Jorge Faurie, a fondo: cómo tener o no vacunas redefinen al mundo y el alineamiento de Argentina con China y Rusia

El excanciller durante la administración de Mauricio Macri, comentó cuál hubiera sido su forma de actuar en el proceso para conseguir vacunas si la pandemia afectaba al mundo durante la gestión de la que formó parte. Cómo debería actuar nuestro país. Críticas y aportes. El alineamiento del peronismo con el Partido Comunista Chino y qué hubiera hecho él como canciller su le tocaba la pandemia. Una entrevista de "Tormenta de ideas".

G. Conte y S. Montiveros

Durante la cuarentena muchas personas y algunos actores políticos se animaron a lanzar hipótesis respecto a lo que hubiera sido la pandemia con el gobierno anterior. Pero más allá de los supuestos, un exfuncionario de la administración de Mauricio Macri se refirió a la forma en que hubiera actuado en el caso de estar en su cargo al momento de enfrentar el covid-19.

En conversación con "Tormenta de Ideas", programa que se transmite todos los sábados de 8.30 a 9.30 a través de Radio Nihuil, el excanciller Jorge Faurie analizó el manejo de la pandemia en materia internacional y, especialmente, a las negociaciones para conseguir vacunas.

Faurie explicó que habría hecho en caso de haberle tocado enfrentar la emergencia sanitaria. Destacó que durante la administración anterior "teníamos diálogo con todos los países del mundo en relativamente muy buenos términos", una cuestión fundamental para iniciar cualquier tipo de negociación.

Indicó además, que "desde la Cancillería la orden hubiese sido que todas las embajadas salgan a buscar acceso a vacunas y a los laboratorios que las están fabricando". En ese sentido, dijo que les habría indicado que lo hicieran "sin distinción de ideologías".

"Tendríamos que estar trabajando en Francia, Reino Unidos, Suecia, Estados Unidos, China, Rusia e inclusive Cuba", aclaró, destacando que había que "hablar con todos".

Sin embargo, para Faurie más allá de las negociaciones en otros continentes, lo primero que hubieran hecho en la administración Macri es "sobre todo ponernos de acuerdo con nuestros socios, con nuestros vecinos y no sólo miembros del Mercosur".

Aseguró que la política de compra de equipamiento, por ejemplo, hubiera sido distinta y mejor con todos los países coordinados. " Compartir ese esfuerzo, no tenemos todos los medios a nuestra disposición. Todo eso es racionalidad, nosotros es lo que hubiéramos hecho", sentenció.

Sobre la forma en que es mejor llevar las negociaciones en un contexto internacional, el excanciller dijo que es mejor tener "una actitud pragmática o no contaminada de ideología". Aseguró que eso "es fundamental para poder hablar, porque cada país tiene una identidad y una forma de pensar y actuar diferente. Si no busco el punto de coincidencia es muy difícil llevar adelante las relaciones internacionales".

Escuchá la entrevista completa de Tormenta de Ideas y abajo, el diálogo íntegro:

  • - Estamos ante la posibilidad de que las vacunas estén reconfigurando el orden mundial. Estamos muy pendientes de qué países las producen, cuáles las pueden suministrar, cuáles son los egoísmos, las relaciones que se están dando entre la Argentina y otros países en función de la vacunación por el covid. ¿Usted tiene esta misma sensación?

  • - Yo creo que la pandemia es lo que ha cambiado gran parte de los datos en nuestra vida, en general, en el interior de cada nación, pero obviamente en las relaciones internacionales. Las vacunas son un capítulo dentro de este nuevo fenómeno impactante global que es la pandemia. La vacuna es importante para estar con algún grado de prevención frente al virus. Y por lo tanto, la lucha por la vacuna en un mundo en el que completamente todos piden tener acceso a ellas, obviamente se han transformado en un bien escaso. Ahora: al mismo tiempo, hay países que lo han hecho de manera más ordenada con prevención y también con su política de acceso a las vacunas.

En el caso nuestro, estamos enormemente complicados y en un escenario de contradicciones confusas, tanto por lo que ha sido la situación con las vacunas de AstraZeneca, como también la de Pfizer y los diálogos que se han mantenido para acceder a las vacunas del mecanismo de la Organización Mundial de la Salud, las que se conocen como CovidShield, o las vacunas de Johnson; tenemos las vacunas de Rusia, Sputnik; las chinas... que vienen sufriendo todo tipo de alteraciones, como la cantidad comprometida, los tiempos de llegada... Y esto es vital para que cada gobierno tenga muy claro su plan de trabajo o cómo actuar frente a esta situación de que las vacunas son escasas, y hay que asegurar la proyección o la defensa de la población mediante el proceso de vacunación.

