Dante Caputo: "En Argentina vamos un metro para adelante y un metro para atrás"

El excanciller de Raúl Alfonsín, Dante Caputo, en una entrevista con el programa "Tormenta de Ideas" el 8 de junio de 2015.

G. Conte y S. Montiveros

El excanciller Dante Caputo, el único ministro que acompañó al presidente Raúl Alfonsín durante todo su mandato, lanzó un libro en el que vuelca su análisis político sobre la Argentina y lamentó el estancamiento de la democracia en siempre las mismas opciones. Justamente su libro se llama "El péndulo austral". Caputo ha estado en vigencia a lo largo de las últimas tres décadas, pero por fuera de la actividad partidaria. Lo hizo como funcionario de la OEA, como académico, como polemista.

En el programa "Tormenta de ideas" dialogamos con él el 8 de junio de 2015 precisamente sobre su ausencia de la política activa y en torno a los por qué del libro y también del eterno pendular argentino:

- El tema es retomar algunas experiencias que viví, no tanto para relatarlas a modo de memorias sino para tomar de esas historias que tienen que ver con el presente y el futuro del país. Historias que se vinculan al período de gestación del movimiento que llevó a Alfonsín al gobierno, algunas de las experiencias de la gestión de gobierno de Alfonsín y tratar de sacar algunas conclusiones en torno a por qué nuestro país da a menudo la impresión de repetirse, de reiterarse; que después de un período en el que se inician esperanzas, expectativas, novedades, cambios, esos mismos períodos terminan con la sensación o con las realidades de una crisis, con la esperanza en desilusión. Por qué el vaivén, por qué el péndulo. Y el título es ese, porque el péndulo se mueve todo el tiempo pero no se desplaza. Argentina parecería que, en efecto, vive en un movimiento vertiginoso, con todo tipo de sucesos, todos los días pasan cosas, pero no se mueve. Está casi siempre en el mismo lugar. Por cierto que esto puede parecer una indagación, una búsqueda relativamente abstracta. Y no, no lo son, cuando un país pasa 80 años pasando este tipo de experiencias, esto pasa a ser una cuestión central que debería ser discutido y debatido en la Argentino. Por lo menos, son cosas que deberían ser pensadas, por qué esto no se transforma, por qué nuestro país no logra pegar el salto, salir de esta historia anclada. Y bueno, el libro es una indagación sobre estas preguntas que, a mi juicio, lejos de ser abstractas, tienen que ver con la tarea política concreta.

- Su análisis coincide en alguna medida con el que hace Santiago Kivadloff, en un sentido muy parecido que indica que en los últimos años de democracia el peronismo ha gobernado durante 24 años y el radicalismo en 8. Esto indicaría que más que péndulo, parece algo que quiere ir para un lado y después retorna y se queda en el otro.

- Eso es el péndulo. La imagen del péndulo es la idea en la que coincido con Santiago en que sí, pasan cosas todos los días y no queda nada. Es impresionante, usted como periodista debe vivir intensamente el vértigo de la noticia. De repente, el tema de la cuestión del encubrimiento de Cristina Kirchner con respecto a Irán y el Memorándum dominó la política argentina, después fue la muerte de Nisman lo que tapó la historia del encubrimiento y después, no sé, pasó algo que tapó eso. Lo más preocupante de todos estos fenómenos es que los candidatos políticos están totalmente al margen de estos hechos de la vida argentina. Lanata rescata el tema Nisman después de que estuvo enfermo y volvió a la radio, y lo vuelve a lanzar al debate público. Pero ninguno de los dos candidatos con posibilidades de ser presidente toman estos temas. Es muy preocupante, muy preocupante. No es crítica, simplemente una intensa preocupación, decir que cómo hay cuestiones que no hemos resuelto durante años, están totalmente ausentes en la discusión tanto de Scioli como la de Macri.

- ¿Por ejemplo?

