Día Mundial del RCP: la posibilidad de salvar una vida, en nuestras manos
Realizando un breve curso de Reanimación Cardio Pulmonar, todos tenemos en nuestro alcance la posibilidad de ayudar a una persona que está sufriendo un paro cardíaco. Aquí, la charla con el emergentólogo Gustavo Grimalt y la importancia de concientizar.
Claro que la mayoría de las personas que integramos una sociedad no somos médicos. Sin embargo, tenemos en nuestras manos (literal, en ellas) la posibilidad de -a través de una breve capacitación- quizá ayudar a salvar una vida a través de la Reanimación Cardio Pulmonar (RCP).
Y precisamente hoy, 16 de octubre, es el Día Mundial del RCP. Así es que Memo dialogó al respecto con el doctor Gustavo Grimalt que es especialista en emergencias y brinda cursos de RCP, DEA (Desfibrilador externo automático) y Primeros Auxilios para que todos sepamos cómo ayudar a una persona que se puede estar muriendo.
Es importante conocer que en Argentina, alrededor de 40.000 personas sufren muerte súbita en un ámbito extrahospitalario, a lo largo de un año. "El 80 por ciento de las muertes súbitas o paros cardiorrespiratorios, se dan en el ambiente extrahospitalario -puntualiza el médico-. Por eso es tan importante la concientización de la sociedad para que sepan hacer RCP básico; o sea realizar el masaje torácico hasta la llegada de un servicio de emergencia".
De esta manera, sigue explicando Grimalt, quien realiza el masaje hace de corazón de la persona que tiene una parada cardíaca; es decir que sus manos se convierten por unos minutos en el corazón de la persona que está sufriendo el evento patológico.
"En esos primeros 5, 10 o 15 minutos si hay paro cardiorrespiratorio, una ambulancia debería llegar en ese lapso de tiempo. No más de 15 minutos. Nosotros lo codificamos como código rojo y tenemos ese tiempo de acción", detalla quien trabaja en la empresa llamada Emergencia Salud.
Con lo cual, lo fundamental de esa maniobra de resucitación (RCP) es que quien la aplica le está haciendo llegar a los órganos vitales del enfermo, como el corazón, el cerebro y los riñones, un flujo de sangre que se genera de forma manual. "Hasta que llega el servicio de emergencia, se puede llegar a revertir la situación y lograr una recuperación", agrega el doctor.
Quien también es médico generalista, se explaya detallando que en julio de este año se reglamentó en Mendoza que en los lugares públicos y privados por los que circulen alrededor de 1.000 personas debe haber un desfibrilador externo automático (DEA) y que esta disposición provincial se agregó a la ley, ya existente, de Muerte Súbita.
Para traer aún más claridad a la cuestión, el doctor Grimalt grafica que "en paro" significa que la persona no respira ni tiene pulso. "Entonces, vos le haces de soporte, con el RCP, hasta la llegada de la ambulancia. Su corazón no cumple la función, así que se deben realizar entre 100 o 120 compresiones por minuto de forma manual. Si tenés un DEA en el lugar del hecho, lo conectás y accionás para que analice si tiene actividad eléctrica el corazón. Si la tiene, no hay que tocar más al paciente y se aplica una descarga para recuperar la actividad cardíaca", subraya.
Sin embargo, cuando el corazón de la persona en cuestión no tiene ninguna actividad eléctrica, que es cuando aparece una línea recta que se llama isoeléctrica, "el DEA no descarga y hay que seguir haciendo masajes. Ya que solamente descarga cuando hay algo de actividad eléctrica", remarca.
Para cerrar, el emergentólogo explica también que si alguien se descompone y no hay en el lugar nadie que sepa aplicar estos primeros auxilios en los primeros 5 a 7 minutos, lo más probable es que lamentablemente se produzca una muerte cerebral.
"En ese caso, si llegás a lograr recuperar al paciente, tendrá daños irreversibles a nivel cerebral o alguna hemiplejía. Pero si haces el masaje y además le asocias un DEA, maximizas la capacidad de supervivencia. Si una persona tiene una muerte súbita y vos actúas dentro de los primeros 3 a 4 minutos, tiene una sobrevida del 80%. Pero, a medida que van pasando los minutos sin que nadie haga nada, la sobrevida disminuye drásticamente. Por eso es tan importante la capacitación y concientización: se puede ayudar a salvar una vida", concluye el profesional.
