Casa Rosada: Bertie Benegas Lynch fue condenado al silencio

Murray Rothbard, que aseguraba que los peores años de su vida los pasó en la escuela pública, ideólogo libertario. Desde la Casa Rosada, la periodista Silvia Mercado cuenta la repercusión de la verbalización que hizo el diputado Alberto Benegas Lynch de lo que piensan los libertarios sobre la educación.

Silvia Mercado
Periodista acreditada en Casa Rosada

Tercera generación de Alberto Benegas Lynch, más conocido por "Bertie", fue llamado a silencio. Iba a ir hoy lunes a un programa en La Nación Más, pero temprano anunció que desistía, no posteó nada en sus redes sociales, ni siquiera salió a jactarse de haber sido uno de los pocos protagonistas del primer acto de La Libertad Avanza en CABA.

O de la primera afiliación, porque nadie habló en ese local de Palermo, ni cantaron, solo se sacaron fotos y selfies porque lo importante era estar. Karina Milei, la hermanísima secretaria general, también fue criticada en el estrecho círculo de Javier Milei por haber bendecido al diputado cuando lo estaban destrozando en las redes por oponerse a la educación pública, una columna vertebral de las familias argentina.

  Ideologismo versus realidad: diferencias en el Gobierno sobre la obligatoriedad en la educación

Lo concreto es que Bertie no habló más en público, aunque sí se mostró dolido por haber aceptado un reportaje con la periodista Romina Manguel para un programa de radio. "La libertad también es que si no querés mandar al colegio a tu hijo porque lo necesitas en el taller, puedas hacerlo", afirmó. Se defiende diciendo que no dijo lo que dijo. Y cuando se le hacen escuchar sus palabras precisas, ratificando los títulos que salieron, asegura que fue mal interpretado.

En Casa Rosada vieron las negativas repercusiones al pensamiento del diputado libertario y hoy bien temprano la ministra Sandra Pettovello dijo en su cuenta de Instagram que "la educación obligatoria fue propuesta en el contexto del pensamiento humanista liberal, justamente para promover la libertad de los menores tutelados por adultos". Y remarcó: "los adultos al trabajo, los niños a la escuela".

Pero todavía más importante fue la definición que dio el vocero Manuel Adorni, quien en la conferencia de prensa diaria, ante una pregunta, dijo que "la educación es un recurso fundamental. Sin conocimiento no hay futuro. Lo que dijo Benegas Lynch fue por su cuenta. Nosotros no somos una manada, y su opinión no tiene por qué coincidir con la postura del Gobierno nacional".

Lo que nadie quiere reconocer en Casa Rosada es que el sincericidio de Benegas Lynch provocó una dura interna. Ya habían existido problemas similares con el propio Milei durante la campaña, cuando aceptó que podrían comercializarse los órganos para trasplante.  

ENTREVISTA Benegas Lynch: "El político tradicional es un mercenario del voto, pero la gente entendió el cambio de época"

O a una semana de la primera vuelta, cuando la ahora diputada Lilian Lemoine informó en un reportaje que tenía previsto un proyecto de ley para que los hombres pudieran desistir de su responsabilidad paterna si el niño por nacer no fue acordado con la madre.

Como sucede con Bertie, el problema de los libertarios es que son todas cuestiones en las que realmente creen y no entienden por qué deben callarse solo por una estrategia política.

Específicamente en el caso de la educación, el economista Murray Rothbard tiene un libro titulado Educación: Libre y Obligatoria (que en Argentina comercializa una editorial llamada "Anarkhos"), donde el ideólogo libertario asegura que el Estado utiliza la escolaridad obligatoria como medio de control ciudadano, apoyándose en una ideología igualitaria.

Postula, en cambio, que un sistema de escuelas basado en el mercado se ajustaría a una ética puramente voluntaria, financiada con fondos privados y administrada en su totalidad por la empresa privada.

Fundador y principal teórico del anarcocapitalismo, Rothbard nació en el Bronx y murió en 1995 en Manhattan, fue miembro de la Escuela Austríaca de Economía y aunque publicó más de 20 libros, siempre fue un marginal en su generación, un proceso que arrancó en la escuela pública donde sufrió "el período más infeliz" de su vida, donde fue obligado a educarse "en la cultura comunista", según él mismo relató.

Son pensamientos que comparte Benegas Lynch con Milei, obligados a callar lo que piensan frente a una sociedad que mayoritariamente espera que el Estado sea más chico y eficiente, no que desaparezca.

Fuerte contradicción para el grupo de dirigentes que tomaron el Estado para destruirlo, lo que no siempre es funcional a la hora de gestionar los innumerables asuntos que se esperan, desde la administración en Salud, pasando por las paritarias sindicales, la tarjeta de transporte, la distribución de alimentos para los comedores, entre la cantidad de problemas que el Gobierno se destacó por su ineficiencia desde que llegó al poder.

Esta nota habla de:
¿Hay que prohibir el uso de celulares en las aulas?