- Por qué la Argentina no logra crear una economía con un desarrollo sustenatable, que no ande a los saltos, que de repente prometa un crecimiento notable y después se desmorone. Cómo no se crea un funcionamiento político del país que también sea sustentable, que avance poco a poco. No. Vamos un metro para adelante, un metro para atrás, un metro para el costado. Otras preguntas: ¿por qué la Argentina está bloqueada?, ¿qué pasa con el sistema impositivo argentino? Usted sabe que la democracia nace en el mundo básicamente para resolver el problema de los impuestos. El Parlamento y el poder en el parlamento inglés, sobre todo, nace para discutir cuánto aporta cada uno y qué se aporta con eso. No es una cuestión más, no es una cuestión de contadores, no es una cuestión secundaria. Es central a la existencia misma de la democracia. Es por el impuesto al té que comienza en Massachussetts que comienza la revolución norteamericana. Y aquí no se habla una sola palabra sobre el tema. En Argentina tenemos por ejemplo un sistema impositivo que se llama "impuesto a los bienes personales" que cobra y recauda una suma considerable y que se aplica a niveles de bienes personales realmente bajos. Hay solo seis países en el mundo que tienen esto, pero los países que lo tienen lo llaman "impuesto a las grandes fortunas", lo aplican a las grandes fortunas y lo devengan del patrimonio neto. No se aplica si usted tiene más deudas que patrimonio. En cambio en Argentina, un enorme sector de clase media apenas pasa un piso realmente bajo ya está aportando. tenemos el tema de la doble o triple imposición: usted paga por un bien a nivel nacional, a nivel local y a nivel provincial. Ahora, el impuesto no es una broma; es el trabajo suyo, el trabajo mío, el trabajo de cada uno que se transforma en la cuota que usted da a la sociedad. Este tema que es central que tiene que ver con cómo se usa esa plata, en qué se usa, por qué hay déficit, cómo se puede bajar ese déficit sin que se produzca un ajuste insensato y cruel, no está mencionado en el país.

- Por otra parte, un gobierno que se atribuye reformas a fondo, no ha tocado una ley de entidades financieras que data de la dictadura.

- En efecto. Ese es uno de los temas que yo tomo en el libro, precisamente. Por un lado tenemos un movimiento popular que se ha vuelto populista y por eso quiero decir que es un movimiento muy clientelar en el cual la idea de la distribución, sin preguntarse mucho qué va a pasar mañana, es lo que manda. El peronismo es un movimiento populista, distribucionista sin crear las bases que permita una mejora de largo plazo y del otro lado, la clase capitalista argentina, los que deberían ser los motores de una transformación capitalista del país, nunca ganaron una elección, porque no fueron capaces de generar un proyecto que fuera votado por la sociedad argentina. Y después, en lugar de ser esencialmente productora, es una clase especuladora. Especuladora no solo a partir de las posibilidades financieras, sino a través de la compra y venta de bienes.

- Por eso llama la atención el subtítulo del libro. Usted plantea una tensión entre el establishment y el populismo, pero estamos hablando de una realidad de dos que se necesitan.

- Exactamente. A veces se justifican mutuamente. "Yo soy necesario porque el populismo nos hunde". "Yo soy necesario porque los especuladores nos roban". Es decir, se justifican el uno al otro y a veces, típico de Menem, están juntos. Hay una escena de una película de María Luisa Bemberg que se llama "Miss Mary", que transcurre en un casco de estancia muy tradicional, de clase alta, en el que está suegro y yerno jugando al billar mientras toman un coñac comentando cosas de la política. El yerno tiene frases muy duras contra el peronismo. El suegro dice "no, tranquilo, tranquilo, que al final vamos a estar todos juntos". Es impresionante. Porque "Miss Mary" pasó bastante antes que Menem.

- Bastaría leer alguno de los libros de Soriano, acaso "No habrá más penas ni olvido"...

- ¡Qué tal! Es decir, muchas veces es a través de la intuición artística, literaria, se relatan realidades y verdades que los llamados científicos sociales no logran hacer.

- ¿Y entonces? ¿Hacia dónde va usted políticamente hablando?

- Yo no tengo ninguna militancia política. No porque no quiera, sino porque estaría mintiéndome a mí mismo, no sólo a todo el mundo. ¿En qué partido militaría? Yo no tengo nada que ver con el movimiento populista que considero un drama para la Argentina y en algún momento miraba lo que hacía Macri, y cuando decidió hacer la plancha para no pagar costos en política destruyó uno de los principios básicos de la política, que es que hay que ganar legitimidad movilizando a la sociedad. Esta idea de que no hay que pagar costos ¿qué es? En política hay que pagar costos. Y este hombre que creo que fue un buen intendente de la Ciudad de Buenos Aires, no tiene nada que ver con una presidencia. Es como creer que puede subir al décimo piso con una escalera, si la prolonga puede llegar a la Luna. No. Son dos mundos distintos y entonces, yo no milito políticamente. Me duele, porque me apasiona la política, la posibilidad de debatir, de cooperar en otra formación, pero política para ocupar puestos no, de ninguna manera.

* Con producción periodística de Franco Pereira y junto a Mariano Bustos. 


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