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Yo creo que en el nivel regional hemos cometido errores al no concertar esfuerzos, en particular desde Argentina con Brasil, que tiene un grave problema, gravísimo en términos de la pandemia, y al mismo tiempo tiene institutos como el Butantan o el Fiocruz que podrían, en coordinación con instituciones prestigiosas que se han dedicado a lo que es la investigación médica, a la producción de medicamentos, inclusive el CONICET, para pedir insumos o ver si podemos desarrollar algún medicamento preventivo, o bien trabajar juntos en una vacuna.

Esto es un desafío para todo el mundo. Creo que los gobiernos dan muestra de su habilidad en la capacidad de ofrecer respuesta a los desafíos que se tienen.

  • - Si bien es contrafáctico, ¿qué hubiese hecho una gestión de Juntos por el Cambio al momento de negociar vacunas? ¿Está bien lo que hizo el gobierno de Alberto Fernández de centralizar las negociaciones con los gobiernos de China y Rusia?

  • - Lo que hubiéramos hecho durante el gobierno de Mauricio Macri si nos hubiera tocado enfrentar la pandemia habría estado enmarcado en que teníamos diálogo con todos los países del mundo en relativamente muy buenos términos. Y por lo tanto, la primera instrucción que se hubiera dado desde la Cancillería, en aquel momento bajo mi conducción, hubiese sido: "Por favor, todas las embajadas, salgan a buscar acceso a vacunas en los laboratorios que las están fabricando". Y después ver cómo nos está yendo, sin distinción de ideologías o de en qué país están, buscando la vacuna. Y por lo tanto estaríamos trabajando en Francia, el Reino Unido, Suecia, obviamente en los Estados Unidos, en China, en Rusia e inclusive en Cuba si es que avanzaban o no con la famosa vacuna que ahora llaman Soberana. Hablar con todos y sobre todo, ponernos de acuerdo con nuestros socios, con aquellos que son no solo miembros del Mercosur, sino nuestros vecinos. Yo veo que la política de compras.

La política de compras de medicamentos, insumos médicos, uniformes, jeringas, la fabricación de oxígeno, todo esto coordinado hubiera sido mucho mejor. Inclusive nos hubiera permitido llevar mucho mejor toda la política de repatrio, hace más de un año, cuando hubo que traer a tantos argentinos de tantos países. Deberíamos compartir ese esfuerzo, sobre todo, porque no tenemos todos los medios a disposición. Esto era de racionalidad. Eso es lo que hubiéramos hecho.

  • - ¿Cuál es el papel que hoy está jugando la Argentina en donde la propia expresidenta y actual vicepresidenta Cristina Kirchner fue quien le facturó a la sociedad que su relación con Vladimir Putin es lo que permitió conseguir la Sputnik V?

  • - Los diálogos que puedan tener los dirigentes con las diferentes dirigencias del mundo que tienen producción de vacunas, son sumamente útiles. Pero no hay que facturarle a nadie porque estamos cumpliendo con el deber que tenemos. Los dirigentes que están en puestos de responsabilidad en el gobierno tienen que hacer aquello que el pueblo les mandató, y en este caso, frente a la pandemia, ver cómo proteger a nuestra gente, cómo nos defendemos, cómo nos cuidamos. No debe ser una facturación: tiene que ser una obligación. Entonces, si uno tiene un contacto con el presidente chino o con el preside de los Estados Unidos, o con el presidente ruso, hay que activarlo para ver cómo llegamos a las vacunas.

  • - Lo que usted está contando se parece bastante a lo que hizo Sebastián Piñera en Chile, ¿no?

  • - Creo que Piñera procuró vacunas de todo tipo y ha vacunado a un ritmo mucho, mucho, mucho mayor de lo que ha logrado hacer Argentina. Eso, sin perjuicio de que el virus tiene una prevalencia que complica el proceso de recuperación, pero ciertamente la población chilena está mucho más vacunada que la sociedad argentina.

  • En política internacional, ¿es mejor ser práctico o dogmático? ¿Es mejor estar de un lado, del otro, tener compromisos políticos o estar a la expectativa de cualquier posibilidad que le venga bien a la Argentina?

