Federico Fellini, cine y sueños a los 30 años de su muerte

José Jorge Chade, de la Fundación Bologna Mendoza, suma el perfil del gran cineasta italia no a un año cargado de conmemoraciones de la cultura italiana.

José Jorge Chade
Presidente de la Fundación Bologna Mendoza

Este año es el trigésimo aniversario de la muerte de Federico Fellini, uno de los directores más importantes y significativos de la historia del cine italiano e internacional. Recuerdo su multitudinario funeral en Roma en la Basílica de Santa María de los Ángeles en Plaza de la República antes de ser trasladado a Rímini. Tenía 73 años y desde el 31 de octubre de 1993 lo que queda de él son las innumerables películas. Artista visionario y de mucho talento, ha sabido mezclar ritmos narrativos, imágenes y visiones, dando materialidad al sueño que es la gran pantalla.

Aunque si se definía a sí mismo como "un artesano que no tiene nada que decir, pero sabe decirlo", su carrera ha estado salpicada de decenas de codiciados premios, entre ellos tres Oscar a la categoría de "mejor película de habla no inglesa" (The Road, Nights de Cabiria, 8½ y Amarcord), la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes y el León de Oro a la Trayectoria en el Festival de Cine de Venecia. También fue dos veces ganador del Festival de Cine de Moscú, ganando también el Oscar por su carrera.

Para honrar a un artista de su calibre que supo celebrar y realzar el arte italiano, la Fundación Bologna Mendoza, el Consulado de Italia y Memo realizarán en conjunto este año diversas actividades en su recuerdo. Se está tramitando la posibilidad de poder realizar una exposición de acuerdo con una Fundación italiana, titulada "El cine es sueño". A través de este medio iremos informando a la ciudadanía sobre vida y obra de Fellini y de cada una de las realizaciones culturales y artísticas a él dedicadas.

Recorreremos los pasos más significativos de la historia del director a través de diferentes expresiones artísticas como los carteles de las películas más famosas, hitos tanto en el mundo cinematográfico como gráfico, fotografías de época, muchas de ellas inéditas, y dibujos del director (sí , Fellini había comenzado su carrera como ilustrador y dibujante). También afrontaremos lo que se refiere al vestuario escénico expuesto: perteneciente al Csac de Parma, realizado para las películas y usado por actores como Marcello Mastroianni y Donald Sutherland, este vestuario brinda la posibilidad de poder sumergirse en El universo cinematográfico de Fellini, recordando las escenas cruciales de sus películas e imaginando ser uno de los actores que hicieron historia.

Los especialistas Mauro Carrera y Stefano Roffi afirman que "Hablar de Fellini restaura la memoria de una Italia llena de ambiciones y aspiraciones que hoy parece haberse perdido".

El homenaje a Fellini es un homenaje que se extendiende de Italia al mundo: recordaremos a este director que en su carrera artística ha sabido celebrar la cultura italiana, en sus virtudes y defectos, siguiendo un camino original en el que los límites coinciden con los de la realidad sin, sin embargo, ningún condicionamiento mutuo.

En el ciclo de Charlas Abiertas a la Comunidad de los miércoles de la Fundación Bologna Mendoza habrá varias fechas dedicada a Federico. En el trigésimo aniversario de la muerte de Federico Fellini (Rimini, 20 de enero de 1920 - Roma, 31 de octubre de 1993) la Fundación, el Consulado de Italia y Memo rendirán homenaje homenaje al célebre director con una variada programación.

Federico Fellini y Giulietta Masina.

Las publicaciónes, las charlas, las proyecciones de cine forum recorrerán la carrera de uno de los más grandes directores de la historia del cine, creador de películas de renombre internacional, narrador muy original de la Italia de su tiempo. El estilo único y personal de Fellini, una especie de fantarealismo, que narraba los sueños y las conquistas de Italia a través de películas como I Vitelloni, película dedicada a la Italia de la industria, que consagra al director italiano en el Olimpo del cine mundial, confirmado luego con La strada, de 1954, lúcido retrato de la Italia de posguerra, y con Las noches de Cabiria, de 1957; del país de ensueño de La Dolce Vita (1960) a la moderna, triunfante y vivaz Italia de 8 ½ (1963), de la lisérgica y experimental de Giulietta degli spiriti (1965) a la decadente, violenta y frágil de Amarcord ( 1973) quizás el apogeo de la autobiografía de Fellini, de su memoria fabulosa y reveladora. Con las siguientes obras (Il Casanova de Federico Fellini, 1976, Ensayo de orquesta, 1979, La ciudad de las mujeres, 1980, Y el barco se va, 1983, Ginger y Fred, 1986, Entrevista, 1987) las alegorías del presente se vuelven más angustiosas y, en cierto modo, amanerado, para luego cerrar con La voce della Luna (1990), en la que Paolo Villaggio y Roberto Benigni son los portavoces de un mensaje de silencio necesario para hacer frente a una contemporaneidad cada vez más arrogante, prólogo de la muerte de Fellini .

Hablar de Fellini trae el recuerdo de una Italia llena de ambiciones y aspiraciones que hoy parece haberse perdido. Pero también está hablando de un cierto sentido de la vida, un sentido que este gran artista había intuido, convenciéndose de que "el único realista verdadero es el visionario". Hay una escena de la película Il taxinaro, de un gran amigo de Fellini, Alberto Sordi, en la que el protagonista, embargado por la euforia de acoger al célebre director en su 'Zara 87', explica bien la visión popular de los que amaban las películas del genio de Rímini: "El viejo que se pierde en la niebla. Que serían entonces todos sus sueños..."

Termino este primer esbozo sobre Fellini con una célebre frase suya....

"La televisión es el espejo donde se refleja la derrota de todo nuestro sistema cultural". 

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