas. Una palabra de más, una exageración de conceptos de algún protagonista central o lateral, podría dejar mal parada a toda la fuerza política.

Por eso nadie elogia ni defiende al gobierno nacional desde el peronismo de Mendoza, pero sí desde toda la oposición se subrayan errores o deudas del gobierno provincial, ya que allí creen que pueden captar el "voto calentura", una disconformidad que es más genérica que puntual, pero que si se apunta certeramente contra toda una gestión que participa de la oferta electoral, creen que podría hacer mella y frenar su ímpetu ganador.


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