La covid-19 no perdona: los obstáculos que enfrenta el transporte de carga durante la pandemia

Es uno de los sectores que nunca estuvo restringido, pero aún así no lograron escapar de los efectos de la cuarentena obligatoria en la economía. Además, enfrentan situaciones que caen en el oportunismo.

El transporte de carga es una de las pocas actividades que nunca se detuvo a medida que se fueron aplicando restricciones producto de la pandemia de coronavirus que azota al mundo. Son los únicos que hoy pueden cruzar fronteras porque su labor es esencial para asegurar el abastecimiento en el continente, pero aún así deben lidiar con situaciones complejas y no escapan a los efectos económicos que se sienten con fuerza en todo el país.

Aunque, en teoría, todo debería ser normal para ellos porque siguen en actividad, eso está lejos de ser efectivo, porque los problemas con las cadenas de pago y algunos cobros que -por lo menos- parecen dudosos, también los tienen con las finanzas complicadas.

Eduardo Yaya, coordinador de transporte internacional de Aprocam, tiene años de conocimiento de la actividad y considera que el transporte hoy pasó de ser un servicio esencial a un "servicio social".

Hablando específicamente del transporte nacional, dijo que "dada la situación del país y la ruptura de la cadena de pagos, más que esencial el transporte es social social. Todos los costos del transporte hasta el momento lo ha estado soportando el sector empresario". En ese sentido, explicó que por ejemplo muchas veces se reciben cheques porque no se han podido hacer depósitos y se complica la situación de los pagos en medio de la pandemia.

Pero si la cuestión de los pagos genera complicaciones, lo que llama la atención son los "kioscos" con los que se están encontrando los transportistas en las rutas nacionales.

"A cualquier municipio se le ocurre hacer desinfecciones", dijo. La razón que les dan es que se pueden infectar los pueblos con el paso de los camiones por distintas rutas nacionales. "Todas esas desifencciones oscilan entre los $100  y $500, pero no sabemos si son autorizadas", apuntó el referente de Aprocam.

Explicó que en el caso de Mendoza el Iscamen cobra por una desinfección, pero hay programas para las plagas y se sabe para qué se usa ese dinero. En cambio, y como ejemplo, dijo que ahora en San Juan "a la municipalidad de Sarmiento se le ocurrió poner un puesto de desinfección" por el que cobra y no saben si se trata de una cuestión que está regulada.

"Todos los costos que tiene el transporte que los está soportando hasta ahora el sector empresario, incluso los 'kioscos' que no sabemos si son legales", puntualizó.

La situación de Cristo Redentor

Los camioneros son de los pocos que hoy pueden ir de un país a otro en medio de la pandemia. La cuestión es que son claves para evitar el desabastecimiento, algo que generaría una situación mucho más compleja en medio de las restricciones por la circulación del covid-19.

Sobre la situación del transporte internacional, Yaya destacó que está funcionando con normalidad, aunque por momentos las demoras son más extensas que las que habitualmente enfrentan en el cruce internacional.

Aunque puedan ganar algo de tiempo porque no hay circulación de vehículos particulares, se pierde en los trámites que tienen que realizar que se han vuelto más lentos porque en los lugares donde deben realizar los trámites hay menos personal o porque no todos pueden estar en el mismo lugar por las medidas sanitarias propias de la pandemia.

Con estas cuestiones propias del período que se está viviendo, el transporte de carga sigue funcionando a pleno, a la espera que se normalicen cuestiones como las cadenas de pago y no haya más sorpresas en las rutas, una cuestión que aumenta los costos y genera más problemas en medio de un período que -de por sí- ya es complicado.

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