El dólar vuelve a tomar velocidad cerca del balotaje

Luego de una semana de tranquilidad, los operadores volvieron a dolarizarse a la espera de los resultados electorales que aún generan mucha incertidumbre. El análisis de Rodolfo Cavagnaro.

Rodolfo Cavagnaro

En los últimos diez días los argentinos veían un proceso que parecía increíble, y era que el precio del dólar bajaba. Este proceso se podría explicar por varios factores. El primero era que los operadores grandes entendían que el precio al que se había llegado era demasiado alto y, por ello, no era sustentable.

El segundo estuvo relacionado con la decisión del gobierno de ampliar a todas las exportaciones los planes especiales para que los exportadores puedan liquidar el 70% en el mercado oficial y el 30% en el CCL. Esto daba un precio promedio de $520 por cada dólar, y trajo como consecuencia una mayor oferta de dólares en el mercado que presionó el precio a la baja. También se pudo ver ahorristas individuales que vendían divisas para pagar deudas con tarjeta de crédito y otros para aprovechar las altas tasas de plazo fijo.

Todas estas condiciones, a las cuales se podría sumar los operativos que encaró el gobierno contra los lugares dónde se vendían dólares, provocaron la bajada que fue interesante pero no tan intensa ya que solo llegó a estar a $890. Algunos expertos aconsejaban no dejar de mirar el proceso porque era típico de que el dólar no bajaba, sino que retrocedía para tomar carrera.

Todos se daban cuenta que el Gobierno estaba disimulando una devaluación con la decisión de fomentar las exportaciones, pero también la mayoría de los importadores tuvieron que pagar el impuesto país, por el cual, pagan tasas entre el 5% Y el 24%. Claramente, el dólar oficial ya no es el nominal de $350 que figura en las pizarras oficiales y se prepara para comenzar a desplazarse.

Es que Sergio Massa reiteró que desde el 15 de noviembre vuelve el "crawling peg", es decir, el mecanismo de devaluaciones diarias, que habrá que ver a qué ritmo lo hace, sea siguiendo a la inflación o a un ritmo menor, pero actualizaría automáticamente el plan de fomento exportador.

Pero este jueves el dólar volvió a reaccionar y subió $60 en una jornada llegando a $950, dejando claro que la incertidumbre acerca del resultado electoral sigue primando y que muchos operadores que habían vendido billetes porque necesitaban, pero, ahora volvieron a dolarizarse para esperar el resultado de las elecciones. El viernes el dólar tuvo un leve desplazamiento hasta $955, mientras se reacomodaron tanto el CCL como el MEP. La tendencia se mantendrá durante la semana próxima.

Por supuesto, todas las dudas dan vuelta alrededor de qué hará con el dólar el nuevo gobierno y casi todos creen que ni Massa ni Milei tiene espaldas para bancar un levantamiento del cepo cambiario de inmediato y que podría haber un periodo intermedio con un tipo de cambio desdoblado, en un financiero y otro comercial, como anticipamos en esta misma columna hace un mes.

Preocupa la salud del Banco Central

La situación financiera de la autoridad monetaria tiene muy preocupados a todos los operadores porque, además de su gravedad, es un impedimento para que las nuevas autoridades puedan conseguir algún financiamiento. Cuando Alberto Fernández ganó las elecciones en 2019 las Leliq (pasivos remunerados) representaban 1,1 billón de pesos, que implicaba pagar intereses por $ 57.000 millones mensuales. Fernández prometía liquidarlas y con ese importe aumentar un 20% las jubilaciones. 

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La situación actual es que el stock total es de 23 billones (aumentó 21 veces la deuda) y mensualmente debe afrontar intereses por 2,2 billones en octubre. Pero, además, equivale a 12% del PBI, lo que da una idea de la gravedad de la situación cuando se consolida el déficit del Banco Central con el de la Tesorería.

En las últimas semanas las autoridades han visto como se ha ido produciendo una rotación en los instrumentos que utilizan los inversores. Cayó casi un 20% la colocación en Leliq, que son a 28 días y aumentaron los pases pasivos, que se pactan a 1 día y con una tasa de 126% anual. Esto significa que los inversores quieren estar alertas para huir en caso de alguna crisis y eso representa un grave peligro ya que podría generar una corrida sobre el dólar. Una consultora calculó que el total de esos pasivos (Leliq y pases) equivalían a 18% del PBI en lo que calificó como una verdadera fiesta monetaria y explica los saltos de las tendencias inflacionarias actuales.

La salud del Banco Central es muy mala y ayuda a que la gente calcule que el precio que tenía la divisa norteamericana era muy bajo si se considera la escasez de dólares de la autoridad monetaria. Durante este mes se vino manejando con cierta comodidad por las medidas de apoyo a las exportaciones, lo que le permitió entregar divisas a ciertos importadores de insumos críticos, pero con los pagos que se hicieron al FMI las reservas brutas han caído a niveles récord.

La inflación sigue firme a pesar del dólar congelado

Todas las proyecciones señalan que el IPC de noviembre estará dentro de los dos dígitos, aunque Massa y su equipo prefieren llega al balotaje con índice de un solo dígito y con el dólar debajo de $ 900. Pero ese es un escenario ideal, ya que los datos aportados por las consultoras lo tienen en un escenario de 10,5% aproximadamente, algo que se develará el próximo lunes.

En principio, los registros más importantes se dan en el precio de la carne, que subió un 22%, aunque reconocen que una parte se trasladó en octubre y otra lo hará en noviembre. También impacta la suba del precio del cerdo (10,5%) y del pollo y derivados. Este rubro incide de gran manera en el capítulo de Alimentos y bebidas y acompaña a otros aumentos que se han venido produciendo. El operativo de los "precios justos" no ha rendido porque los supermercados tienen góndolas vacías y los minoristas tiene de todo, pero con precios actualizados.

La constante actualización de precios, los faltantes generados por falta de insumos importados y la demora en la actualización de los salarios, están impactando en la actividad económica, al igual que la incertidumbre electoral, que nos llevan a conformar un cuadro de inflación con recesión. Esto era previsible dada la combinación de factores negativos.

Por ahora la inercia inflacionaria sigue firme. Según la consultora Eco-Go en la primera semana los precios de los alimentos habrían crecido un 5.4% y según sus proyecciones, dado que terminaron los congelamientos de muchos precios, como combustibles, los alimentos alcanzarían aumentos del 15% en el mes mientras el índice general estaría cerca del 13,5%.

Si pensamos que diciembre, estacionalmente, genera mayores aumentos de precios, pero también crece la demanda de pesos para pagar aguinaldos y gastos de vacaciones, es posible que haya un leve retroceso del dólar, aunque hay que esperar dónde queda el valor de la divisa después de conocerse el resultado electoral y las primeras medidas que tome el nuevo presidente.

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