  • En política exterior uno lo que busca es la defensa de los intereses, en este caso, de Argentina. ¿Qué es lo que necesita Argentina? Necesita mercados, vacunas, energía, necesita vender sus alimentos. Esto es lo que determina con quién uno se vincula. Y una actitud pragmática y no contaminada de ideología es elemental para poder hablar, porque cada país tiene una identidad y una forma de actuar y de pensar diferente a la del otro. Entonces, si yo no busco el punto de coincidencia con ese otro país, con ese otro interés que tiene el otro país, es muy difícil llevar adelante las relaciones internacionales. Esto no quiere decir que uno no tenga convicciones en lo que en algún lugar podemos llamar como una ideología.

¿De qué manera queremos ser los argentinos? Queremos ser un país que viva en libertad, que defiende los derechos de los trabajadores, defiende los derechos humanos, espera que sus habitantes tengan un nivel de vida con acceso a la salud, a la vivienda, a la educación. Ese es el tipo de sociedad que queremos ser. Por eso muchos argentinos cuando definen en qué otras ciudades les gustaría estar, a dónde les gustaría vivir, tienden a identificar a países de Europa que tienen un nivel socioeconómico próspero, que respetan la libertad. Muy pocas veces los argentinos responden: "Yo quiero vivir como en China, como en Rusia", porque lo perciben como una sociedad diferente, lo cual no puede decir que yo no pueda buscar, como dirigente o responsable de política exterior, saber cuáles son mis coincidencias o las posibilidades que tenemos en China o en Rusia o en cualquier otro país que elijamos como ejemplo.

  • - Viendo la nómina de embajadores que ha designado este gobierno se perciben muchos casos en el que aparece destacado más el pensamiento dogmático que el pragmático. ¿Lo que usted propone se puede llevar adelante con los nombres que postuló Alberto Fernández y que avaló el Senado recientemente?

  • - La verdad es que a veces cometemos errores y complicamos nuestra posición internacional innecesariamente. Tenemos a embajadores de este gobierno que en un foro de Naciones Unidas defienden una posición, como por ejemplo respecto a Venezuela, pero en otro foro, como es la OEA, decimos lo absolutamente contrario. Son designaciones que tienen como una especie de autonomía vocal que no sirve en política exterior y que a nuestro interlocutor en el mundo lo confunde. Se preguntan ¿cuáles son los argentinos? ¿Los que votan en Ginebra "A" o los que votan en OEA "Z"? Esto es muy importante. El embajador responde a las instrucciones que da la Cancillería y la Cancillería tiene que procurar defender los intereses de Argentina, identificando el denominador común con el país con el que están acreditados. Eso es lo que hace un embajador.

  • El principal partido de la Argentina, que es el que está gobernando, el Justicialista, avanzó en un fuerte acercamiento con el Partido Comunista Chino. Y el excanciller Jorge Taiana, responsable de las relaciones internacionales del PJ, manifestó a China que el peronismo aprecia mucho "los valores" del régimen chino. Entra a tallar una duda: el peronismo cantaba "ni yanquis ni marxistas". ¿Fue falsa la "tercera posición" porque Perón, de hecho, hasta le mandó una carta generosa a Mao Zedong, o hay un volantazo y renuncia a aquella bandera y cuadrarse ante el régimen chino?

  • Primero que nada, es un error cualquier definición que signifique cuadrarse, por ejemplo, ante el gobierno chino. Argentina debe cuadrarse en la defensa de sus propios intereses. La "tercera posición", sin dudas, fue un lineamiento de política exterior que coincide con los años ‘40, ‘50, ‘60 de la posguerra, después de la Segunda Guerra Mundial. El mundo en estos 70 u 80 años ha cambiado totalmente, y lo está haciendo a una velocidad extraordinaria en este momento, no solo por los avances tecnológicos en todos los planos de nuestra vida, sino porque además enfrentamos un elemento coyuntural que ha distorsionado o alterado el curso de los acontecimientos, que es la pandemia. Entonces, la lectura sobre dónde se tiene que parar la Argentina después de aquellos 80 años y de todo lo que estamos viviendo en este último tiempo, tiene que ser una relectura de dónde le conviene a la Argentina estar parada. Cuando alguien define que los objetivos del Partido Comunista Chino es afín a la Argentina, me gustaría que le explique a los argentinos que vamos a tener coincidencias para vivir como se vive en China. No sabemos todavía hacia dónde va China, pero una sociedad de 1.400 millones de habitantes tiene un sistema de gerenciamiento político completamente distinto al nuestro.

