Una serie de hechos desafortunados y confluyentes ponen a los intendentes en pie de guerra

Los intendentes están viendo cómo se les achica su capacidad de gestión y no quieren volver a estar al frente de municipios de antaño, meramente testimoniales, dedicados solo al barrido y la recolección de basura.

Periodista y escritor, autor de una docena de libros de ensayo y literatura. En Twitter: @ConteGabriel

Los intendentes mendocinos están activos y en alerta frente a la posibilidad de que se les caigan los recursos con los que pensaban que contarían. Hay una mixtura de hechos desafortunados que alimentan la imprevisibilidad: se produjo por las medidas demagógicas del gobierno anterior que eliminó Ganancias para un sector de la población y, con ello, la recaudación y coparticipación de esos recursos, y cierto amateurismo del gobierno nuevo que por militar el "déficit cero" y apurar a provincias mañosas, va rumbo a perjudicar a quienes hicieron las tareas, junto con patear hacia adelante la vuelta al cobro de Ganancias que anunciara el viernes Caputo.

En Mendoza hay municipios que evidentemente estuvieron de "fiesta" y la política jugó con fuego. Ahí está San Carlos, que tuvo que echar a 200 contratados que no les hacían falta, o Las Heras, con un sobredimensionamiento total de la planta de personal y 600 contratos que no fueron renovados.

Que no les lleguen recursos a las provincias "planeras" no es problema: inventan cuasimonedas, extorsionan, dan vueltas en el aire: están acostumbradas a no cambiar su realidad, eternizar su feudalismo y conseguir lo que quieren -plata- por otro lado.

Se suma una situación insólita, como es el mecanismo de distribución de la coparticipación se realiza de acuerdo a las cifras de habitantes que da el Censo. Y resulta que las cuentas que sacó el último relevamiento poblacional no les cierra a muchos intendentes. Hay sospechas de que se hizo mal, por error y hasta "a propósito" como indican en estricto off the record los peorpensados, que imaginan a miles de militantes de La Cámpora tergiversando datos en su pequeña cuota microrevolucionaria.

La otra posibilidad es que la metodología resulte anacrónica ante la movilidad social en el territorio y nuevas configuraciones de la vida: alguien que trabaja en un municipio, vive en otro y tiene residencia en un tercero, ¿cómo queda registrado? Y por otra parte, funciones de las comunas que se modernizaron y ajustaron sus cuentas para hacer algo más que ABL (alumbrado, barrido y limpieza): alguien que vive en Ciudad o Guaymallén, va a Chacras de Coria, choca en Godoy Cruz y el servicio de asistencia lo cumple esa comuna, por ejemplo. Casos como este, que hay de a miles para ejemplificar, no son contemplados a la hora de distribuir los recursos, ya que la cuenta es pura y dura y, por lo tanto, responde a un modelo antiguo, como si los municipios estuvieran separados por fenómenos naturales y pudieran distinguirse plenamente unos de otros.

Frente a esto, ya el intendente peronista de San Rafael, Omar Félix, anunció que recurrirá a la Justicia. En Godoy Cruz, Diego Costarelli ya hizo todos los ajustes del caso, fusionando áreas y eficientizando el recurso humano, pero así y todo el Censo le quitaría más de 1.300 millones de pesos. Eso, sin contar una suma similar que le desgajarían por la jugada personal con recursos del Estado de Sergio Massa con respecto al impuesto a las Ganancias, que representa una cifra similar.

El anuncio del ministro Luis "Toto" Caputo de sacar el capítulo fiscal de la discusión de la Ley Bases u Ómnibus -como se le quiera llamar- dejó latente la vuelta a cobrar Ganancias y en un contexto inflacionario en el que todo debe replantearse constantemente.

Costarelli se mostró alarmado: "No podemos volver a ser un municipio que solo limpie y levante la basura", advirtió.

Frente a esto, Marcos Calvente, intendente de Guaymallén, está acantonado y enojado con todos, buscando por sí solo recursos en Buenos Aires y en donde sea. Le dijo a Memo "entre la decisión de Nación de patear la definición de Ganancias para más adelante, la decisión de provincia de modificar la distribución de la coparticipación y el enfriamiento de la economía, vamos a tener un impacto fuerte en la reducción de recursos".

Mientras todos los radicales aguardan la llegada de Alfredo Cornejo desde España para definir una estrategia común, las gestiones para ajustar y reinventarse no se agotan. "Si seguimos así -advirtió Calvente- puede que en febrero estemos cerca del 35% de reducción en recursos sobre el que alerté en diciembre", recordó.

Todo anticipa una Vendimia caliente en Mendoza, con cruces y negociaciones, tensiones y planteos fuertes, aun dentro de las fuerzas políticas, por situaciones discrepantes entre los protagonistas de las gestiones comunales. Mientras tanto, la melesca de recursos empezó en pleno enero.

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