No nos olvidemos de los palestinos

Esperemos que se reanuden las negociaciones de paz, para seguir otorgándole a los palestinos más soberanía sobre Cisjordania y la Franja de Gaza.

Alberto Isuani

Antes de empezar a leer este artículo les pediría a los lectores que traten de recordar cuándo fue la última vez que leyeron alguna nota periodística, vieron en algún noticiero o película en dónde se haya hecho mención a la situación existente en la Cisjordania Palestina o en la franja de Gaza.

Seguramente les costará recordar porque este pueblo desde hace muchos años está siendo invisibilizado por la prensa mundial. Salvo la red Quatari de Al Jazzera, nadie trasmite ninguna información sobre ese pueblo. Nadie sabe cómo vive, en qué trabaja, cómo funciona su sociedad, cómo es su sistema de salud o educación y por supuesto si tiene alguna producción cultural. Permanentemente vemos al presidente de Israel en los noticieros y por supuesto todo el mundo halagando la campaña de vacunación de ese país. Nunca hemos visto un reportaje o noticia del presidente palestino Mahmud Abbás, ni declaración de él sobre algún tema ¡Qué casualidad! Pareciera que alguien lo está censurando.

Hace dos años EEUU pretendió bombardear la red Al Jazzera con amplia cobertura en el mundo árabe porque sostenía que ésta apoyaba al terrorismo palestino. O sea que toda resistencia a la ocupación israelí en territorios palestinos o árabes es considerada como terrorismo.

Lo último que leí en un medio nacional sobre Palestina fue que Israel no quería compartir su masiva vacunación contra el coronavirus con los palestinos. También leí que habían mandado una 20.000 dosis a la Franja de Gaza donde viven 1.500.000 de habitantes.

Debemos recordar que gracias a los acuerdos de paz de Camp Davis en l978 firmados por Isaac Rabin (posteriormente fue asesinado por un extremista ultranacionalista) y Yasser Arafat, se permitió a los palestinos tener una soberanía limitada sobre esos dos territorios (Cisjordania y la Franja de Gaza). Cisjordania, con el tiempo, terminó siendo gobernada por la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) facción más moderada y la Franja de Gaza por Hamas (facción más radical e islámica). Así se dio inicia a la política diseñada por Simón Pheres, de "cambio de territorios por paz". Este iba a ser un inicio de una prueba para que con el tiempo y en futura negociaciones se concretara el Estado Palestino.

En l979 Israel devuelve el Sinaí a los egipcios (acuerdos Beguin-Sadat) y desde ese entonces, las relaciones entre los palestinos y el estado de Israel retrocedieron en sus iniciativas de paz y la violencia, en forma de intifada por parte de los palestinos y de represión indiscriminada por parte de los israelíes recrudeció.

En los últimos tiempos, durante el gobierno de Trump, los diarios difundieron, profusamente, la noticia del reconocimiento de Jerusalén como la capital indivisible del estado judío por parte de EEUU. Este reconocimiento fue un "mazazo¨ para los palestinos porque existía la esperanza que, en futuras negociaciones con Israel, Jerusalén Este, ocupada por Israel en la guerra de los seis días, podría ser la capital del Estado Palestino.

Al poco tiempo Trump reconoció la ocupación ilegal de las Alturas del Golán que Israel tomó de Siria en esa misma guerra. Este hecho más la creación constante de colonias israelíes pobladas por los sectores más derechistas y sionistas de Israel, vuelve cada vez más imposible la pretensión palestina de que en estos territorios se edifique su Estado.

Parece increíble, pero los israelíes, que padecieron durante siglos vivir en guetos en Europa han condenado a los palestinos a repetir su terrible experiencia. Realmente no sé para qué sirven tantos rezos en el muro del Templo que queda en pie.

La comunidad internacional (básicamente Europa) no ha aceptado estas decisiones de Trump (su yerno es un conocido lobista de Israel en los EEUU) porque considera que estas medidas radicalizan cada vez más a los palestinos y los lanza a la violencia que es la única opción que les queda.

Por otra parte, estas decisiones son rechazadas por amplios sectores del mundo árabe, potenciales enemigos de EEUU y trasforman a la región en un polvorín a punto de estallar. EEUU al tomar partido por Israel, hizo perder, ante los palestinos, su rol de mediador y dejó a la deriva a toda una región.

Estas decisiones de Trump tuvieron gran repercusión en los medios. Las voces a favor y en contra se multiplicaron por todo el mundo. Sin embargo, el pensamiento de los palestinos y su sufrimiento y desesperación no figuró en ningún tabloide.

Recomiendo ver una serie de Netflix, sobre Palestina que se llama Fauda. En esta serie veremos el funcionamiento de una suerte de Triple AAA israelí, altamente sofisticada, que controla el territorio palestino con satélites y cámaras y cuyos jefes negocian permanentemente con algunas autoridades palestinas, para detener a los resistentes que puedan afectar la seguridad de Israel. La pregunta que queda pendiente ¿es qué camino le queda a un pueblo y a su juventud si habitando una suerte de cárcel a cielo abierto se resisten a someterse o ser la villa miseria de Israel?

Los países árabes, salvo Irán, solo lanzan amenazas que no asustan a la militarizada Israel. A los gobernantes árabes no les interesa el pueblo palestino, solamente quieren seguir recibiendo los subsidios y ayuda militar que Washington les manda y soborna.

Esperemos que el gobierno de Biden dé un cambio a esta situación y se reanuden las negociaciones de paz, para seguir otorgándole a los palestinos más soberanía sobre Cisjordania y la Franja de Gaza. Quizás en el futuro, cuando Israel ya no tenga un gobierno ultraderechista, se podrá negociar el status de Jerusalén Este. Si esto no sucede se estará arrinconando a millones de seres a la desesperación. Y sabemos por experiencia histórica que la desesperación conduce a la violencia. No habrá paz sin justicia.

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