La sociedad china está obligada a cumplir con los mandatos de su gobierno que exige sacrificios que no creo que la sociedad argentina estuviera deseosa de tener. Aquí defendemos los derechos sindicales, laborales; los derechos a la educación y a la vivienda. En China no se puede hacer eso. Preguntemos si ese mandato que nos parece coincidente es el que quieren los argentinos.

Al mismo tiempo, China es un actor extraordinariamente importante en el mundo. Es prácticamente la segunda economía mundial y en 2050 pretende ser la primera; es el destino más accesible para muchos de nuestros productos. Otras naciones del mundo no están interesadas en lo que produce la Argentina porque lo producen ellos. Pero China dice: "Yo quiero soja, quiero aceite y harina de soja, quiero carne, pollo...". Quieren nuestro litio, quieren nuestras minas de otro, quieren parte de la tierra agropecuaria. Bueno, hay que manejarse de manera tal de que no se perjudiquen los intereses de la Argentina.

Tenemos que saber que queremos tener buenas relaciones, pero no queremos comprar los designios del Partido Comunista Chino porque la Argentina no quiere definirse como una sociedad única, que a lo mejor es lo que necesita China, por la cantidad de habitantes que tiene, pero no lo que necesita Argentina.

  • - ¿En dónde cree que debe pararse Argentina?

  • - Argentina tiene que pararse, nítidamente, en la región, que es donde tenemos un rol a cumplir y por lo tanto, es dramático que no dialoguemos con fluidez, inteligencia y generosidad con nuestros vecinos. Tenemos que ser un socio estratégico de Brasil, Chile, Paraguay, Uruguay e inclusive encontrar las coincidencias con Bolivia. Pero es est el lugar en donde la Argentina tiene algo a decir y algo a construir, pero en conjunto. Y no es lo mismo la voz de Argentina hablando solita desde abajo del Cono Sur que haciéndolo en nombre del Mercosur, de un conjunto de países de la región, vinculándose a la Alianza del Pacífico. ¡Ese es nuestro escenario! Nosotros no le vamos a ir a cambiar la vida al sudeste asiático. Esas pretensiones que tenemos son de una gran irrealidad. Cuando alguien ofrece hacer ejercicios militares conjuntos en el Atlántico Sur, ¡por el amor de Dios!, ¿qué es lo que tenemos que hacer nosotros con los chinos en el Atlántico Sur? ¿O qué tendría que hacer Argentina en el Mar de China? ¡Seamos realistas! Tengamos las relaciones que podemos. Y además, tengamos los vínculos de lo que conocemos: todos los argentinos tenemos un componente criollo y el elemento de la inmigración. La inmigración de nuestros abuelos, tatarabuelos; los que vinieron, trabajaron, progresaron y por eso nos caen simpáticos gran parte de los países que integran la Unión Europea. Tenemos una defensa de los valores occidentales. Vivimos en un "mundo" que es América, que tiene un actor muy protagónico que ha sido una potencia principal del siglo XX que es Estados Unidos. Esos son los actores con los cuales tenemos que definir nuestras relaciones en términos de lo que le interesa y de lo que necesita a la Argentina.

  • - Hace poco se cumplieron 30 años de la firma del Tratado de Asunción y la verdad que lo que vimos en esa cumbre no nos da muchas expectativas.

  • - Es un error terrible. Hemos trabajado treinta años para crear un espacio económico ampliado que mejorara la competitividad, sobre todo, de nuestro sector industrial. Porque nuestro sector agropecuario, tal cual el de Uruguay, el Brasil agrícola y el de Paraguay, han tenido un progreso impresionante y lo han hecho a expensas de sus propios esfuerzos en medio de un clima global de la economía muy difícil, y ahora la agricultura de los cuatro no tienen que temerle a nada. Al mismo tiempo, tenemos debilidades estructurales individuales en nuestro sector productivo industrial. Lo tiene en algunos lugares Brasil, mientras que Uruguay y Paraguay no han logrado una industria de potencia. Entonces el Mercosur era una definición vital para crecer porque los mercados hoy son mercados ampliados. Teniendo la envergadura que tiene la economía china, se vincula con otros 14 países del sudeste asiático. La Unión Europea está unida, trabajando en conjunto y hace acuerdos con Estados Unidos. Lo hace con los países del sudeste asiático y el Mercosur también tiene que cambiar.

Es como esa relectura de la "tercera posición" que me pidieron: ¡el mundo cambió! El Mercosur también tiene que adaptarse.


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